Primero Maduro, después Jorge Rodríguez y ahora Diosdado. Los jerarcas del chavismo enfilan sus baterías contra España, un país que quedó en medio del fuego cruzado de la política venezolana.
Caracas. El chavismo recurrió a los micrófonos para allanar el camino a una eventual ruptura de relaciones con España, su nuevo rival en la arena internacional y a quien acusa de formar parte de una conspiración contra Nicolás Maduro.
Desde los micrófonos, los principales jerarcas de la fuerza política que controla el poder en Venezuela desde 1999 lanzan duros señalamientos contra la administración del socialista Pedro Sánchez, quien usa amplia mano izquierda para tratar una crisis, la venezolana, que le tocó las puertas con fuerza después de que el opositor Edmundo González se desplazara a Madrid.
Pero la tibieza de Sánchez para condenar la deriva autoritaria del chavismo en Venezuela no basta para aplacar la furia del chavismo, dolido por el escaso reconocimiento internacional a Maduro tras los controvertidos resultados de las presidenciales del 28 de julio pasado.
El próximo sábado, los chavistas aprovecharán la conmoración de otro 12 de octubre para, de nuevo, denunciar el “genocidio” español en la época de la conquista de América y poner otro clavo en el ataúd de las relaciones bilaterales.
“Le vamos a responder al rey de España, vamos a marchar (por) la resistencia indígena, de nuestros propios valores, no los de ellos. Vamos a marchar”, dijo el ministro de Interior, Diosdado Cabello, el último en pronunciarse al respecto.
La movilización supondrá el momento ideal para que Maduro tome la palabra al Parlamento y rompa “todas” las relaciones con España, un tema al que parece ganado después de sus más recientes declaraciones.
Un pedido del Parlamento chavista
Desde el Parlamento, donde el chavismo ejerce mayoría, salió a inicios de semana un pedido urgente a Maduro: romper “todas” las relaciones con España.
A través de un acuerdo de los diputados, los chavistas instaron al llamado “presidente obrero” a evaluar “en un tiempo perentorio” la petición de suspender las relaciones con la una vez considerada “madre patria” en las Américas.
De acuerdo con los chavistas en el pleno, esta sería una “acción recíproca por la grosera e injerencista proposición adoptada en el Congreso de los Diputados del país europeo contra “la institucionalidad venezolana”, después de que este cuerpo reconociera a Edmundo González como ganador de presidenciales e instara a Sánchez a reconocerlo como tal.
Los parlamentarios también instaron al gobierno de España a abolir la monarquía, que consideraron una institución ligada a la corrupción y una “expresión de la ultraderecha”.
“Que sea abolida la monarquía de los Borbones, que no ha servido para otra cosa que no sea para la corrupción, para el desmadre, para la expresión de la ultraderecha”, dijo Rodríguez antes de declarar aprobado el punto ante la evidente mayoría de manos alzadas y en un intento por devolver el presunto golpe de “injerencismo” español.
Con todo, Maduro ha dado largas al asunto hasta ahora, sopesando una decisión que luce difícil de tomar por las evidentes implicaciones políticas y económicas.
Repsol y el petróleo venezolano
Romper relaciones con España regresaría a Venezuela a enfrentar un problema que ya había superado, al menos de forma temporal: colocar su crudo en el mercado estadounidense en medio de las sanciones, un hecho en el que cuenta con el apoyo de la petrolera Repsol.
Con ayuda de Repsol, el crudo de Venezuela gana cada vez más terreno en Estados Unidos.
De hecho, la petrolera española se afianza como la cuarta mayor proveedora del petróleo venezolano en el país del norte, de acuerdo con el semanario Exclusivas Económicas, que recoge datos de la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos.
Según estos datos, en julio pasado la filial Repsol Trading USA recibió unos 53.000 barriles diarios que colocó en Estados Unidos, un número que representa el 17% de las exportaciones del petróleo venezolano a territorio norteamericano.
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