De acuerdo con el informe de coyuntura del IIES, el PIB crecerá apenas la mitad de lo estimado por el BCV en el primer semestre y la producción petrolera no llegará a 900.000 barriles. La crisis política posterior al 28 de julio es el principal factor de los resultados desfavorables para el resto del año.

Caracas. La “agudización” de la crisis política interna y la probabilidad de que se incrementen las sanciones económicas y financieras son los principales factores por los que la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) prevé que la economía, a finales de año, terminará creciendo solo la mitad de lo que se expandió en el primer semestre.

De acuerdo con el último informe de coyuntura publicado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UCAB, la evolución actual del nivel de actividad económica contrasta con el comportamiento de los primeros seis meses del año y amenaza con formar una nueva recesión a inicios de 2025 o una contracción del PIB.

La incertidumbre y la inestabilidad política irá creciendo a medida que se acerque enero, fecha en la que comienza el nuevo período presidencial, lo que continuará impactando en la oferta de bienes y servicios mientras la tasa de inflación y el tipo de cambio incrementarán sus niveles con relación a los meses anteriores. Crónica Uno resume las principales claves del informe.

Se estanca la actividad económica

De acuerdo con las estimaciones del IIES, en todo este año el PIB terminará creciendo cerca de 4 %, aproximadamente la mitad de lo que el Banco Central dice que se expandió en el primer semestre, reduciendo así su tasa de crecimiento con relación a lo estimado en años anteriores y rompiendo con el impulso previo que traía desde finales de 2023.

La UCAB afirma que “la actividad económica interna se ha desacelerado considerablemente” con sectores importantes de la economía que estarían creciendo a un ritmo menor al de 2023 o al proyectado a principios de año. Sectores clave como agricultura, electricidad y agua, comunicaciones, educación y salud están entre los que se desaceleran. 

Más presiones sobre el mercado cambiario

El IIES sostiene que la apreciación real del tipo de cambio (aumento del valor del bolívar propiciado por el BCV) es la causa principal de la brecha que existe entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, que en la primera semana de octubre superó el 25 %, además de sus impactos en las exportaciones, en la producción local y en la salida de capitales.

A eso se le suma el efecto que está provocando esa brecha en la fijación de precios al consumidor. Dado que el Gobierno obliga al sector formal a marcar los precios con el dólar oficial como referencia, cuando la brecha aumenta se elevan los precios en dólares de las mercancías. La UCAB menciona que la oferta de divisas del BCV es reducida, por lo que se verá obligado a ir aumentando el tipo de cambio oficial para intentar satisfacer la demanda y acortar la distancia con respecto al paralelo.

El informe de coyuntura señala que la inestabilidad política y las eventuales reacciones de la comunidad internacional al conflicto postelectoral están generando presiones importantes sobre el mercado cambiario que “no necesariamente pueden, ni podrán, ser compensadas por el incremento de la disponibilidad de divisas” del pago de regalías petroleras.

“Es de esperar que el tipo de cambio oficial y el paralelo se deprecien a un ritmo mayor, como el observado en las recientes semanas. Sin embargo, si el BCV continúa con su política centrada en el tipo de cambio oficial como ancla nominal de los precios, la brecha entre ellos podría seguir aumentando”, se menciona en el informe.

Inflación “significativamente” más baja

En ausencia de “choques negativos” en lo que queda de año, la UCAB proyecta que la inflación anual podría cerrar en 24,4 % en 2024, cifra muy inferior a la de años anteriores, pero aún por encima de lo que se promedia en el resto del mundo. 

El informe de coyuntura enumera entre los factores de la inflación actual a una política fiscal y de gasto público más restrictiva, así como a la utilización del tipo de cambio oficial como ancla de los precios en bolívares y la desaceleración de la demanda interna por los bajos ingresos y el deterioro del contexto país.

Lo interno condiciona la producción petrolera

El IIES estima que este año la producción petrolera promedio de Venezuela llegue a 860.000 barriles diarios, que si bien se traduce en 15 % de incremento respecto a 2023 es una proyección menor a la reportada en abril, a pesar del levantamiento temporal de las sanciones a la industria y de las licencias especiales que EE. UU. le ha otorgado a distintas empresas petroleras en los últimos meses.

De hecho, el crecimiento en la producción sigue siendo principalmente impulsado por las principales multinacionales que operan en el país, en especial la estadounidense Chevron y la española Repsol; sin embargo, “estas empresas no están considerando, al menos por ahora, expansiones significativas de sus planes de inversión” y sus operaciones se concentran en el cobro de deudas pendientes.

De acuerdo con las proyecciones, luce complicado que la producción petrolera local alcance la cifra del millón de barriles diarios debido a los factores que justamente la mantienen estancada: fallas en servicios básicos como la electricidad; dificultades con el suministro de diluyentes; incumplimiento de los acuerdos de Barbados por parte del Gobierno; y la inestabilidad interna luego de los resultados del 28 de julio, que la oposición califica como fraudulentos.

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