Las calles de Maracaibo se pintan de rosado por la floración de los apamates

Apamates Maracaibo

La Organización Civil Corazón Verde ha regalado 2500 semillas en lo que va de año para ayudar a  arborizar la ciudad, evitar inundaciones, crear conciencia ciudadana y bajar las altas temperaturas.

Maracaibo. Un sinfín de flores han comenzado a formar alfombras naturales de color rosado en algunas zonas de Maracaibo. La floración de los apamates le regala a los marabinos un espectáculo visual que deja a más de uno sin aliento.

También conocido como roble colorado en el estado Zulia, es nativo de los bosques tropófilos en la zona intertropical americana, además es el árbol emblemático del estado Cojedes. Algunos ejemplares llegan a medir entre 15 y 30 metros de altura, con un tronco de hasta 70 centímetros de diámetro. Requiere de suelos húmedos; sin embargo, se adapta perfectamente a las temperaturas marabinas.

Aunque la mayor parte del año pasa inadvertido, en mayo con la entrada de las lluvias, su majestuosa floración se extiende de 15 a 20 días. Aunque el color más común de sus flores es el rosado, también se observan de amarillo pálido, morado y blanco.

Es conocido por sus presuntas propiedades medicinales entre las que se encuentra la infusión de sus hojas para bajar fiebres altas y la corteza cocida que sirve para controlar y combatir la diabetes, el paludismo, la tifoidea y los parásitos.

Son árboles bondadosos

Luis Sibira, asistente de laboratorio del Museo de Biología de la Universidad del Zulia, explicó que una de las características principales de estos árboles, miembros de la familia Bignoniaceae, es que sus flores, tanto los pétalos como los sépalos, están soldadas en una estructura única, a modo de pequeñas campanas.

Es reconocido por ser un árbol muy prolífico, su fruto es una cápsula que tiene un septo central en el que se adhieren numerosas semillas que tienen alas y estas, al ocurrir la dehiscencia, quedan libres y son dispersadas por el viento. Lo mismo ocurre con especies como el araguaney y el curarie”.

Aunque los apamates no son tan famosos como los curarires, que pintan de un amarillo intenso la ciudad, especialmente en el Jardín Botánico de Maracaibo, forman parte fundamental de las especies que componen el arbolado urbano.

Apamates Maracaibo
Los apamates son sumamente importantes para la biodiversidad porque son el hogar de aves e insectos polinizadores/Cortesía Libicni Rivero Ortiz

“Entre los compañeros típicos del apamate están caujaros, ceibas, jabillos, yacures, guayacanes, caobas, araguaneyes y cañaguates, pero ninguno es tan abundante como el apamate, esto lo convierte en un árbol icónico de la ciudad. También le llaman roble y típicamente su madera es usada para hacer hondas o chinas para cazar iguanas y pájaros o, para la fabricación de muebles de madera”.

Un espectáculo natural que hay que preservar

Libicni Rivero Ortiz, veterinaria de vida silvestre y especialista en medicina de la conservación, aseguró que el espectáculo visual y la bondad de este árbol nativo merece un lugar privilegiado en la ciudad.  Pero advirtió que para eso hay que educar al colectivo, por eso ella junto con un grupo de ciudadanos llevan a cabo el proyecto Corazón Verde, que trabaja para el rescate de las especies autóctonas, su repoblación y cuidado.

Estamos trabajando para rescatar las plantas nativas del ecosistema de la sabana de Maracaibo y así volverlas a incluir en nuestros espacios naturales, porque a este ecosistema se le ha dado muy duro con la deforestación y el crecimiento de la ciudad”, dijo Rivero Ortiz.

La especialista alertó: “Hemos perdido muchos árboles nativos y los hemos estado reemplazando por especies exóticas como el nin. Una planta que no es buena para nuestro ecosistema. Está demostrado científicamente que causa daño en el proceso de formación de hormonas en las aves. Interviniendo directamente y poco a poco las va dejando incapacitadas para reproducirse. Porque las hormonas responsables de la reproducción no segregan de la manera correcta y los pajaritos comienzan a tener cada vez menos crías. Esta planta es originaria de la India, no es de Venezuela. Tiene un alcance de propagación muy alto y rápido, dejando sin oportunidad a las nuestras”.

Una solución rápida

El proyecto Corazón Verde intenta incentivar la siembra de plantas nativas como el apamate que, según la experta, está adaptado a la región, su suelo y clima. “Imagínate que pudiéramos tener una plaza rosada, la plaza de los apamates, o como me sugería un amigo ciclista: la ruta de los apamates. Sería hermoso tener una avenida completa que se vistiera de rosa en mayo”, dijo.

Apamates Maracaibo
La floración de esta especie nativa dura entre 15 y 20 días/Cortesía Libicni Rivero Ortiz

Para Rivero Ortiz, este sueño podría hacerse realidad con poco esfuerzo y tampoco se debe esperar mucho, pues los apamates tardan un poco más de cuatro años en florecer. Además, brindan a la biodiversidad una oportunidad porque en él viven y se alimentan aves e insectos polinizadores. Sembrar apamates es acto de ganar, ganar porque además de ser útil, nos da un espectáculo impresionante”, refirió.

Reconocer lo nuestro

Que el zuliano reconozca lo propio. Que aprenda cuáles son los árboles nativos y evite las especies invasoras, es vital para contribuir con la arborización de la ciudad. Por eso Corazón Verde hace la recolección de semillas y luego jornadas de entrega. Este año han repartido unas 2500.  Tienen una red de viveros voluntarios donde germinan las semillas y cuidan los arbolitos hasta que tienen edad para ser trasplantados.

Luego ponen en marcha el plan Adopta un Árbol, en el que una persona se convierte en veedora de la planta y garantiza su cuidado y vida. “El problema más difícil que tenemos para cumplir con las campañas de reforestación es regar el arbolito. Porque encontrar personas que sean ecológicamente responsables, que asuman el compromiso de riego dos veces por semana en época de sequía, es difícil. El primer año de trasplante del árbol es vital. Por eso no hacemos grandes siembras, vamos árbol por árbol”.

Apamates Maracaibo
Después de disfrutar de la majestuosidad de los curarires, los marabinos se maravillan nuevamente con el rosa apamate/Cortesía Libicni Rivero Ortiz

Libicni como una de los responsables de los viveros voluntarios alertó sobre la situación actual de Maracaibo: “Los suelos están impermeabilizados con concreto y asfalto, por eso cuando llueve nos inundamos porque estamos dejando la tierra aislada. No están dejando espacios permeables en la tierra, entonces tenemos islas de calor por el mal manejo urbanístico”.

Sin embargo, los marabinos no pierden la oportunidad de maravillarse con los regalos que la naturaleza les regala. Aprovechan la floración de estos bondadosos ejemplares para admirarlos, tomarse fotografías y presumirlos en redes sociales.

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