Complejo educacional Guacara: un proyecto ambicioso que se convirtió en monte y desechos

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El liceo más cercano a la urbanización El Samán y otras aledañas, en Guacara, queda a cinco kilómetros, el cual tampoco cuenta con una infraestructura adecuada para recibir clases.

Valencia. El Complejo Educacional Guacara prometía ser el sinónimo de progreso educativo para el sur del municipio carabobeño, en 2005 cuando se conoció el proyecto. Casi 20 años después el monte se devoró el terreno en donde se levantaría el plantel.

De haberse construido unas 19 comunidades habrían visto un alivio, especialmente los que viven en El Samán. Ahí se construiría el proyecto, al final de la avenida de la redoma de El Samán.

En lugar de vigas, bloques y maquinaria el sitio se ha transformado en un vertedero de basura improvisado ante el colapso del relleno sanitario ubicado a 498 metros de ahí.

Como educadora, Tatiana Silva ha estado muy atenta al proyecto, el cual “nunca tuvo nombre”. Por eso siempre lo llamaron “Complejo Educacional” y contaría con maternal, preescolar, primaria y bachillerato.

En este terreno se planificó la construcción del Complejo Educacional Guacara. Fotografía: Armando Díaz.
Solución para 3000

La capacidad del Complejo Educacional Guacara estaba prevista para una matrícula de 3000 estudiantes.

Los escolares y liceístas de comunidades de Turumo, Macario Escorcha, Nueva Guacara, La Libertad, 1° de Mayo, El Samán, Ceibas de El Samán, Villas de Capemimfra, Los Girasoles, entre otras, deben caminar hasta cinco kilómetros al liceo más cercano. La Escuela Básica más próxima está 1,6 kilómetros.

El complejo sería un desahogo para los planteles ya colapsados. Silva cuenta que los padres se peleaban por conseguir una plaza. A ella también le tocó batallar cupo.

Ahora con la deserción escolar que ha crecido desde 2017 esto ha cambiado un poco. En 2023 el volumen de población escolarizada se recuperó al nivel prepandemia, según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi). Ese ritmo de crecimiento fue inferior al de la demanda potencial y el nivel de cobertura, aunque la mejora es inferior a la tasa de 2020. Los números dicen que la demanda potencial para el año anterior era de 11.597.754, mientras que la población escolarizada es de 7.613.237.

La encuesta apunta que jóvenes entre 12 y 17 años no les motiva el ambiente escolar y sienten que no se les dio el apoyo para mejorar su rendimiento.

Las distancias de la educación

El día a día de los estudiantes de estas comunidades de Guacara es levantarse muy temprano y salir a caminar, buscar autobús y tratar de llegar a tiempo a su escuela.

Pero cuando llegan ahí se encuentran con un panorama desolador: baños que no sirven, filtraciones, paredes fracturadas, robos, ausencia de profesores. Ante las quejas ni el VenApp, ni el 1×10 del Buen Gobierno han respondido.

Estos casos se reflejan en la U. E. Adolfo Blonval López, al de la zona de Malavé Villalba, a escasos metros de la autopista Regional del Centro. Otra se ubica en Ciudad Alianza, Silva no recuerda el nombre pero sí el apodo: “el Gallinero”. Otra alternativa está en Loma Linda.

La educación privada tampoco es opción. No hay liceo privado en estos 19 sectores y aunque sí tienen en el área básica, la falta de dinero impide a muchos inscribirse en estos planteles.

El Samán no solo carece de servicios educativos, en general carece de todos. La paradoja es que la urbanización se fundó hace 26 años con viviendas para profesionales y que contaran con todas las comodidades.

Demográficamente El Samán tenía todo para cubrir las necesidades profesionales del Complejo Educacional. “Se hubiesen peleado por tener una plaza porque se ahorran el tema transporte”, se sinceraba Silva.

Los recursos no llegaron

El proyecto era tan ambicioso que incluso se planteó la idea de que contara con una escuela técnica y núcleos de universidades, pero no fraguó. Debe reposar en una gaveta del Ministerio para la Educación.

José Mendoza, líder de la comunidad, afirma que en al menos tres oportunidades se aprobaron recursos para la construcción del plantel. La última habría sido en 2012. Silva dice no tener constancia de esta información.

Dichas gestiones se realizaron durante la gestión del exalcalde Gerardo Sánchez, pero al no repetir en el cargo por tercera vez el proyecto se olvidó.

Sánchez gobernó Guacara desde 2008 hasta 2017. A partir de entonces, el chavismo ha enarbolado una discursiva de sanciones que han impedido a la revolución desarrollar proyectos sociales. Esto hace pensar que el Complejo Educacional Guacara no hubiese visto la luz por falta de fondos, pero hay que recalcar que con el dinero desfalcado por la trama Pdvsa Cripto, varios complejos como este se hubiesen construido.

De este modo a Silva no le queda duda que es un problema de voluntad política porque todo quedó en una revisión que jamás concluyó. Incluso, el proyecto fui incluido en Consulta Pública Nacional, pero no fue seleccionado.

Lo último que se ha sabido del proyecto es que lo iban a reubicar en la entrada de la urbanización El Samán, justo donde está un arco con una caseta de vigilancia, pero tampoco hay indicios de construcción.

Silva, quien fue directora de plantel, opina que la gestión de Johan Castañeda en materia de educación ha sido precaria. Más aún cuando la compara con la de sus predecesores. “Fue activa y constante”.


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