En el período escolar 2023-2024 Espacio Educa llegó al Corazón de María, una escuela en el barrio Campo Rico, donde 22 estudiantes se forman para ser programadores. Esta sería la segunda institución educativa desde sus inicios en pandemia de COVID-19.
Caracas. “Estar aquí me llena el alma”, reconoce Miguel Castillo, un estudiante que todos los sábados le gana a la tentación de quedarse en casa para asistir a los salones del Colegio Corazón de María, en el barrio Campo Rico, de Petare.
Aprende programación de forma gratuita en Espacio Educa, un proyecto que nació durante la pandemia de COVID-19. Actualmente beneficia a 55 estudiantes que desean abrirse paso en el mundo laboral aprovechando los recursos de la industria tecnológica.
A diferencia de sus compañeros, quienes son estudiantes regulares de la institución, a Miguel lo invitó Mariligia Moreno, la directora del Colegio Corazón de María, quien consciente de sus habilidades le propuso postularse y no se equivocó, porque sus compañeros lo refieren como un modelo a seguir.
“Yo me la paso en casa, por eso apenas la profesora Mariligia me avisó, no dudé en formar parte”, dice.
Aunque su carrera está orientada a la informática, con el programa logró consolidar y aprender en un área que en Venezuela solo se estudia en universidades privadas o a través de cursos pagos.
Para sus compañeros, Miguel es un referente, ejemplo a seguir y motivación para asistir a las clases. “Si Miguel puede venir, nosotros no tenemos excusa“, dicen.
“Yo creo que es por mi condición“, afirma Miguel mirando hacia abajo en donde falta una de sus piernas. A sus 13 años fue diagnosticado con cáncer óseo, lo que le hizo perder una parte de su pierna. Años más tarde, una bacteria “come carne“ se alojó en la prótesis que tenía, por lo que hubo que amputar otra parte.
Además de la formación, el propósito del programa es que los estudiantes logren emplearse u obtener otros beneficios asociados al área.
“Es lo que quisiéramos lograr con todos, pero con que uno lo logre, es una ganancia para nosotros”, menciona Jorge Croquer, director académico de Espacio Educa.
En la actualidad, el proyecto enseña a 23 estudiantes del Colegio María Inmaculada, 22 en el Corazón de María. Otros 10 están en el curso avanzado.
Espacio Educa
Las clases a distancia y el tele trabajo fueron opciones que el mundo se vio obligado a tomar para seguir con sus vidas durante la pandemia de COVID-19.
En Venezuela las fallas de internet, así como la ausencia de recursos electrónicos en los hogares, acrecentaron la brecha que en el sector educativo se hizo más evidente, lo que trajo como consecuencia el cierre de instituciones educativas y desigualdad en el aprendizaje.
Por esa razón, David Delgado, Federico Pérez y Juan Campbell, quienes para ese momento estudiaban Economía en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y Administración en la Universidad Metropolitana, fijaron como meta buscar una solución que ayudara a esta problemática.
“Ellos decían que si en pandemia estaba siendo difícil ver clases en línea para estudiantes de la UCAB y Metropolitana, que son parte de las universidades más privilegiada del país, cómo lo estarán haciendo los que viven en sectores populares, que no tienen internet, computadoras o celulares”, recuerda Croquer, ingeniero informático, quien se integró después al programa por invitación de los cofundadores.
Al principio, la idea era hacer laboratorios de computación en las escuelas, con internet y todas las comodidades que debe tener un espacio de ese tipo. De ahí nace el nombre Espacio Educa.
Tras postularse en varios proyectos David, Federico y Juan llegaron a la conclusión de que lo mejor era crear algo que lograra formación para la empleabilidad en la tecnología, específicamente en la programación orientada al desarrollo web.
La escuela piloto fue el Colegio María Inmaculada de Fe y Alegría, donde egresaron a 13 alumnos como programadores. Eran estudiantes de cuarto, quinto y sexto año de bachillerato.
“Decidimos hacer un curso avanzado porque cuando regresaron nos dimos cuenta que les hacía falta obtener más conocimientos para competir en el mercado laboral y con otros aspirantes egresados de las mejores universidades del país”, recuerda Croquer.
Agrega que les dan tips a los estudiantes para que sepan qué programas usar en sus celulares por si no tienen computadoras en casa.
Alumnas programadoras
“Para nuestra sorpresa, cuando iniciamos, la mitad de nuestras estudiantes eran mujeres. Honestamente al principio nos sorprendimos porque pensamos que es una carrera que llama más la atención entre los hombres”, afirma Croquer.
Admite que las alumnas mujeres tuvieron la batuta por tener mejor desempeño. Una de ellas fue becada en la Universidad Metropolitana. A la fecha el porcentaje de mujeres y hombres sigue similar.
En Venezuela, iniciativas como Technovation Girls, buscan cerrar las brechas de desigualdad en la participación de mujeres en el mundo de la tecnología.
Claudia Valladares, embajadora de este proyecto, asevera que el porcentaje de participación de mujeres que se forman en áreas relacionadas con programación o inteligencia artificial llega a 22 %.
Modelos a seguir
El grupo de docentes de Espacio Educa está conformado por estudiantes que cursan sus últimos semestres en carreras universitarias. Tanto ellos como el resto del equipo está formado por voluntarios.
El director académico de la iniciativa sostiene que la idea es mantenerlo así. Con el pasar de los años, algunos se han ido para seguir sus proyectos, pero otros se mantienen allí por amor a lo que hacen.
Bárbara Villaverde, afirma que desde que fue seleccionada tras pasar el proceso de entrevistas, no falta a ninguna clase. Además de la motivación y ganas de aprender, sus profesores se convirtieron en un modelo a seguir para ella.
La alumna de 15 años menciona que su meta es trabajar en la creación de páginas web.
Samuel Sequera, compañero de Bárbara, resalta que sus profesores se convirtieron en un ejemplo a seguir a tal punto que, en su futuro, le gustaría poder enseñar a otros de forma gratuita.
“Por eso cuando mis compañeros necesitan, yo les ayudo. Todos nos ayudamos”, agrega.
Programadores en Venezuela
Datos de la empresa 4Geeks muestran que los salarios varían según la compañía en la que se trabaje y el nivel de especialización.
- En Venezuela, quienes trabajan directamente con compañías del país pueden ganar entre $300 y $400
- Los que están con agencias intermediarias con empresas extranjeras pueden ganar entre $500 y $1,000 al mes.
“El contrato directo con empresas extranjeras suele comenzar a partir de los $1000, con un promedio que ronda los $1500 al mes. Para posiciones especializadas y con mayores niveles de responsabilidad, como ingenieros en backend o especialistas en ciertas tecnologías, los salarios pueden alcanzar entre $10.000 y $12.500 al mes, dependiendo de la empresa y la experiencia del candidato”, asevera 4Geeks en una publicación que data del 28 de marzo de 2024.
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