El certamen deja Mérida este 2024, para probar maneras lejos de su lugar tradicional. Más de 90 películas forman parte de la muestra.

Porlamar. Algunos periodistas y actores se reúnen a las 2:00 a. m. en la plaza Francia de Altamira. Ahí los espera el bus Encava que los llevará a Puerto La Cruz, donde tomarán el ferry a Margarita.

En la isla se llevará a cabo la edición número 20 del Festival del Cine Venezolano, del 16 al 20 de junio de 2024. No es la primera vez que el certamen deja su tradicional Mérida, pues en 2019 Caracas fue sede debido a los problemas de servicios de la ciudad andina.

Pero ahora la muestra va mucho más allá, a una tierra no solo con un clima que dista mucho del frío de la montaña, sino que pocos asocian con el séptimo arte.

Algunas de las personas que llegan dicen buenas noches, otras buenos días. Cuando no se ha dormido, la madrugada es imprecisa. El bus arranca, unos asumen la posición que les permita el asiento para dormir, otros cuchichean o bromean hasta que gane el sueño.

Fotos:

Ya en el ferry, hay más distensión. La luz del sol se apodera de la dinámica y varios empiezan a hablar de expectativas. Que si Hambre o La sombra del catire. Que si Mi tía Gilma o Vuelve a la vida. Que si La candidata o La prisión de mi padre

Son algunos títulos que llaman la atención. Hay quienes afirman que Mi tía Gilma puede ser una sorpresa en ficción. En el grupo está Jeska Lee Ruiz, quien acude al Festival del Cine Venezolano como actriz de dos películas en competencia: Tango bar de Gibelys Colorado y Azotes de Barrio 2 de Jackson Gutiérrez. Por esa última ya la reconocen en la calle y le piden fotos.

En otra conversación comentan que la jornada será ruda. El cronograma indica que la primera proyección comenzará a las 9:00 a. m. y la última a las 9:00 p. m. Hay que elegir bien, dice alguien.

Otra persona comenta que le parece curioso que de 24 largometrajes de ficción y 11 documentales, solo haya cinco mujeres

Ya en tierra firme hay que apresurarse para la rueda de prensa a las 6:00 p. m. en el hotel Tibisay de Porlamar. Así que almuerzo rápido y ducha aún más veloz.

En el encuentro con los medios, directora del Festival del Cine Venezolano, Karina Gómez, celebra los nuevos aires que rodean a la actividad, que se llevará a cabo en las salas de Cinex del centro comercial Parque Costazul, que durante los días del certamen dedicará de manera exclusiva su cartelera a las películas del certamen, aseguró Rocco Lasalvia, gerente general de Cinex.

En el encuentro con los medios también está Griselda Contreras, presidenta de Corpoturismo del estado Nueva Esparta. Habla de lo estimulante de una actividad como el festival para la zona, así como se le pregunta si hay planes de emular en Margarita encuentros como el Festival del Cine Venezolano, pero en otras áreas de la expresión artística con la intención de descentralizar la actividad cultural, tan caraqueña siempre. Palabras más, palabras menos, comenta que es parte de sus expectativas. Pero sí le sugiere a Karina Gómez que tome en cuenta a Margarita como nueva sede del certamen.

Luego, la inauguración del Festival del Cine Venezolano se realiza en un anfiteatro al aire libre a un costado del castillo San Carlos de Borromeo. Hay un espectáculo musical con niños y niñas bailarines de la zona que sonríen al público al ritmo de galerones y joropos orientales.

Palabras protocolares de la primera dama del municipio Maneiro, Esmeralda Salcedo, así como de Santiago Otero, presidente de Cinex, quien llega tarde al evento por retraso de un vuelo, pero le da chance de subir a la tarima para también regalarle  Karina Gómez una escultura de la virgen del Valle.

Luego, el jolgorio con salsa y merengue es en la plaza Pampatar, a un costado de la Casa de la Cultura Manuel Plácido Maneiro. Ya ahí pasadas las 9:00 p. m. empiezan a congregarse figuras conocidas como José Ramón Barreto, Irene Esser, Rolando Padilla, Jackson Gutiérrez. Hay cerveza y sangría. También gente del cine así como habitantes del lugar. Es la noche del domingo que parece viernes.

Ya algunos se devuelven al hotel. Alguien dice: “Ya mañana comienza lo bueno”. Se refiere a las jornadas de casi 12 horas de proyecciones de películas, pues hay que incluir en la cuenta los más de 70 cortometrajes.


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