El cineasta argentino tenía diez años sin presentar una película bajo su dirección. Retorna con una producción estadounidense.

Caracas. Hace diez años se estrenó Relatos salvajes, la célebre película argentina que le dio a la cultura pop personajes como Bombita, una referencia común en nuestros tiempos cuando se hace catarsis del hastío burocrático y la corrupción.

Su director, Damián Szifrón, no realizaba un largometraje desde 2014, y ahora su nombre vuelve a estar como cineasta en los créditos de una película con Misántropo, del año 2023. Es una producción estadounidense que se encuentra disponible en Max.

En la ciudad de Baltimore durante la celebración de Año Nuevo ocurre una tragedia. Un francotirador asesina a varios ciudadanos que se encontraban en distintos puntos de la ciudad. Genera todo un revuelo en la metrópolis. Los medios se abocan a poner los reflectores en la necesidad de encontrar al culpable de las 29 muertes. 

Misántropo
Misántropo forma actualmente parte del catálogo de la plataforma Max

Es entonces cuando aparece la oficial de policía  Eleanor Falco (Shailene Woodley), inadvertida, de bajo rango, pero con un talento poco apreciado debido a un historial de altibajos personales. Sin embargo, esa perspicacia es notada por el agente especial del FBI Geoffrey Lammark (Ben Mendelsohn), quien la llama a integrar su equipo de confianza para investigar los hechos. 

No cubre las expectativas

A los acuciosos de detallar nombres de directores y sus senderos, sin duda ver el nombre de Damián Szifrón genera expectativas. Pero en esta ocasión no serán suficientemente cubiertas, especialmente si se evocan las emociones generadas por Relatos salvajes, una referencia del cine hispanoamericano de los años recientes.

No es un desastre, pero sí es una película genérica de intriga policíaca, con claras intenciones de aludir a las contundencias de David Fincher. Cumple su función, con buenas actuaciones y un prófugo de la justicia que sí genera misterio en sus formas y motivos.

La película comienza muy bien con el planteamiento del conflicto, con un asesino despiadado que actúa desde las sombras.

Misántropo
En Misántropo Ben Mendelsohn interpreta a ese policía calmado y parsimonioso en su proceder

Damián Szifrón firma el guion de Misántropo junto con Jonathan Wakeham. Sus primeros dos actos están estructurados como se esperan en este tipo de obras de asesinatos y un criminal oculto cuyas razones se desconocen.

Luego, los responsables de la historia van mostrando las torpezas del asesino. Y no lo hacen de una manera desprolija, sino que aprovechan un simple hecho de rutina del individuo, de su supervivencia, para exacerbar las consecuencias de un descuido, y así ir hilando las pistas que lleven a su identificación.

Esa lectura de elementos para estructurar una personalidad está muy bien hecha, además de subrayar la naturaleza despiadada del criminal. 

Ya para su tercer acto, Misántropo luce apresurada en acabar con su trama. Llega un momento en el que sin ningún tipo de contemplación trata de ser cruda, con cierta contundencia al perseguido en los minutos finales de la trama, pero también sin mayor arrojo o sorpresa en su acabado. 

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