Tambores de San Juan fusionan la cultura y espiritualidad del pueblo de Curiepe

tambores de San Juan

Los tambores típicos de esta fiesta, el mina y el culo‘e puya, repican sin parar durante tres días consecutivos. En el pueblo se vive un ambiente de alegría que abarrota las calles de Curiepe.

Guarenas. Cualquiera puede pensar que una tradición que data de más de 300 años podría dejar de tener relevancia con el paso del tiempo. Pero en el caso de las festividades en honor a San Juan Bautista que se celebran en Curiepe, estado Miranda, no ha sido así.

Cada 24 de junio, Curiepe se paraliza por completo. En la entrada del pueblo, las autoridades trancan el paso. Hay que estacionar los vehículos y caminar entre el gentío, hasta la plaza Bolívar.

Las personas visten de rojo, color que también adorna las casas y las calles. A cada paso se escucha el sonido de los protagonistas de esta fiesta: los tambores mina y el culo ‘e puya. La celebración comienza en la víspera del 24 y culmina al día siguiente.

Frente a la plaza está la iglesia Nuestra Señora de Altagracia, templo que se queda pequeño para albergar a tanta gente.

A media mañana se oficia la Santa Misa y al culminar, sacan la imagen de San Juan Bautista. Pero no sale en una procesión típica, sino que la bailan al ritmo de los tambores, entre cantos improvisados, mientras recorre las calles y comunidades cercanas.

Una fiesta de base religiosa

Desde 2021, la Solemnidad de San Juan Bautista en Curiepe la celebra monseñor Tulio Ramírez, obispo de la diócesis de Guarenas, que abarca también a Guatire y la región Barlovento. Asumió este obispado hace cuatro años, después de ser obispo auxiliar de Caracas y vicepostulador de la causa de beatificación del doctor José Gregorio Hernández.

Para el pastor diocesano, se trata de una de las celebraciones eucarísticas más concurridas de toda la extensión territorial bajo su obispado.

San Juan Bautista es un santo de la Iglesia Católica, pariente de Jesucristo, primo hermano y precursor del Señor. Él lo anuncia como el ‘Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’ y llama a la conversión, a dar el paso a una vida nueva a través del bautismo”, explica monseñor.

Monseñor Tulio Ramírez asegura que la solemnidad de San Juan de Curiepe es la más concurrida en toda su diócesis. Cortesía CEV

En tal sentido, resaltó que la celebración eucarística se centra en los oficios litúrgicos propios del día, con todo el respeto y la solemnidad que merece este acontecimiento. Sin embargo, también destaca que el papel de la Iglesia no se limita a la festividad religiosa.

“Además de la celebración relacionada con la parte eclesiástica, la Iglesia también acompaña la celebración cultural. Junto a la Sociedad de San Juan Bautista de Curiepe, organizamos la programación, acompañamos la salida y recorrido del santo, también bailamos y celebramos, porque esto también forma parte de la festividad”, destacó monseñor Ramírez.

Sincretismo entre religión y cultura

La fiesta de San Juan Bautista tuvo su origen en la época de la Colonia. A los esclavos se les concedía día libre el 24 de junio, porque los dueños de las haciendas respetaban este día, por su cultura católica.

Los afrodescendientes que se asentaron en esta región acostumbraban tocar sus tambores de origen africano, para celebrar el inicio del tiempo de cosecha. Como estaban libres, la celebración se hacía en grande.

Curiepe fue fundado por negros libres, que no estaban esclavizados. Pero la costumbre de tocar los tambores ese día y celebrar se mantuvo. Con el tiempo, la Iglesia Católica se estableció en el pueblo. Como se celebra la natividad de San Juan Bautista, de allí nace la fusión cultural religiosa como hoy se le conoce de los tambores de San Juan, de acuerdo con el relato del profesor Carlos Longa Llamozas, presidente de la Sociedad de San Juan Bautista de Curiepe.

“Si bien esto forma parte del arraigo y la identidad del curiepero, es casi imposible separar el aspecto cultural del religioso, porque los visitantes que vienen a Curiepe cada 24 de junio, la mayoría lo hace por los tambores. Sin embargo, otra importante cantidad de personas llega por la parte espiritual, por la ceremonia religiosa o para cumplir una promesa de algún favor concedido por el santo”, manifestó.

Longa Llamozas reconoce y respeta la libertad de culto. En tal sentido refiere que “si bien es cierto que la mayoría de los pobladores tocan sus tambores en honor a San Juan Bautista, hay otras personas que practican otra religión, pero que también tocan sus tambores por gusto propio, porque eso forma parte de la tradición curiepera y es un día para celebrar”.

Patrimonio de la Humanidad

La vistosidad, la concurrencia de personas y el tiempo que lleva celebrándose esta manifestación cultural y religiosa en Curiepe, así como en otros poblados de la costa central venezolana, le hicieron merecedora de una distinción de talla mundial.

En 2021, el Fondo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Esto representa un orgullo para Adrián Monasterios, cronista del municipio Brion del estado Miranda, donde se encuentra Curiepe, su pueblo natal.

“Que la Parranda de San Juan haya sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es un reconocimiento al gentilicio curiepero, a nuestra historia, al esfuerzo que implica para cada familia participar de alguna forma en la festividad, al tambor que forma parte de nuestra identidad. También es un compromiso para mantener la tradición y que se extienda de generación en generación”, enfatizó.

En Curiepe, San Juan Bautista suena a tambor. Foto cortesía Gobernación de Miranda

Para monseñor Tulio Ramírez, también es motivo de júbilo. “Es un reconocimiento a la perseverancia, a la tradición que se mantiene en el tiempo y nos debe llevar a institucionalizar la formación para que siga trascendiendo”, indicó.

El obispo destacó que en el territorio que abarca su diócesis, aparte de las festividades en honor a San Juan Bautista, otras dos manifestaciones culturales de origen religioso también fueron declaradas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco: la Parranda de San Pedro, que se celebra en Guarenas-Guatire, y la Fiesta de los Santos Inocentes de Caucagua.

Lea también:

Encender el fuego, cortarse el cabello o bañarse en el mar: “Si San Juan lo tiene, San Juan te lo da”


Participa en la conversación