De acuerdo con un conteo periodístico, entre enero y septiembre de este año han sido asesinadas 94 mujeres. Aunque la cifra representa 31 % menos comparado con el 2016, especialistas indicaron que es poco lo que los entes han hecho para prevenir la situación.

Caracas. El 7 de junio, Nery Salazar recibió un tiro en el rostro cuando se resistió a un robo, en Barlovento. Dos días después moriría Franyelis Moreno, de 25 años, luego de ser presuntamente arrojada desde un vehículo en Valles del Tuy.

Ese mismo día, 9 de junio, Nohemi Briceño fue quemada dentro de su trabajo, en Filas de Mariche, cuando delincuentes entraron a robar. Para esa misma semana, otras dos mujeres perdieron la vida, tras recibir puñaladas y machetazos, sin conocerse las causas aparentes.

El asesinato de féminas es variopinto y estas cinco víctimas forman parte de los 94 homicidios de mujeres que se han registrado en la Gran Caracas entre enero y septiembre de este año, de acuerdo con un conteo periodístico realizado por Crónica.Uno con soporte en la prensa nacional. En 2016, según cifra extraoficial, se registraron 137 en el mismo lapso.

Según los datos, se evidenció que entre abril y julio de este año —meses en los cuales se llevaron a cabo una serie de protestas en contra del gobierno de Nicolás Maduro— la prensa reportó al menos 38 homicidios en contra de mujeres. Mientras que en 2016 se registraron 60 asesinatos en el mismo período.

Aunque las cifras, en comparación con el año pasado, presentan una disminución de 31 %, Ana Mary Risso, especialista en género y violencia contra la mujer del Instituto Metropolitano de la Mujer (Inmemujer), prefiere dejar en entredicho tal presunción.

Indicó que los entes que deberían aportar cifras, como el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y el Ministerio Público, no permiten ningún tipo de acceso a la información. Por lo tanto, no se cuenta con una vocería oficial para comparar o verificar si las cifras disminuyeron o aumentaron.

Es un problema político. Las instituciones no hacen nada para prevenir los homicidios. Mientras una mujer denuncia, hay 9 que no lo hacen. En ocasiones no se admiten las denuncias para así no tener registros, por lo tanto, las mujeres también están viviendo una violencia estructural”, agregó.

Por otro lado, Ofelia Álvarez, directora de la organización Fundamujer, sostuvo que la opacidad en las cifras y la falta de respuestas por parte del Estado permite la impunidad en la mayoría de los hechos. El desconocimiento sobre el número de muertes y sus indicadores dificulta la tarea de desarrollar estrategias para atender y prevenir la situación.

Robos toman la delantera

El tipo de violencia que ha ido en aumento, según Risso, es aquella relacionada con la inseguridad, como los robos, enfrentamientos o balas perdidas. Álvarez, por su parte, lo llama “violencia delincuencial”, pues ocurren sin causa aparente y quien comete el delito no conoce a la víctima o no mantiene ninguna relación con ella.

De acuerdo con las cifras de Crónica.Uno, en 35 casos no se conocen las causas de la muerte. Mientras que el móvil principal fue el robo en 20 asesinatos. Otras 11 murieron por balas perdidas al quedar en medio de enfrentamientos entre bandas delictivas.
Eucaris Muzziotty, de 18 años, recibió un disparo cuando regresaba a su casa en un mototaxi y dos delincuentes los abordaron en Graveuca, Petare.

También 13 fueron ultimadas luego de mantener alguna discusión (en 8 casos con sus parejas o exparejas), 4 por venganza, 3 al ser secuestradas y dos por amenazas. El resto perdió la vida por sicariato (1), por presunto enfrentamiento con funcionarios policiales (1), ajustes de cuentas (1) o simplemente por ser policía (1).

En junio pasado, en menos de 24 horas fueron asesinadas Yanetzi Lusinchi, de 36 años y Yulimar López, de 33. La primera murió por una puñalada en el cuello, en una fiesta en Minas de Baruta. A López le dieron machetazos y múltiples disparos mientras caminaba por la Cota 905.

Risso indicó que, a diferencia del asesinato de los hombres, la principal característica en el caso de las mujeres es que en ocasiones, estas son asesinadas “solo por ser mujer, pues la matan por considerarlas objetos”.

En estos casos, las mujeres golpeadas o violentadas no reconocen el patrón y comienzan a normalizar su situación, al tiempo que tanto familiares, hijos e inclusos vecinos sufren con la situación.

Se dejan huérfanos, hay una familia que llora su muerte. Si hay una discusión en casa, los gritos son escuchados por los vecinos. Hay toda una cadena, pero muchas no se dan cuenta de su situación sino cuando es muy tarde.

Aunque en 58 casos, las féminas murieron a causa de disparos, otras 14 fueron asesinadas por armas blancas. 12 fueron golpeadas hasta morir. Los demás homicidios se reparten entre desmembramiento (1), quemaduras (2), estrangulamiento (2), envenenamiento (1). En 4 hechos, la prensa no reportó la causa.

Ninguna forma de violencia se debe subestimar, eso va escalando y luego termina en asesinato. Debido a la impunidad, el victimario sabe que puede matar, y es deber del Estado cambiar eso, acotó la especialista en género, Risso.

Por otro lado, las mujeres deben contar con asesoramiento jurídico al formalizar las denuncias y no acostumbrarse a la violencia, sobre todo de parte de la pareja, pues “agresor es agresor y no dejará de serlo solo por prometerlo”.

Risso aconsejó que el Ejecutivo debe apuntalar el sistema de justicia, colocando tribunales en cada estado, mientras que cada parroquia debería contar con oficinas para colocar las denuncias.

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