Muchos venezolanos no tienen ni siquiera plata para medio comer. Analistas indican que hay desesperación por la carencia de alimentos y medicinas. 

Caracas. David Lucena, de 57 años, hurga entre las bolsas de basura que dejan en una esquina de la Plaza El Venezolano, en pleno centro de Caracas. No busca cartones ni otros materiales para reciclar, mete sus manos en la basura para rescatar piezas de pollo, restos de verdura y hasta pasta.

“Nunca antes había estado así. Me vi en la obligación de salir a revisar entre la basura. No puedo pagar un plato de comida. El sueldo no me alcanza”, contó mientras acomodaba en un plato de plástico los residuos que rescataba de los desechos.

Lucena no estaba solo junto al montón de bolsas que apilaban los trabajadores de los restaurantes cercanos a la plaza. En un abrir y cerrar de ojos, llegaron otros seis hombres para hacer lo mismo.

Estos señores no tenían aspecto de menesterosos. Llegaron atraídos por la cantidad de comida arrumada en la esquina. Se les vio incluso con bolsos y morrales. Comían directamente de las bolsas. Algunos sacaron envases y los llenaron sin importar que tenían más de un ojo curioso sobre sus espaldas. Los que pasaban veían con asombro las imágenes que reflejaban pobreza y miseria en todo su esplendor.

Muchos comen directamente de las bolsas de basura, otros hasta sacan sus envases
Muchos comen directamente de las bolsas de basura, otros hasta sacan sus envases

No solo por adicciones o abandono del hogar, la crisis también lleva a que más ciudadanos caigan en la indigencia por no tener con qué comer. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe de Panorama Social de 2015 calculó que el pasado año en Latinoamérica 175 millones de personas estuvieron en pobreza de ingresos, de los cuales 75 millones estaban en situación de indigencia.

En Venezuela, los datos de indigencia tienen tres años que no se actualizan, pero la cifra de 2013 señalaba que el índice de indigencia estaba en 9,8 % cuando en 2012 fue 7,1 %. En 2014, 2015 y 2016 los desequilibrios de la economía han acentuado esta situación.

Los venezolanos sufren una severa escasez de artículos básicos por la baja producción y una elevada inflación que pulveriza el salario. Por ese deterioro del sueldo, en 2015 la pobreza por ingresos subió a 76 %, según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Simón Bolívar (USB).  

Ese dato indica que 20 millones de personas tienen limitaciones para adquirir los artículos básicos. Los venezolanos están comprando menos cantidades de alimentos y están restringiendo los gastos en educación y recreación, pero a un segmento de la población la plata no le alcanza ni para la comida. A 93 % de las familias más pobres el dinero no le rinde para alimentación, indicó la Encovi.  

En 2015 la inflación de alimentos fue 315 %, de manera que para muchos adquirir los artículos básicos se hace cuesta arriba, y no hay ajuste del salario que valga. Este año la aceleración ha seguido y para poder comprar un kilo de hortalizas las familias tienen disponer de mínimo 1000 bolívares y para un kilo de pollo, 2000 bolívares.

Lucena comentó que el número de personas que escarba en la basura crece. “He visto que cada día viene más gente. Hasta mujeres con sus carteras y niños. Comen de la basura con desesperación. Esto no lo viví cuando estaba Chávez vivo, la verdad es que la crisis me está pegando. Da vergüenza, y uno se siente mal, aquí donde me ves esto es lo primero que le meto al estómago. Desde las 7:00 a. m. que salí de la pensión no había podido comer”, comentó al tiempo que vigilaba de cerca los pedazos que ya había podido rescatar. 

Otro hombre agarraba recortes de jojoto y se los llevaba a la boca sin perder tiempo. No importó que estuvieran ligados con otro tipo de basura o minados de moscas. En sus ojos se notó la desesperación. “Estamos pasando hambre”, alcanzó a decir.

Los datos de indigencia están hasta 2013 y ese año el índice fue de 9,8%. En 2012 fue 7,1%
Los datos de indigencia están hasta 2013 y ese año el índice fue de 9,8%. En 2012 fue 7,1%

Para Agustín Blanco Muñoz, profesor titular de la UCV y doctor en Ciencias Sociales, la pobreza está en pleno crecimiento: “Hay que estar bien claros. Bajaron los precios del petróleo y quedó a un lado las posibilidades de hacer la inversión para superar la pobreza y para mantenerla controlada. La pobreza no nació con el chavismo. También es cierto que ellos [Gobierno] han hecho esfuerzos, aunque sean equivocados, por mejorar la situación. Lo hicieron con un petróleo a 100 dólares el barril”. 

Sin embargo, apuntó que ese esfuerzo se evaporó, porque no hay recursos y lejos de crear el factor producción, lo que hicieron fue inventarse una pobreza tarifada.

“Es decir, como el país dependía de la explotación petrolera lo que hicieron fue justamente empezar a regalar todo y ahora como no hay nada que regalar revienta la crisis. Simplemente el modelo se agotó. Y ahora con los llamados motores de la economía puede haber una recuperación en el plazo inmediato, pero mientras eso ocurra la pobreza y el hambre siguen avanzando y a paso de vencedores”, expresó el profesor.

Así como David, también hay grupos de gente en la entrada de la calle Cagigal en El Valle que buscan entre los desperdicios y comen directamente del suelo.

En el mercado mayor de Coche, por la parte de los galpones, el escenario es más dramático aún porque se ven mujeres —algunas de la tercera edad— con niños sacándole el poco alimento que le queda a los espinazos de pescado que botan las pescaderías. Llegan incluso a pelearse por la mejor tajada. Mientras otros recuperan verdura medio dañada.

Los vendedores dicen que eso siempre ha sido así.

“Vienen de todos lados, muchos eran pichacheros, los que recogían para vender. Pero ahora se ve que lo hacen personas porque no tienen qué comer”, señaló un comerciante, que quiso mantener su nombre en reserva.

En las cercanías en los mercados las mujeres (unas de la tercera edad) sacan el poco alimento que le queda a los espinazos de las piezas de pescado
En las cercanías en los mercados las mujeres, unas de la tercera edad, también buscan alimentos en las bolsas

Por las avenidas Quinta Crespo y Urdaneta, cerca de los restaurantes se les ve merodeando justo a la hora que empiezan a sacar la basura.

“En mi caso prefiero pedir las sobras a la gente que deja en el plato. Los mesoneros a veces se molestan, pero lo hago por necesidad”, dijo Marcos Díaz, quien estaba sentado en la Plaza Caracas, con una bolsa de ropa y varios envases de anime en donde guardaba una ensalada y varios huesos de pollo.

La situación para Blanco Muñoz es tan grave porque hay gente muriendo por hambre, por medicinas. “Y esto está afectando a los pobres y al que tenía recursos económicos. La clase media está profundamente golpeada. Nunca antes un país en el mundo había estado en una situación como esta, que no fue producto de una guerra, por ejemplo”.

El profesor de la UCV es crítico:

“Venezuela es hoy un colectivo conformado por personas que van por el camino de la muerte: sin comida, sin salud, sin dinero, sin seguridad. Es una sociedad donde prevalece la desesperación por la carencia, a la que hasta el buen humor se le está fracturando”.

A David Lucena, que dice no tener los estudios completos, le pasa eso. “Me siento desesperado y me angustia esto. Por ahora lo que trabajo me alcanza para pagar el día en la pensión. Pero si sigo así, ¿será que me toca dormir en la calle?”, se preguntó.

Marino González, profesor del departamento de Ciencias Económicas y Administrativas de la USB, aseveró que como no hay cambios en las políticas económicas, la pobreza aumentará. Para este año, diversas firmas estiman una caída de la economía entre 6 y 8 % y una inflación de 300 %.

La prolongación de la crisis lleva a que más venezolanos se sumen a las filas de la pobreza
La prolongación de la crisis lleva a que más venezolanos se sumen a las filas de la pobreza
Analistas señalan que en el país prevalece la desesperación por la carencia.
Analistas señalan que en el país prevalece la desesperación por la carencia.

Fotos: Cheché Díaz


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