Los niños, niñas y adolescentes aprenden de tenis en una escuela que funciona en un colegio del barrio petareño. La idea nació de Ana Vallenilla, Ramón Dip y el tenista David Souto, quienes materializaron su propósito de enseñar este deporte a personas de sectores populares.

Caracas.¿Profesor, puedo estar en la práctica de los grandes?, pregunta una estudiante.

El profesor asiente con la cabeza y Maryángel Páez, sin dudarlo, toma su raqueta de tenis y se incorpora a la fila donde hay otros compañeros que le doblan el tamaño.

Maryángel, de 10 años de edad, aprende tenis gratis en la Fundación Tenis Para Ti, en el Colegio Corazón de María, en el barrio Campo Rico de Petare.

La Fundación Tenis Para Ti lleva ocho años enseñando tenis a niños y niñas de Campo Rico. Foto: Tairy Gamboa

Al terminar mi práctica con los más pequeños, me quedo esperando y entreno con ellos. Eso me ayuda a mejorar porque ellos me dicen cuándo fallo, me enseñan y me motivan.

Antes no conocía sobre la existencia del tenis, pero desde que lo conoció lo ve como una pasión y una meta que espera llevar hasta el nivel profesional en su adultez.

Maryángel también quiere ser diseñadora de interiores en el futuro. Foto: Tairy Gamboa

Me acuerdo que al principio tomar la prueba para ‘el semillero’ –grupo de quienes inician– no me llamaba la atención. Pero cuando avanzaban las clases quería saber más. Ahora cuando mi mamá me dice que debo faltar me pongo triste, cuenta Maryángel.

El proyecto fue creado en 2016 por el tenista venezolano David Souto, junto con Ana Vallenilla y Ramón Dip. Beneficia a 100 niños, niñas y adolescentes del Colegio Corazón de María.

Los niños y niñas también reciben colaboración de Tenis Sapien, una organización que les colabora con uniformes, zapatos, pelotas, raquetas y todo lo que necesiten. Foto: Tairy Gamboa
“El tenis es mi vida”

Yeider Monterola fue uno de los pioneros de la escuela. Formó parte del primer semillero de la iniciativa de tenis. Comenzó a los 10 años de edad.

Tras la llegada de la pandemia de COVID-19 Yeider se sintió presionado y abandonó las clases y el tenis, ya que para formar parte de algún grupo debía ser alumno regular del plantel.

Por su talento, Yeider logró ser exonerado de pagos al entrar a la Federación de tenis. Foto: Tairy Gamboa

No supe manejar la presión de las clases a distancia. Con tantas tareas me sentí presionado y así no sé trabajar. Mi papá me dijo que si no iba a estudiar, tenía que trabajar. Así fue como llegué a la albañilería, afirma Yeider.

El trabajo que hacía junto con su padre le generó una hernia y ganas de retomar sus estudios. Más que un castigo, vio la decisión de su padre como una lección.

En ese entonces, la profesora Mariligia Moreno aceptó su petición, le recordó que debía repetir el año que abandonó y preparó unas guías para que se pusiera al día.

Fue la mejor decisión, debido a que a sus 17 años ha logrado múltiples medallas, así como entrar exonerado a la Federación de Tenis.

Yeider juega tenis desde que tiene 10 años de edad. Foto: Tairy Gamboa

Yeider también hace un curso junto a Tenis Sapien, otra organización que apoya a la institución educativa, y es asistente de tenis en el Club Santa Paula.

Tenis Sapien respalda el proyecto con donaciones de raquetas, zapatos, uniformes, pelotas y otros instrumentos necesarios.

El tenis es mi vida. Quiero llegar muy lejos, expresa el estudiante y agrega que le gustaría mucho conocer España.

La Fundación Tenis Para Ti tiene como propósito llegar a otras escuelas. Foto: Tairy Gamboa
Nace un proyecto

El tenis es un deporte de poco acceso a las personas de zonas populares, pensaron Ana Vallenilla y Ramón Dip, una pareja unida por el matrimonio y su amor por el tenis.

En ese entonces, el tenista David Souto les dijo que en otros países se comprobó que una vez que los niños y niñas practicaban en canchas más pequeñas y agarraban su golpe, o swing, con pelotas de transición, podían lograr entrar a una cancha regular con todas las habilidades adquiridas.

Como llevaba años trabajando en el colegio (Corazón de María), le dije que tenía el espacio que era perfecto para ser adaptado, comenta.

Foto: Tairy Gamboa

Al escuchar sobre la iniciativa, la directora de la institución no dudó en aceptar. A su juicio, el deporte es la mejor manera de apartar a los jóvenes de las calles y lo negativo que pueden encontrar en ellas.

Ha sido un proyecto que ha superado nuestras expectativas porque lo iniciamos pensando en que niños de escasos recursos pudieran ser entrenadores y quizás alguno ganara. Pero resulta que ahora tenemos 15 que son prospectos para jugar a nivel profesional, manifiesta la profesora Mariligia.

Insiste en que sus alumnos la hacen sentir muy orgullosa y le demuestran con su esfuerzo que su decisión fue acertada.

La idea es llegar a otros sectores de zonas populares. Muy pronto abriremos en un colegio de Filas de Mariche y otro ubicado en una zona rural de El Hatillo, advierte la tenista, quien sostiene que la meta de su proyecto es crecer.

Foto: Tairy Gamboa
Un deporte que todos pueden practicar

Jesús Baptista, profesor de Educación Física y tenis en el Colegio Corazón de María, cuenta que los alumnos entrar a los grupos tras aprobar las pruebas. Ahí se ven las capacidades del estudiante.

Recuerda que en la actualidad debe hacer pruebas porque muchos niños y niñas quieren formar parte del semillero, en el que alumnos de etapa preescolar participan.

Jesús Baptista, entrenador de tenis y profesor de Educación Física, ya tiene cinco años enseñando en el Colegio Corazón de María. Foto: Tairy Gamboa

Baptista recalca que la idea es que en el futuro, los estudiantes puedan obtener becas o como preparadores de tenistas: El propósito es que encuentren en este deporte distintas herramientas que les sirvan para la vida.

Añade que el tenis es un deporte que con muchas ganas todos pueden practicar.

El aprendiz más pequeño del semillero, como se llama el grupo de los que inician, tiene cinco años de edad. Foto: Tairy Gamboa

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