Con la producción avícola actual, Venezuela no igualaría los números de hace más de una década. Por lo que se necesitan mayores esfuerzos para ranquearse en el mercado latinoamericano
Valencia. Venezuela se encuentra en un momento en el que apunta su mirada hacia la explotación de productos no petroleros. La industria avícola es una de esas columnas vertebrales y la batuta en Carabobo la lleva la Avícola Carabobo, en la localidad de Vigirima, parroquia Yagua del municipio Guacara.
Esta empresa le abrió las puertas a Crónica.Uno para hacer un recorrido por las instalaciones y conocer de cerca la producción de pollo y sus derivados, así como su sistema de comercialización.
Kamil Albazi, dueño de la compañía, explicó que su marca Mil Pollos ha penetrado el mercado carabobeño, principalmente en cadenas pequeñas de supermercados que han emergido en los últimos tres años como El Chacal o La Granja. Este posicionamiento no es fortuito, Albazi atribuye el éxito a que sus productos se venden a menor precio que los de la competencia y mantienen la calidad. Ambos aspectos hacen a la marca altamente competitiva.
De acuerdo con el presidente de la empresa, la avícola cuenta con una capacidad de producción de 70.000 pollos por jornada laboral. La expectativa de este empresario es conseguir un aumento entre 40 % y 50 % en su producción. Esto se traduce en 35.000 pollos más.
Los Dracupollos
Solo Carabobo aporta 35 % del consumo nacional. Por ende, se tratarían de 8,9 millones de pollos al año. De esta cifra, solo 20 % lo aporta la avícola Carabobo, informó a Crónica.Uno, Thais Peñalver, presidenta de Fedeindustria Carabobo.
Avícola Carabobo tiene claros nexos con el gobierno de Nicolás Maduro. Esto queda en evidencia al llegar a la empresa, puesto que en sus murallas se ve un deteriorado murciélago con el nombre de la marca “Dracupollos”, un producto promovido por el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, durante 2019 y del cual no se ha escuchado más en la actualidad.
Para ese entonces, la meta de Lacava era lograr la producción de un millón de pollos por mes. De los cuales a finales de diciembre de 2019 habían logrado 100.000, cuyo destino serían las cajas de los Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP) por un precio solidario y mediante alianzas con el sector privado.
Estos pollos eran llevados a la avícola donde se les ofrecía el servicio de matadero, puesto que otras empresas se encargaron de su cría. Dichos recursos fueron aportados por el Consejo Federal de Gobierno, según información dada por el mismo Lacava, sin precisar la suma de los recursos.
La quiebra del pollo
Fueron estas conexiones las que ayudaron a crecer a Avícola Carabobo. De hecho, esta idea aumentó luego que Albazi y su esposa anunciaron un proyecto en conjunto con el Ministerio de Agricultura, Productiva y Tierras, a cargo de Hendryx Rangel. La idea es activar las granjas que se encuentran inoperativas. No obstante, nadie en el contacto televisado con el presidente Nicolás Maduro especificó las razones que llevaron a la quiebra a estas avícolas. Tampoco se precisó cuánto tiempo llevaban paralizadas.
En Carabobo, históricamente en la zona de Carlos Arvelo, en el eje oriental del estado, estaban instaladas la mayoría de estas granjas de pollos, las cuales se podía ver en las carreteras que conectaban Carabobo con Aragua hasta llegar a la localidad de Magdaleno, en el municipio Zamora. Cabe destacar que mientras Carabobo ocupa el segundo lugar en producción avícola, Aragua ostenta el primer lugar.
Zonas como Manuare, en la parroquia Belén del municipio Carlos Arvelo, también tenían producción avícola, pero dirigentes como Orlando Páez, conocedor del municipio, especificaron que la crisis económica y el deterioro profundo de la vialidad terminaron por quebrar no solo a las avícolas, sino a otras industrias agropecuarias. Esto no ha cambiado en la actualidad.
Internacionalizar y exportar
Sin embargo, la realidad es que Avícola Carabobo tiene proyecciones de internacionalizarse, por lo que la empresa realiza trámites y alianzas estratégicas para penetrar en el mercado caribeño con ayuda de Fedeindustria.
El mismo Maduro, en el ya mencionado contacto televisado, ordenó aumentar la producción en vista de que, a su juicio, el motor agroalimentario debe ser una ventana para construir “la ruta exportadora de las 7T”.
Por ende, se podría inferir que la producción de pollos sería unos de los pilares del Gobierno una vez sea aprobada la Ley de Fomento de Exportación de Productos no Petroleros, la cual lleva más de seis meses en segunda discusión y es clave para el líder de los empresarios y presidente de Fedecámaras, Adán Celis, quien confirmó a Crónica.Uno la necesidad de su probación.
Las instalaciones de la avícola cuentan con tecnología avanzada, lo que contrasta con la realidad de la empresa hace apenas cinco años. Albazi explica que la modernización es el resultado de una gran inversión. “Se incorporó tecnología industrial avanzada para incrementar la eficiencia y la eficacia del proceso productivo”.
Esto no solo mejoró la perspectiva productiva, sino que mejoró el mercado laboral del municipio Guacara, para el que aporta 380 nuevos empleos.
El pollo en números
Según Acuña, el consumo per cápita de pollo se mantiene alrededor de 27 kilos anuales, mientras que el consumo de huevos asciende a unos 108 unidades por persona al año. Lo que equivale a poco más de tres cartones de huevos.
Estos números, según la empresaria, son positivos, si se toma en cuenta que para 2023 aumentó la producción de pollos en 5,5 % y la de huevos subió 7,5 % más. En Venezuela se producen 19 millones de pollos y de esos 15 % vienen de Carabobo.
Pero, al ver las cifras en una cronología Crónica.Uno se encontró con lo siguiente. Solo en 2012 Venezuela producía en todo el país 482,7 millones de pollos y 16,7 millones de ponedoras, lo que la posicionaba como la sexta con mayor producción del bloque latinoamericano. Así lo reflejaba la base de datos de empresas líderes de WATTAgNet.
Cinco años después, Venezuela producía 252,67 millones de pollos y 13,5 millones de ponedoras. Es decir, casi la mitad de la producción, en el primer caso, y cerca de 20 % en la segunda área.
A su vez, la ingesta de pollo en 2012 en el caso venezolano era de 34,7 kilogramos de pollo por persona, siete kilogramos más que ahora, y 132 huevos por persona, es decir, 24 huevos más. Si bien los números actuales son mejores que el período oscuro de 2017, aún no hay una recuperación plena.
La WATT clasificaba en 2022 a Venezuela como el país con menos consumo de pollo, con 15,5 kilogramos per cápita. En otras palabras, el aumento productivo del país empezó en 2023. Si la producción actual de Venezuela sirviera para ranquearla en 2022 ocuparía el puesto número ocho. Este dato evidencia que el mercado latinoamericano ha crecido y Venezuela necesita mayores esfuerzos para volver a ser competitiva.
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