Conductores denunciaron que los antisociales atracan mientras la camionetica está en marcha pues, cuando retienen una unidad para pedir rescate, los cuerpos de seguridad inician operativos y eso no les conviene.
Caracas. Los delincuentes de Ocumare del Tuy, estado Miranda, se las saben todas más una y se ajustaron a las medidas preventivas que tomaron los transportistas con nuevas formas de robarlos.
El gremio de conductores de rutas urbanas y suburbanas se unió para luchar contra el hampa, en vista de que diariamente secuestraban las unidades para después pedirles altas sumas de dinero como rescate. La acción, en cierta medida, fue una piedrita en el zapato para las bandas armadas e idearon nuevas modalidades para atracarlos.
Ahora, además de robar a los pasajeros y conductores, los desnudan. Y según un transportista —que por seguridad pidió no revelar su nombre— los hampones se llevan los forros de los asientos para que las víctimas no tengan con qué cubrirse el cuerpo en ropa interior.
La fuente señaló que este modus operandi comenzó a aplicarse en las líneas con rutas Ocumare-Yare-Santa Teresa, como sucedió el lunes 8 de agosto, a la altura del sector La Veraniega. Los sujetos abordaron la unidad de la línea Unión San Diego alrededor de las 4:30 am, y luego de robarlos a todos, los dejaron sin vestimenta.
“Como saben que nosotros paralizamos todo Ocumare si secuestran una unidad para obligar a los funcionarios a que nos ayuden a localizar la camionetica, ahora están aplicando esta de robar en el trayecto y además dejarlos desnudos”, reveló el trabajador de transporte.
Y cuando tanto pasajeros como choferes corren con la suerte de que no les quiten la ropa, resulta que otro grupo aborda la unidad mientras está en marcha, los despojan de sus pertenencias y luego se bajan: “Después cruzan la calle y se montan en la que va en sentido contrario para robarla también”.
Los sectores donde más suelen subirse a las camioneticas son la vía del Placer, la vía de Marare, La Mata, Colonia Mendoza y, el más peligroso según los conductores: La Veraniega.
“En ese caserío es donde está el grueso de los malandros. Abordan las unidades en la madrugada, entre 4:30 am y 6:00 am, después se retiran”, contó.
Los conductores de rutas urbanas y suburbanas apoyan la protesta pacífica de los comerciantes —de bajar una hora de su horario— para que las autoridades hagan patrullaje constante. De no lograrlo, podrían hacer un paro general.
Taxistas a monte con secuestros
Los choferes de taxi han corrido con menos suerte y en lo que va de año, los antisociales han secuestrado al menos 35 vehículos, que entregan después de conseguir grandes sumas de dinero.
Un representante —que pidió no ser identificado— apuntó que de los 35 carros secuestrados han perdido dos, porque no aparecen. El resto los dejan en zonas solitarias después de que los dueños cancelan alrededor de 300 mil bolívares.
“Ellos se comunican con el dueño y le piden dinero. Le dicen dónde lo tienen que dejar y nosotros ya nos hemos vuelto expertos buscando la forma de negociar con ellos. A veces enviamos el dinero con personas que conocen esas bandas. Siempre tenemos miedo de que nos hagan algo”, dijo el taxista, con más de 11 años de experiencia.
Los secuestros de vehículos son tan constantes que como método de prevención los taxistas solo llevan a clientes o personas conocidas. Si un pasajero pide una carrerita en la parada, los choferes les hacen varias preguntas para detectar si se trata de un antisocial, por eso procuran no quedarse solos porque lo que no descubre uno, lo hace el otro.
“Los malandros aquí se han hecho pasar por cristianos. Se visten como tal, hablan como tal y en todo el camino casi que van diciendo la palabra, de repente en los sectores más candela nos roban”, acotó.
Por temor evitan meterse a ciertas zonas, como la Colonia Mendoza o La Veraniega, porque hay muchas bandas que tienen a monte al transporte público. Además bajaron su horario laboral y por ende no hacen tantas carreras como antes, situación que afectó su bolsillo.
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Hace dos meses mataron a un compañero, José Ángel Izquierdo, en la calle Padre Arroyo de El Rodeo, para robarle el vehículo. La víctima de 27 años tenía al menos dos meses laborando, según un colega.
En esa misma zona atacaron a tiros al alcalde del municipio Tomás Lander, Julio César Marcano, a su esposa, y otras personas, el 4 de mayo de este año. La cónyuge del político resultó herida en ese episodio,por lo que el Ministerio Público (MP) designó a una fiscal para su averiguación.
“Yo a las 6:00 pm me retiro porque me da miedo, igual el resto de mis compañeros. Los que trabajan después es con riesgo. Cuando comencé como taxista trabajaba de noche y me quedaba hasta la 1:00 am, ahorita nadie comete esa locura”, destacó el chofer, a quien hace un mes le asesinaron a su hijo de 18 años en la urbanización La Paz, Caracas.
El gremio del transporte público cuenta con el apoyo de los funcionarios policiales, pero para ellos no es suficiente porque igual siguen azotados por el hampa. Denunciaron que cuando entran a ciertas comunidades hay puestos de control, pero de malandros, que los obligan a bajar los vidrios del vehículo para revisar si llevan alguna “culebra” (enemigo) de ellos, o aprovechan y secuestran la unidad; es por ello que demandan patrullaje permanente y alcabalas para disminuir los delitos.
Según un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) los transportistas sienten miedo y desconfianza detrás del volante. La mayoría de los entrevistados indicaron que temen perder la vida cada mañana que salen a trabajar.
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Incluso arrojaron que sienten desconfianza de los pasajeros por cuanto exhiben prendas de valor que llaman la atención de los antisociales. A su vez, quienes usan el transporte público también recelan de los choferes, ya que creen que están en complicidad con las bandas armadas.
El OVV concluyó, luego de la investigación, que los transportistas prefieren ganar menos que convertirse en una potencial víctima, dado que disminuyeron sus horarios laborales.
El domingo 21 de agosto se ejecutó una Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP) en el sector Pueblo Nuevo y en la parroquia Santa Bárbara del municipio Tomás Lander, en la cual fallecieron siete presuntos delincuentes. Medios locales identificaron a los abatidos con los apodos de “El Chivo”, “El Rayado”, “El Meyo”, “El Moreno” y “El Abraham”.
Fotos referenciales: Cristian Hernández
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