Denuncian que los funcionarios les cobran vacuna a los comerciantes, que se hacen los locos cuando los muchachos consumen droga en la plaza y que en las colas de los supermercados les dan preferencia a los bachaqueros.
Caracas. La categoría de “zona roja” llegó para quedarse en la plaza La Concordia, parroquia Santa Teresa, espacio que fue recuperado por la Alcaldía de Caracas a mediados de 2015.
Esta zona —donde en la época de Juan Vicente Gómez funcionó la cárcel conocida como La Rotunda— según los mismos vecinos, está rodeada de bares, pensiones y es sitio de encuentro para la prostitución y para la venta y consumo de sustancias estupefacientes.
“Nada que atraiga al turismo”, mencionó una vecina del conjunto residencial La Concordia.
No hace mucho que se terminó de instalar en esa plaza un puesto de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Está apostado de cara a la esquina de Cárcel y frente a un edificio OPP-58 de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).
Sin embargo, uno de los vecinos de la zona —que pidió mantener su anonimato por seguridad— relató que el hecho de que los funcionarios estén allí es más bien “una alegría de tísico”. De acuerdo con él, los vecinos tienen sentimientos encontrados respecto a la Guardia. Consideraban que su presencia mejoraría el ambiente de la comunidad pero solo acabaron siendo parte del delito.
“Uno los ve conviviendo como compadres con la gente de las misiones, hablando con los que trafican drogas y hasta cobrando vacuna a los comerciantes. Se dice que ellos le quitan 1.000.000 de bolívares a los locales para protegerlos. Hace poco mataron a un muchacho en la plaza y a mí me robaron la moto en la entrada del edificio. Entonces cómo uno puede respetarlos. No aprobamos lo que pasó este domingo. Fue muy feo y más porque yo vi desde mi ventana al guardia caído y una mujer corriendo y gritando desesperadamente con un bebé en los brazos y luego escuché 5 detonaciones”, contó.
Un suceso más
Este domingo 27 a las 10:30 pm un estruendo sobresaltó a los residentes de La Concordia. Muchos lo asociaron con el estallido de un juego pirotécnico.
Resultó ser una granada que tras su impacto causó la muerte del funcionario José Orlando Vegas Carrillo y dejó herida a una bebé de ocho meses de nacida, Arantxa Pineda.
En el hecho también fueron afectados los sargentos Robinson José Villegas, Jorge Aguilar Pérez, Alí Rodríguez Quintero, Ángel González Velásquez, José Segura Hernández y Gervis Azuaje Fajardo.
“Esto aquí es un hoyo, de hecho, una de las esquinas que hace cuadrante con la plaza se llama esquina El Hoyo. De allí que todo suene muy ruidoso. Además estamos acostumbrados, lamentablemente, a los tiros. Cuando estalló la granada pensé en eso. Esto siempre ha sido peligroso y siempre han estado los bares, pero no como ahora desde que llegaron las misiones se ha intensificado todo. La plaza está rodeada de transformistas, prostitutas, de atracadores y mafiosos. Aquí hay propiedades invadidas por militares de rango. Pero cómo uno se enfrenta a ellos. Los del colectivo La Piedrita también se instalaron en los alrededores según para cuidarnos, y ahora uno vive con zozobra”, manifestó otra vecina, que hablaba detrás de las rejas de su edificio.
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La plaza La Concordia se levantó a partir de 1973 en honor a los luchadores de la libertad en América. No obstante, hoy nadie hace recreación sus espacios. A las 3 de la tarde no se ve ni un niño correteando por el lugar, en cambio, no falta la vista de vagabundos o personas con mal aspecto.
“Uno se cansa de llamar a la carpa y nada que atienden nuestros reclamos. Uno ve a los muchachos fumando drogas y ellos allí en las narices. Una vez me acerqué para ver por qué no atendían nuestras quejas y uno de los guardias me dijo que desconectaron el teléfono porque estaban cansados de las ‘viejas del edificio’. Así mismo me dijo. Entonces uno no puede meter las manos por ellos, aunque suene muy duro. Uno los ve desplegados hoy por lo de la granada, pero normalmente aquí no hay esa seguridad. Los vecinos de las misiones hacen rumbas todos los fines de semana y tienen unas costumbres muy diferentes a las que ya teníamos y ellos ni se inmutan”, señaló otra de las vecinas, quien afirmó tener 35 años residenciada en la zona.
Del suceso de este domingo se conoció que la granada fue lanzada desde un carro en marcha. “Una cámara colocada en el piso 5 de la Misión Vivienda captó ese momento”, comentó un asiduo a la plaza, quien sostuvo que ese dato se lo dieron “unos menores” que viven en ese urbanismo.
Lo cierto del caso es que en fuentes policiales se habló de la recuperación de unos videos provenientes de una cámara instalada en el inmueble y de otros dispositivos ubicados ente las esquinas de Hospital y Cárcel.
También se rumoró en los alrededores que desde temprana horas de este domingo a la carpa de la GN llevaron unos presos con los rostros tapados que fueron entregados luego al Sebin.
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