28 hospitales se beneficiarán de la ayuda humanitaria de la mano de la Cruz Roja

El Comité Internacional de la Cruz Roja triplicó su presupuesto para operaciones en Venezuela de $9 millones a $24,6 millones, aproximadamente. El CICR trabajará en Venezuela en cuatro asuntos humanitarios urgentes: migración, salud, agua y saneamiento, y detención”.

Caracas.  Luego de años de denuncias por parte de las organizaciones del sector salud, la Asamblea Nacional y las comunidades acerca de la crisis hospitalaria y la escasez de insumos de primera necesidad, y de que gobierno de Maduro hiciera caso omiso a los gritos de auxilio, finalmente las autoridades dieron luz verde para que se materialice la tan necesaria ayuda humanitaria.

Será de la mano del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que “28 hospitales y 8 centros de atención primaria de salud en Venezuela se beneficiarán de la capacitación, el agua, el saneamiento y los materiales médicos suministrados por el CICR”, indica el organismo oficial en un comunicado difundido este jueves.

Nicolás Maduro, durante una transmisión en radio y televisión desde el Palacio de Miraflores, dijo el miércoles en la noche que la Cancillería de la República negoció un documento formal en el cual se establecen los parámetros para que el CICR sea el organismo rector de todos los mecanismos de Cruz Roja Internacional que quieran ofrecer apoyo, solidaridad y ayuda humanitaria en todo el país.

Por su parte, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, luego de finalizar una visita de cinco días al país indicó en comunicado que “el CICR triplicó su presupuesto para operaciones en Venezuela de aproximadamente $9 millones a aproximadamente $24,6 millones. El impulso financiero hará que el CICR amplíe su trabajo en cuatro cuestiones humanitarias urgentes: migración, salud, agua y saneamiento, y detención“.

“Durante mi visita hablé con muchos venezolanos y vi cómo enfrentan los desafíos diarios debido al deterioro de los servicios básicos frágiles, incluido el acceso a la atención médica”, dijo Maurer en el comunicado.

“Los hospitales están teniendo dificultades para garantizar que tengan agua, electricidad, medicamentos y suficiente personal de salud en el lugar. Nuestra cooperación y apoyo a las instituciones públicas será crucial para revertir esta tendencia”.

Maurer viajó a Táchira, en la frontera con Colombia, y a Bolívar, en la frontera con Brasil. Habló con miembros de la comunidad, migrantes, personas afectadas por la violencia armada, personal médico y pacientes en tres hospitales.

Además de sus esfuerzos en el campo de la salud y la asistencia a los migrantes, el CICR también visitó a 2.500 detenidos desde principios de 2019 y ayudó a cientos de ellos a comunicarse con sus parientes por medio de los servicios de contacto familiar.

“A través de mi visita, deseo confirmar y expresar la disposición del CICR para ampliar nuestras actividades de apoyo al pueblo venezolano. Estoy satisfecho con la disposición de las autoridades a trabajar con nosotros para abordar las necesidades humanitarias que hemos identificado en un acuerdo consensual”, dijo el señor Maurer.

Un motivo de especial preocupación para el CICR es el alto nivel de violencia armada que afecta a las personas vulnerables y dificulta su acceso a los servicios básicos. La organización está apoyando a las comunidades afectadas con primeros auxilios.

Muchas personas están abandonando el país en busca de una vida mejor. Desde principios de año, el CICR con la Cruz Roja de Venezuela ha ayudado a más de 6.000 migrantes a reconectarse con sus familiares a través de llamadas telefónicas”.

“Vine a Venezuela para escuchar a la gente, entender sus necesidades y asegurarme de que nuestra respuesta sea relevante para ellos”, dijo Maurer. “Se hará más en las próximas semanas y meses. No se trata solo de esta instantánea a tiempo o de la asistencia que podemos brindar. Se trata de ayudar a los venezolanos a avanzar en sus vidas de una manera sostenible“, dice en el comunicado.

Una necesidad impostergable

La ayuda humanitaria se define como una situación de emergencia en la que se previenen necesidades masivas de apoyo en un grado superior a lo que podría ser habitual, y que si no se suministran con suficiencia, eficacia y diligencia, desemboca en una catástrofe.

Muchos venezolanos están en riesgo de perder la oportunidad de tener un trasplante, de fallecer por la desnutrición y la escasez de insumos para enfermedades crónicas, cancerígenas, antibióticos, medicamentos para la hipertensión, entre otros, por lo que viven en una situación de zozobra y angustia.

Finalmente, el oficialismo dejó en evidencia que no les quedó otra opción que aceptar la emergencia humanitaria compleja que existe en el país.

Maduro recalcó que Venezuela recibe donaciones de países como Rusia, China, la India y Turquía en diversas formas de expresión de solidaridad y apoyo.

Los obstáculos que fueron vencidos

Delcy Rodríguez, vicepresidente de la República; Jorge Arreaza, ministro de Relaciones Exteriores; Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación; y el mandatario Nicolás Maduro negaron en reiteradas ocasiones la existencia de una emergencia humanitaria en Venezuela. El clamor por comida, medicinas y productos básicos de los ciudadanos quiso silenciarse por parte de las autoridades. Finalmente, al Gobierno no le quedó otra opción que aceptar el apoyo asistencial que han ofrecido distintas instituciones internacionales.

A principios de enero la Asamblea Nacional aprobó en sesión ordinaria el Acuerdo de Autorización de la ayuda humanitaria para atender la crisis social. La dotación se llevaría a cabo hasta que el Gobierno impuso obstáculos.

El 23 de febrero se realizaron marchas y concentraciones en todo el país en las que hubo represión y que instaron a la ciudadanía a movilizarse por las insistentes convocatorias oficiales de los diputados y dirigentes regionales para que la ayuda llegara a los centros de acopio. Los puntos estratégicos fueron las fronteras con Brasil y Colombia, donde la Policía Nacional Bolivariana (PNB) detonó bombas lacrimógenas y perdigones, que además, tuvo la presencia de grupos de choque. También resultaron fallecidos y heridos cientos de manifestantes en la lucha para ingresar camiones cargados de insumos. Desde este hecho, muchos venezolanos perdieron la esperanza de salvar vidas de familiares “ahogados” por las enfermedades.

Al comenzar marzo pacientes y personal del sector salud solicitaron la visita de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU para que escucharan los reclamos por la escasez de medicamentos e insumos médicos.

A finales de este mes, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó la resolución de “Ayuda Humanitaria en Venezuela” para apoyar e implementar medidas para atender la crisis de salud.

Cabe destacar que la OEA es una organización no reconocida por el gobierno de Maduro y la calificó como enemigos del chavismo.

Además, el presidente de la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja, Francesco Rocca, apoyó el ingreso de la ayuda al país y que realizarían su propia evaluación a las necesidades de las personas en medio de la coyuntura por las fallas en los servicios públicos.

Aun cuando los centros de salud están en condiciones deplorables, voceros de este sector aseguraron que cuentan con el recurso humano para atender a la población en riesgo inminente de morir, niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. El Gobierno, nuevamente, no le prestó atención a los anuncios.

Con todas estas y más insistencias, el gobierno venezolano tuvo que acceder y negociar la ayuda humanitaria.

¿Por qué la Cruz Roja?

La Cruz Roja es el movimiento internacional que más tiene experiencia con respecto a la distribución de asistencia humanitaria a las poblaciones afectadas por conflictos bélicos, desastres naturales y crisis humanitarias. Esta organización está conformada por tres instituciones fundamentales: la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja, con sede central en Ginebra; el Comité Internacional de la Cruz Roja; y las Sociedades Nacionales como la venezolana. Estas estructuras deben respetar los siete principios del movimiento: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad.

La Cruz Roja venezolana tiene 124 años de experiencia en el país. Entre sus múltiples acciones, debe realizar la distribución de la ayuda y el trato a quienes lo necesiten. Esto debe hacerse sin ninguna distinción desfavorable, vinculado a los criterios raza, religión y opinión pública.

Los diputados a la Asamblea Nacional han señalado en distintas ocasiones que los insumos, alimentos, equipos médicos y medicinas que reciban del exterior serán administrados por las ONG. Sin embargo, Maduro no comunicó cuáles serían los medios por los que se distribuiría esta cooperación cuando se finiquite la negociación con la Cruz Roja Internacional.

Foto: CICR


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