Expertos recomendaron a la alianza mejorar su planificación, su comunicación y sus mecanismos para dirimir diferencias internas y evitar caer en contradicciones ante sus seguidores.
Caracas. “En la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hay fallas graves en la comunicación”. La aseveración es del gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, y ha sido corroborada por los hechos: en una semana se llama a marchar a Miraflores y a la otra se indica que esta movilización no es conveniente. El martes, el propio Capriles indicó que la Fuerza Armada debía estar en el diálogo entre Gobierno y oposición y al día siguiente era contrariado por el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, quien consideró que esto no sería pertinente. “Semejantes contradicciones desestimulan al electorado opositor”, consideró el politólogo John Magdaleno.
Tanto analistas independientes como dirigentes de la propia alianza opositora atribuyen las constantes contradicciones en el discurso a fallas en la planificación estratégica, la ausencia de mecanismos para dirimir las diferencias naturales de los más de 20 partidos de la alianza y de mecanismos de comunicación que lleguen hasta los partidos más pequeños. Estos últimos se sienten ignorados por los cuatro partidos mayoritarios quienes definen las principales decisiones de la alianza. “Hay una falta de debate y una falta de reglamento”, apuntó un dirigente de la MUD que pidió la reserva de su nombre.
Falta de anticipación y coordinación
Magdaleno señaló que percibe falta de anticipación en la planificación de las estrategias de la Unidad. Como ejemplo, colocó el hecho de las distintas posturas que surgieron ante acontecimientos como la confrontación entre la Asamblea Nacional y otros poderes y la suspensión del referendo revocatorio por la vía judicial —con la colaboración del Consejo Nacional Electoral (CNE)— que eran escenarios predecibles por los equipos técnicos de análisis político con los que cuenta la Mesa.
“Hay desacuerdos y se vuelven visibles internamente porque los escenarios no han sido debidamente trabajados y discutidos. La primera falla es un asunto de índole estratégica. La Mesa pudiera mejorar su capacidad de anticipación y respuesta”, sostuvo.
El politólogo Luis Salamanca agrega que la oposición tampoco parece contar con una planificación a largo plazo que le permita atender la coyuntura con más celeridad: “La oposición debe tener una estrategia multi-propósito para todo evento y no responder tema por tema porque te agotas, una estrategia de aquí a dos años. Vienen eventos electorales importantes pero también tienes que contemplar la lucha política no electoral, como lo es la lucha social y la movilización de la gente”.
Ambos analistas coinciden en que la intención de figurar de dirigentes y partidos es natural y no es el problema central. Las contradicciones en el discurso se generan porque no hay medidas para dirimir estas diferencias y tener un discurso coherente, por esto se producen los roces discursivos entre Capriles y Ramos Allup, dos dirigentes con aspiraciones presidenciales. Magdaleno agregó que el hecho de que los principales dirigentes de los partidos como Leopoldo López, Manuel Rosales y Antonio Ledezma estén privados de libertad dificultan la comunicación.
“Pero también hay una deficiencia adicional. Hay deficiencias de comunicación interna. ¿Cómo podría mejorarse? Afianzando los protocolos y estableciendo reglas de juego de común acuerdo, dándole mayor frecuencia a las reuniones que se celebran entre los principales factores de la Mesa. No está claro que se hayan acordado esos protocolos”, estimó el experto.
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Esto es confirmado por algunas fuertes internas de la organización. Anteriormente, los partidos de la MUD se reunían una vez a la semana y tenían unas reglas establecidas para la toma de decisión, basadas en la votación obtenida por cada partido. Con la implementación de la tarjeta única se hizo imposible la ejecución de esas reglas. A partir de ese momento, se decidió que todas las candidaturas —a excepción de las relacionadas con las elecciones por listas cerradas— serían definidas por elecciones primarias.
Luego del 6D se creó el llamado G-4, el grupo de los cuatro partidos que obtuvieron más diputados —Primero Justicia, Voluntad Popular, AD y Un Nuevo Tiempo—, como un medio de agilizar la toma de decisiones en la alianza, pero esta instancia tampoco parece reunirse con la frecuencia requerida por los acontecimientos políticos, mientras que otras organizaciones denuncian que no son consultadas ni informadas de lo que se decide.
Como resultado de estas críticas, posteriormente fue creado el “G-7”, instancia que agrupa a los cuatro principales partidos de la MUD ya mencionados y a los gobernadores Henrique Capriles Radonski (Miranda), Henri Falcón (Lara) y Liborio Guarulla (Amazonas). Esta coalición se amplió en el “G-9”, en el que se incorporaron Alianza Bravo Pueblo (ABP) y Vente Venezuela —las organizaciones que presiden Antonio Ledezma y María Corina Machado, respectivamente— como representantes de los movimientos minoritarios. Estas organizaciones luego decidieron fundirse en el “G-15” para tratar de hacerse escuchar dentro de la alianza. “Deberían reunirse con frecuencia para que circule con mayor rapidez y eficacia la información”, expresó Magdaleno.
El pasado 29 de octubre, el G-15 sacó un documento en el que cuestionó la decisión de la Unidad de ir al diálogo con el Gobierno. Un dirigente de esos partidos explicó que la crítica surgió porque esta no fue comunicada o consultada por los partidos mayoritarios. Agregó que la experiencia de la “hoja de ruta” anunciada por la MUD el 26 de septiembre en Parque Miranda, tras arduas consultas con sectores políticos y sociales, fue positiva, pero que no se ha retomado el mecanismo desde entonces. “El G15 se crea como un instrumento para mejorar nuestra participación”, indicó.
El secretario general de Primero Justicia (PJ), Tomás Guanipa, admitió las fallas y aseveró que la Unidad está en un proceso de “revisión” del tema comunicacional. Sin embargo, negó que estas tengan que ver con las aspiraciones personales y defendió el G-4 como instancia para la toma de decisiones, pues a la MUD también se le ha reclamado su demora para anunciar sus determinaciones.
“El G4 ha ayudado a que la Mesa sea más ágil en la toma de decisiones y a que sean mucho menos burocráticas. Hay otras instancias que se amplían, donde están los gobernadores, referentes importantes que son consultados y está la Mesa General donde son consultados grandes temas”, manifestó.
Las declaraciones públicas
Magdaleno añadió que la MUD también debe hacer un mayor esfuerzo por coordinar las posiciones que se tienen en torno a temas nacionales e internacionales: “En lo que ha ocurrido en los últimos dos meses no se proyecta coherencia interna y mucho menos cohesión. Una cosa es que haya discrepancias naturales entre miembros de la Mesa, que es lícito y hasta saludable, y otra cosa es que no haya arreglo acerca de la comunicación de la MUD”.
El politólogo señaló que tiene que haber acuerdos mínimos sobre algunos temas acerca de los cuales la alianza debe tener una posición conjunta y crear los medios para que esto sea posible: “El problema no es que ocurra [que haya diferencias personales] sino cómo se regula eso. Hay que definir un conjunto de temas sobre los cuales los pronunciamientos son conjuntos”.
[irp posts=”39233″ name=”AN exigió sustitución de Ministro de Alimentación y permitir ayuda humanitaria”]Un ejemplo de la falta de estas estructuras es la comisión internacional de la MUD. Luego del anuncio de su “reestructuración” por las polémicas declaraciones de su coordinador, Timoteo Zambrano, sobre el Mercado Común del Sur (Mercosur), se designó al secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Chúo” Torrealba, como nuevo coordinador de la instancia. “Se coloca a Chúo porque no se logra un acuerdo en torno a los nombres y mientras tanto cada grupo anda por su lado, diciendo algo distinto”, comentó una fuente de la alianza.
Salamanca, por su parte, considera que la MUD es “el partido del futuro” en Venezuela pues la necesidad de mantenerse unidos es reconocida tanto por los dirigentes como por los que votan por la oposición. Por ello piensa que es necesario que la Unidad refuerce sus estructuras y tenga una mayor capacidad de coordinación de las organizaciones que la integran. “Necesita institucionalizarse más, organizarse más, con un cuerpo más amplio de funcionamiento y no solo con un grupo reducido que acompaña a la secretaría ejecutiva”.
Foto: Mariana Mendoza
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