El diputado consideró que las protestas contra el Gobierno tuvieron logros, pero se perciben como un fracaso porque se crearon expectativas imposibles de cumplir.
Caracas. Simón Calzadilla es economista, diputado a la Asamblea Nacional (AN) y secretario general nacional del Movimiento Progresista de Venezuela (MPV), una de las ocho organizaciones que conforman el comité político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). El parlamentario consideró que las protestas contra el Gobierno tuvieron logros, como el llamado a las elecciones regionales y la condena de la comunidad internacional al Ejecutivo, pero también admitió que hubo fallas. “Se pensaba que con las manifestaciones la salida de Maduro estaba a la vuelta de la esquina. No se entendió que esta era una pelea a mediano y largo plazo”, expresó.
Calzadilla militó en Patria Para Todos (PPT) y, desde ese partido, respaldó al expresidente Hugo Chávez. El también exmilitante de La Causa R recuerda con claridad la fecha en que comenzó su distanciamiento del chavismo: El 15 de diciembre de 2006, cuando Chávez exigió a sus aliados disolver sus organizaciones políticas y unirse al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Pronunció una frase lapidaria, terrible: el que no esté en mi partido no está en mi Gobierno”. A partir de ese momento, asevera, se inició un “modelo” político y económico basado en un “estatismo feroz” y en “la subordinación de todos los poderes” al Ejecutivo, en el que “no se respetan las reglas de la democracia”.
El diputado indica que su organización está “molesta y preocupada” por lo que se vive a lo interno de la MUD y pide no emular los mecanismos del PSUV. Explica que el comité político de la organización no se reúne desde hace un mes y que las decisiones que se han tomado en la alianza, en ese lapso, no han sido consultadas con todas las organizaciones políticas.
El respeto a la institucionalidad y las reglas son fundamentales, si no es así estamos deslizándonos y se nos puede confundir con los actores políticos que estamos adversando en el ejercicio de Gobierno”.
¿La Constituyente profundiza ese modelo que menciona?
—La Constituyente lo hace más evidente. Si tú sacas la cuenta ¿Qué está haciendo Nicolás [Maduro] que no estaba haciendo con el TSJ? Lo único que hizo la ANC fue generar más descontento a lo interno y lo externo. Es poner más evidente su condición dictatorial y autoritaria. Fue un fraude al nacer y el día de la elección, que aceleró la decisión del mundo de que hay que empezar a sancionar al Gobierno venezolano. ¿Qué ganó el TSJ y Nicolás con las sentencias 155 y 156? Que la fiscal [Luisa Ortega Díaz] aprovechara para pronunciarse y desmarcarse. En la práctica viene desconociendo la Constitución desde el 6 de diciembre de 2015, primero con la designación exprés de los magistrados para asegurarse el control del TSJ y después desconociendo la soberanía popular en Amazonas, para quitarnos las dos terceras partes [de la AN].
El tercer elemento es el decreto de Emergencia que debe ser autorizado por la AN, lo dice la Constitución y el TSJ se limpió con eso. En ese momento la AN no estaba en “desacato”, porque no estaban los diputados de Amazonas. ¿Cuál es la excusa? El TSJ, irrespetando la Constitución, le da vigencia al decreto de Emergencia que solo tenía como propósito no tener que presentar los créditos adicionales ante la AN y seguir sin rendirle cuentas al país.
¿Cómo plantea el Movimiento Progresista que debe ser la lucha contra ese modelo que no respeta las reglas democráticas?
—Cuando empezó a colapsar el modelo en lo económico, lo social, al violar los derechos fundamentales, como el derecho a escoger, cuando la propia fiscal dice que hay una ruptura del hilo constitucional, fue la gota que derramó el agua del vaso del cansancio del pueblo venezolano ante tantos vejámenes y comenzaron las protestas. Esas protestas fueron la reacción a un conjunto de desmanes desde el Gobierno, a una situación económica, social, de seguridad ciudadana insostenible.
Ese periodo de protestas exigía respeto a la Constitución, elecciones, liberación de presos políticos. Era esencialmente lo que pedía la gente en la calle en las manifestaciones, ¿qué podemos decir que se logró de eso? Logramos, en primer lugar, que se convocara a estas elecciones regionales que no estaban previstas, que el Gobierno no las quiere hacer. Segundo, que el mundo entero pusiera atención en Venezuela. Empiezan a estar las condiciones, por lo menos en América y en la Unión Europea, para que tomen decisiones contra el Gobierno, más que todo en materia financiera y económica. Hoy está más claro que tenemos un Gobierno tiránico y dictatorial. Hemos retrocedido en Venezuela y se ha llevado al país a las dictaduras de hace 30 ó 40 años.
Mucha gente de la oposición se siente desanimada, como si fracasaron, y tiene que ver con que cometimos un error al crear unas expectativas por encima de lo real y de lo posible. Se pensaba que con las manifestaciones, la salida de Maduro estaba a la vuelta de la esquina. No se entendió que esta era una pelea a mediano y largo plazo. A lo interno de la Unidad insistimos en que la calle no es un budare de una arepera de 24 horas, que tú la tienes que tener caliente, y que eso había que administrarlo y que eran más importantes las manifestaciones masivas, que las concentraciones con poca gente. Se hicieron discusiones, pero predominó la tesis de convocar todos los días. Nosotros estuvimos en contra de los trancazos, nos parecía un tipo de protesta poco eficaz. No era una tranca nacional sino una autotranca en las urbanizaciones de clase media y eso no tenía sentido. Consideramos que eso nos iba a desgatar más y que se estaba abusando de ese modelo.
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Tenemos gente presa, familias llorando la pérdida de sus seres queridos, el futuro inexistente de muchachos que dieron su vida en esta pelea, pero estoy convencido de que el Gobierno está más débil que antes de que comenzaran las protestas. Estoy seguro de que estamos más cerca de producir los cambios que antes y que este Gobierno sabe que hay un pueblo valiente, atento a volver a salir a la calle cuando sea necesario. No podemos desperdiciar una conquista fundamental de esa calle que es el proceso electoral que viene.
Además del error que mencionó, ¿se deben corregir otros aspectos dentro de la MUD?
—Sí, lo he dicho públicamente, lo dije en una comunicación que envié a la MUD. Hay que rescatar el funcionamiento apegado al reglamento con el que nos dotamos. Es altamente inconveniente que tengamos 30 días ya sin una reunión del comité político operacional, que tengamos una comisión técnica de primarias trabajando que no ha sido designada por las instancias oficiales de la Unidad.
Como organización política estamos muy molestos y preocupados porque se están tomando decisiones y se habla en nombre de la Unidad, sin que esas decisiones hayan sido tomadas por la Unidad y eso tiene que recomponerse.
He hablado en privado con representantes de otras organizaciones políticas, con José Luis Cartaya —coordinador de los equipos técnicos de la MUD— y todos nos dicen que tengo la razón. No ha habido una sola persona que me diga: “Eso es injusto, no fue así”, todos me dan la razón. Pero no termina de concretarse la reunión. Eso es muy necesario.
¿Es confiable, para ustedes, la comisión de primarias?
—En la comisión de primarias hay un equipo técnico que goza de todo mi respeto, admiración y agradecimiento por ayudarnos en esta materia tan difícil, pero lamentablemente hay una instancia política de decisión que es la MUD, que no está siendo tomada en cuenta. En la representación de la Unidad ante la comisión de primarias solamente hay cinco partidos, consideramos que eso es discriminatorio, violatorio de nuestro reglamento y un precedente muy malo.
Necesitamos, como MUD, demostrarle al país que creemos y estamos comprometidos con una forma diferente de hacer política, que corrija los errores del pasado y del presente. Para eso el respeto a la institucionalidad y las reglas son fundamentales, si no es así estamos deslizándonos y se nos puede confundir con los actores políticos que estamos adversando en el ejercicio de Gobierno, que se caracterizan porque no respetan ningún tipo de principio ético democrático ni cumplen las reglas de juego enmarcadas en la Constitución y las leyes.
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Para mí ese es un tema de principios, es un problema de forma, pero sumamente importante. Si nosotros decimos que si llegamos al Gobierno vamos a ser un Gobierno de Unidad, tenemos que trabajar en Unidad. Si estamos prometiendo que vamos a restablecer el Estado de Derecho y respetar la Constitución tenemos que empezar respetando las reglas de la propia Unidad, si no ¿quién nos cree? Inclusive, cuando hay reuniones con otros factores políticos reclamo la presencia de factores que no estén. El MPV no se presta para tomar decisiones sin que estén presentes las organizaciones políticas en el organismo respectivo. Si no exiges respeto para los demás, mañana pueden ponerse de acuerdo para excluirte a ti. Venezuela no aguanta más decepciones y tenemos que estar muy comprometidos con esto.
Una de esas decepciones, para los electores, fue la última sesión de la AN, que no se pudo hacer por falta de quorum. ¿Cómo se explica que los diputados no asistieran?
—Yo asistí a la sesión, pero no es fácil el problema de sesionar hoy en día. En primer lugar, creo que la responsabilidad es compartida entre los diputados y la junta directiva, porque he escuchado a muchos diputados que piden que se les diga, con suficiente anterioridad, cuáles son los días de las sesiones para ellos poder resolver el problema de los boletos aéreos que ahorita son más caros. Utilizar el carro para viajar del Zulia a Caracas es ahorita un riesgo, no solo por la seguridad. Si se te espicha un caucho, hay que parir 4 ó 5 millones de bolívares. Los costos, para los que viven en el interior, para venir a Caracas son enormes y hay que planificar para que eso salga mejor. Las sesiones no pueden ser convocadas de un día para otro, ni improvisarse un día sí y otro no. Tenemos que tener reglas claras. ¿Qué choca con esas reglas claras? Que ahora tenemos la usurpación de la AN por el parapeto constituyente, con la complicidad de la GNB, cuyo deber es custodiar el Palacio Federal Legislativo bajo las órdenes de la AN y lo que hace es seguir las órdenes de Diosdado Cabello, que no es ni ministro ni nada de eso, ni es del alto mando militar.
Para colmo, en esta fecha tenemos no menos de 30 ó 40 diputados que son candidatos a las primarias. Si a los diputados principales les cuesta venir imagínese los suplentes. Nosotros no cobramos desde hace año y medio y tenemos que resolver con colaboraciones y cómo podemos para estar en esto. En la comisión (de Ambiente) y en mi oficina, para sacar una copia Simón Calzadilla tiene que pagar el papel y la tinta. A nosotros no nos transfirieron un solo bolívar desde que nos instalamos para los gastos operativos de semejante entidad e institución. Creo que el debate sobre el quorum de la AN es un debate en el que debemos repartir responsabilidades.
Yo me vengo en mi carro a Caracas, porque vivo en San Casimiro, que está a hora y 45 minutos, pero como hace el que vive en Táchira y Zulia, en Sucre o Nueva Esparta, que no te quieren dejar montarte en avión ni en el ferry. El que vive en Bolívar es más complicado, es un drama. Los de Monagas tienen que venirse por carretera, es un tema complicado, hemos dado la pelea, pero es necesario planificar mejor los días de convocatoria a sesión para que los diputados puedan ser más eficaces en su trabajo. Sin duda, el pueblo se merece que no perdamos una sola sesión por falta de quorum.
Esta semana hubo muchos rumores sobre encuentros entre la MUD y el Gobierno. ¿Hay algún tipo de conversaciones?
—La MUD nunca, en los últimos dos años después de que fuimos a Miraflores, se ha reunido con representantes del Gobierno. Las reuniones que se han visto han sido a título individual de los partidos políticos, pero aquí no ha habido una reunión de la Unidad para abordar, con una política institucional, el tema del diálogo con el Gobierno. Allá los partidos que se están reuniendo con el Gobierno, su responsabilidad. Yo les pido que hablen en nombre de sus partidos y no en nombre de la Unidad. Si hablan en nombre de la Unidad están hablando también en nombre del MPV, que en eso no está participando, ni va a participar, a menos de que sea una decisión institucional de la MUD.
Fotos: Francisco Bruzco
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