Ciudad Guayana enfrenta los incendios con un cuerpo de bomberos paupérrimo

Esta semana, cuando las llamas consumieron un local de un centro comercial en Puerto Ordaz, quedaron en evidencia una vez más las fallas con las que deben lidiar los apagafuegos.

Ciudad Guayana. Hay que remitirse a lo que dijo Pedro Vargas a mediados de julio, durante el acto de conmemoración —la verdad es que no cabe el término “celebración”— de los 46 años de Bomberos de Caroní, para caer en cuenta de lo que sucedió el miércoles pasado; cuando se incendió una tienda del Centro Ciudad Comercial Alta Vista, de Puerto Ordaz.

En ese acto, Vargas, fundador del cuerpo de bomberos, dijo a todo cañón que si él estuviese encargado de la institución, la clausuraría. Unos números sustentan sus palabras: hay 175 bomberos repartidos entre cuatro estaciones (dos en Puerto Ordaz y dos en San Félix) que solo tienen un camión mini bomba, ninguna ambulancia y 20 vehículo arrumados en un estacionamiento porque no sirven y los repuestos están muy caros o no se consiguen. Aparte de eso, no los dotan de uniformes y los comedores funcionan de manera precaria.

Esa es la realidad del cuerpo de bomberos que trabaja para una ciudad de más de un millón de habitantes. Y ese fue el panorama que los sorprendió el miércoles en la mañana durante el incendio: los municipales llegaron en cola y para controlar el fuego tardaron más de tres horas, y eso porque los auxiliaron equipos de las empresas básicas, como los de Sidor y los de Ferrominera del Orinoco.

Más de una advertencia

Pero el asunto no es novedad. En 2014, año en que se incendió una feria, también en Alta Vista; los primeros bomberos que llegaron fueron los del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC). Y 50 minutos después.

Luego de ello, el entonces concejal José Prat —hoy diputado de la Asamblea Nacional (AN)—, introdujo en la Defensoría del Pueblo del estado Bolívar un documento para alertar que otro incendio podría resultar peor. Y con “peor” se refería a víctimas mortales. Pues hasta hoy no ha habido respuestas y la situación es la misma.

El alcalde no ha respondido a la carta de un grupo de voluntarios que ha propuesto alternativas
El alcalde no ha respondido a la carta de un grupo de voluntarios que ha propuesto alternativas

Las denuncias no se han quedado allí. Luego del aniversario de Bomberos de Caroní y de las palabras de Vargas, un grupo de integrantes voluntarios entregó a la Alcaldía de Caroní —dirigida por Eriberto Aguilera, quien reemplazó al alcalde José Ramón López, hoy detenido por corrupción—, una carta en la que solicita una reunión para “hacer un diagnóstico de la situación, emprender una campaña de apoyo comunitario y repotenciar, con aportes de la ciudadanía, algunas de las unidades no operativas”. La carta tiene como fecha de recibida el 18 de julio. El nuevo incendio ocurrió dos semanas después. ¿En dónde estaba Aguilera esa tarde? En el acto de conmemoración de los 79 años de la Guardia Nacional.

Carlos Gómez, bombero voluntario, precisa que si Aguilera “no va a cumplir con su deber y responsabilidad legal como alcalde de garantizar el funcionamiento y operatividad mínima de los Bomberos Municipales de Caroní, al menos permita que la ciudadanía que está desprotegida acuda en auxilio de esta institución que hoy se encuentra destrozada por la desinversión y negligencia oficial”.

El dueño del local quemado reconoció el trabajo de los bomberos, pero al mismo tiempo no dejó de lado un cuestionamiento: de haber contado con los equipos necesarios, el incendio no consume toda la tienda. Esta es otra advertencia. Y, de nuevo, un incendio sorprende a la ciudad sin lo necesario para enfrentarlo. No hubo víctimas esta vez, pero la próxima podría no ser así.

Fotos: Cortesía Carlos Jesús Gómez


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