Capacitan a pescadores y comunidades para mitigar proliferación del coral Unomia en Sucre

Unomia

Equipo de investigación evidencia factibilidad del protocolo para atacar la invasión del coral Unomia stolonifera. Para ello, han realizado capacitaciones comunitarias desde Playa Colorada hasta Cumaná.

Cumaná. La población de la bahía del Parque Nacional Mochima en el estado Sucre, se comprometió a no extraer el coral Unomia stolonifera de las dos áreas del muelle en el que se encuentra la especie.

La razón del compromiso: evitar la extracción manual de la especie para evitar su propagación, como ocurrió en el caso de las costas de Anzoátegui.

Residentes de la zona fungen como principales protectores ambientales. Cuando llegan turistas en su embarcación, indagan de dónde provienen. Incluso, están dispuestos a prestarles un rezón, ancla, para que no contaminen las playas ni los manglares.

Sinatra Salazar, biólogo del Instituto Oceanográfico de Venezuela (IOV), adscrito a la Universidad de Oriente (UDO),  explicó que una de las áreas del muelle de Mochima es atendida por la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA).

Salazar forma parte del equipo que investiga a la especie en Sucre. Lamentó que en los manglares del Parque Nacional en Anzoátegui, la invasión del coral se extiende en más de 80 % porque hubo extracción manual.

En opinión de la investigadora, hablar de erradicación del coral Unomia stolonifera en las costas del país es imposible, aunque hace dos años se planteó esa posibilidad, pero las dimensiones y características particulares de la especie evidenciaron lo contrario.

Sin embargo, Salazar destaca los avances alcanzados en materia de investigación y control del coral.

Explicó que en 2023 la invasión alcanzaba 40 % del eje costero Arapo-Mochima en Sucre, pero en enero de este año su avance llegó a 44 %.

El protocolo

Sobre los mecanismos de control, indicó que en 2022 arrancó la primera fase de exploración de la invasión. Cuentan con la participación de investigadores del IOV, IDEA-Mochima, Instituto Nacional de Investigaciones Acuáticas INIA, Centro Nacional de Investigación de Pesca y Acuicultura Cenipa, Instituto Socialista de Pesca (Insopesca) y el Instituto Nacional de Parques (Inparques), con financiamiento del Viceministerio de Aplicación al Conocimiento.

La segunda fase abarcó los hallazgos sobre la biología del animal y una especie de protocolo, para atacar la invasión a menor escala.

En un primer periodo dentro de esa segunda fase, el protocolo se aplicó en isla Arapo. Se demostró que es funcional, amigable, ecológico y económico. Además, que puede ser efectivo si cuenta con la ayuda de los pescadores y apoyo gubernamental, para la mitigación de la invasión a través de la limpieza y control del coral.

El protocolo se basa en un plástico negro, en medidas de 2×2 cm. Tiene unos bordes cosidos como especie de ruedos que se llenan de arena para darle peso y se lanzan sobre la zona invadida.

El coral se queda sin oxígeno, acumula anhídrido carbónico -porque no hay una corriente de agua que lo alimente-. Además, el rose de los tentáculos con el plástico hace que muera en tres días aproximadamente.

El procedimiento propone rodar los parchos a la siguiente área, para eliminar el coral de manera progresiva.

“Colocamos  tratamiento de 10 parchos que son como 40 metros cuadrados. Luego hay que rodarlo y limpiar 40 metros más, de manera que en un mes se puede limpiar un área importante”, dijo Salazar.

Sin embargo, reconoció que se necesitan horas hombre y una logística efectiva para limpiar el área cada tres días, así como estar pendiente si vuelve aparecer otra colonia de Unomia.

Salazar advierte que la tarea la pueden adelantar las comunidades, que son las principales afectadas de la mano de los Consejos de Pescadores y el Estado.

Capacitación comunitaria

La tarea formativa se llevó a otras comunidades como Vallecito.

“Se entregaron algunos parchos para quienes se interesaron en aplicar la metodología y se hizo formación en los liceos en la costa desde Playa Colorada hasta Cumaná, pasando por Arapo, Playa Cochaima, Vallecito y  Mochima, con atención a 700 estudiantes y profesores de la zona, para informar cómo mitigar la situación”, indicó la experta.

El proyecto ha avanzado en 70 %. Sin embargo, no se trata solo del protocolo, sino que hay investigaciones sobre el registro de la biodiversidad asociada al coral invasor. Es decir, de los peces relacionados con Unomia stolonifera, del sedimento donde muere el coral  y lo que ocurre en el espacio una vez que se elimina.

Sobre la afectación pesquera, Salazar dijo que se requieren otros estudios. Las especies que antes existían se desplazaron a otro lugar y han venido otras alrededor de Unomia como pepinos, erizos y gusanos de fuego, que son resistentes y repelen el coral.

Esta etapa del proyecto finalizaría entre los meses de septiembre-octubre de 2024 y los investigadores plantearían las siguientes alternativas.

A seguir

Se conoció que las representaciones de Inparques, investigadores y comunidades organizadas, consejos comunales y Conpas, se plantean un posible consenso de metodologías. La razón es que la extracción mecánica del coral, no ha sido efectiva.

El protocolo e investigaciones dirigidas a la estructura molecular y bioquímica de Unomia stolonifera y otras especies, pudiese servir como atacantes del coral invasor.

Asimismo, viene el proceso de remediación, para crear estructuras, viveros y granjas de coral, en las zonas donde se elimina y queda el coral muerto o el sustrato donde estuvo el Unomia stolonifera.

“Vamos a sembrar allí, pero hay que tener un vivero para remediar los ecosistemas a mediano plazo”, indicó la experta.

Salazar indicó que la prioridad es capacitar a las comunidades organizadas para proteger las zonas que no han sido invadidas por el coral. Entre estas el golfo de Cariaco y la península de Araya. Para lograrlo, los pescadores son  un factor importante de control para evitar la dispersión.

La investigadora reconoció que en sectores como Santa Fe, hubo un aumento de la incidencia del coral. Tal vez pudo obedecer a su proximidad con mar abierto.

No podemos usar el coral, hasta identificar cómo sacarlo sin convertirnos en vector de dispersión, porque sabemos que sirve para alimento de animales como peces, camarones y ganado vacuno; pero es necesario determinar el método de extracción”, dijo.

Interés internacional

Ante este panorama, la investigadora de la UDO es optimista y advierte que el trabajo de investigación ha hecho énfasis en el estudio internacional.

“Nos contactaron especialista de Hawái, Cuba, Puerto Rico y hay un consenso de esa metodología porque en el caso de Cuba,  la invasión es pequeña, pero todo apunta a la mitigación, si no es Unomia, hay otros corales invasores y cada país debe luchar con su especie”, añadió.


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