Caracas. Ya son cinco años de hacer periodismo para las comunidades. Y si bien la pandemia actual ha puesto en pausa varias iniciativas y obligado a repensar la manera de cumplir con la labor informativa en el país, el equipo que saca adelante “Los hechos como son” no para.    

En sus inicios, Crónica.Uno se concibió como un proyecto periodístico multiplataforma de la ONG Espacio Público con el objetivo de cubrir un vacío de información respecto a los sectores populares: los barrios venezolanos tienen sus emprendimientos, sus figuras ejemplares y sus padecimientos. Había que contar eso, visibilizar las denuncias con rostros, con voces, pero también equilibrar relatando los aspectos positivos.

El barrio no es solo violencia, ni una barrera frente a la ciudad. Eso tenía que quedar claro, y, para ello, era importante desligarse del concepto de “noticia de última hora” (breaking news) y apuntar a una agenda propia trabajada de manera conjunta con la audiencia. 

El equipo que comenzó con seis periodistas hoy cuenta con una plantilla de más de 22 profesionales, entre comunicadores (dentro y fuera de Caracas), editores, fotógrafos y correctores. Las alianzas cultivadas con las comunidades durante estos cinco años ofrecieron la posibilidad de pensar otras formas de aproximación más allá del texto periodístico: foros, talleres de formación para cronistas populares y murales son algunas de las actividades que se han consolidado en este tiempo.

Para este quinto aniversario, la propuesta era mudar la redacción a las comunidades por un día durante cinco semanas y coordinar una jornada de celebración de la que salieran iniciativas vecinales que pudieran ser desarrolladas a través del portal. La cuarentena por la COVID-19 cambió la estrategia, pero no se descarta llevarla a cabo a futuro.

Así que ahora el equipo detrás del proyecto aprovecha para tomar, momentáneamente, la primera persona y comentar en perspectiva qué significa trabajar para un medio como Crónica.Uno en este momento y cómo se ejerce el periodismo de enfoque comunitario en tiempos de pandemia.

Los periodistas: el primer frente

¿Cómo ejerzo mi labor en medio de la cuarentena? Con paciencia. Siento que este período ha implicado más esfuerzo y mayor empleo de recursos tecnológicos. Me tocó entrar sin preparación a algunas herramientas para mantener comunicación con las fuentes y con algunas comunidades (foros y entrevistas virtuales). Ha sido una dinámica demandante, pero se ha logrado el objetivo: informar en tiempo de pandemia.

Igual me he preocupado por salir y tener contacto con las comunidades, pues parto del principio de la empatía, de la conexión visual y de la experiencia con el terreno para poder escribir una noticia y para narrar una historia. Reviso los grupos de WhatsApp y otras redes sociales para mantener el pulso de lo que acontece.

¿He crecido profesionalmente en Crónica.Uno? Pues sí, negar eso es egoísta. Uno crece profesionalmente no solo cuando hace estudios académicos, sino también cuando hace un trabajo periodístico que deja huellas, se convierte en referencia para otros y es una especie de espejo ante las vivencias y vicisitudes del otro. Cuando las fuentes confían en uno, cuando un líder comunitario te llama primero antes que a otro medio, hay consolidación y confianza y eso es parte del crecimiento.

El periodismo debe confirmar la información y a veces es difícil hacer eso en Venezuela por las amenazas que pesan sobre el gremio, comenta Yohana. “Pero en Crónica lo hacemos, y esa es una de las cosas que me gustan de Crónica.Uno: nos basamos 100 % en información confirmada, no creemos en cadenas de WhatsApp, ni en cadenas de redes sociales, y, en parte, he crecido de esa forma en Crónica. El periodismo que hacemos allí es el periodismo que me gusta. Estoy feliz y complacida de formar parte del equipo”.

Sobre la cobertura de la pandemia y el encierro. Escucha el clip de audio en:

Hace tiempo que en Venezuela ejercer el periodismo es un riesgo, pero en estos tiempos de pandemia, los periodistas venezolanos nos hemos convertido en el blanco de la criminalización y judicialización que el poder ejerce para evitar el contraste, la comprobación y la diversidad de ideas, opiniones e informaciones, sobre todo, las vinculadas particularmente al COVID-19.

Y aunque la centralización y control oficial de la información dificulta mucho más tarea del periodista, en Crónica.Uno la línea editorial sigue sujeta a la libertad de acción para ofrecer los hechos como son, aún en medio de las limitaciones que imponen la cuarentena y el aislamiento social.

Los contactos telefónicos, las videollamadas, los correos electrónicos, son ahora, algunas de las principales herramientas para el contacto con la fuente, cuando el cara a cara resulta casi imposible.

Por eso y pese a las amenazas y ataques de los que hemos sido víctimas, en Crónica.Uno he encontrado un espacio de libertad  y diversidad, para ser el eco de las voces ciudadanas que son desatendidas y para mostrar los rostros humanos de quienes aún se atreven a desafiar los dictámenes oficiales.

A pesar de las limitaciones que estamos teniendo para hacer coberturas en la calle no hemos perdido el foco de hablarle a la gente de sus asuntos cotidianos, de los temas que les importan e interesan. Los problemas de las comunidades siguen saliendo, las voces de las comunidades se siguen escuchando y seguimos tratando de responder a las inquietudes que tiene la gente de a pie y que quizás algunos sectores han intentado solapar con la pandemia, pero no: los problemas y exigencias de la gente siguen ahí y nosotros los estamos reflejando. Eso me hace sentir útil a la sociedad y al país.

Me parece que Crónica.Uno es un proyecto de utilidad social que tiene un propósito muy definido y un foco muy claro en la defensa de los derechos humanos y eso es algo con lo que yo me identifico.

En el caso de Deportes como sección ha sido complicado porque es una fuente que por sus propias características es distinta a las demás. Con la pandemia, las competencias y torneos quedaron suspendidos aquí y en todo el mundo y creo que la intención durante este período ha sido centrarnos en cómo llevan los atletas venezolanos el día a día, cómo lidian con la cuarentena, la solidaridad que han mostrado algunos para ayudar a los demás en Venezuela y cómo reciben noticias tan difíciles para ellos como la suspensión de los Juegos Olímpicos.

Siempre se trata de buscar trabajos que puedan llamar la atención, que prioricen a lo que ocurre en el país. El deporte ya de por sí es popular por sus propias características, pero, dentro de las particularidades de la sección, se trata de ir en sintonía con las demás secciones.

Realmente es satisfactorio formar parte de un equipo que hace grandísimos esfuerzos y que tiene tan destacados profesionales comprometidos con presentarle a los venezolanos las historias que de repente en otros medios no se les da la importancia debida por cuestiones de línea editorial, interés o las limitaciones propias que marcan, lamentablemente, las labores periodísticas en la actualidad. En una crisis de esta magnitud Crónica.Uno ha mantenido su compromiso de darle voz a los ciudadanos, especialmente a los que sienten con más dureza los efectos de la complicada situación del país.

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Para mí, Crónica.Uno ha sido la oportunidad de conectarme con mi sensibilidad: he aprendido a escuchar, a mirar al otro desde la empatía, a ser tolerante con las cosas que no puedo cambiar. Cuando entrevisto a alguien y luego escribo, no es únicamente transcribir un testimonio más de la tragedia del país. Creo que es una forma de ya no sufrir solos y compartir esa voz con otras personas que también quisieran contar sus historias. Con esto quiero decir que, si antes el interés humano era necesario en una nota, pues ahora el hilo conductor de los textos son los derechos humanos.

Crónica.Uno llega a su quinto aniversario en cuarentena, sin la posibilidad de cumplir con las actividades que teníamos programadas en las comunidades para festejar la fecha. En la sección que me corresponde tuvimos que cambiar la dinámica de trabajo: suspender los foros, las pinturas de murales y talleres.

Ante la pandemia tuvimos que adaptarnos y trabajar desde casa para seguir contando “los hechos como son” a nuestros lectores. A través de las redes sociales hemos mantenido el contacto con los líderes comunitarios y vecinos para contar lo que ocurre en sus entornos. Ellos son “nuestros ojos y oídos”.

Al suspender las actividades en las comunidades he elaborado notas para orientar e informar sobre situaciones que se presentan producto del encierro que debemos cumplir para evitar el contagio con la COVID-19. En tal sentido, hemos publicados notas con recomendaciones para prevenir la violencia de género, para evitar el sobrepeso durante el aislamiento, para evitar trastornos como ataques de pánico e hipocondría. Me siento bien por hacer periodismo de utilidad en estos momentos tan complicados.

La cobertura de COVID-19 ha representado mayor temor para mí: desde marzo hemos visto que han detenido a colegas, a médicos, a bioanalistas por dar información acerca del COVID-19 y creo que todo ese escenario nos recuerda los riesgos que significa hacer periodismo en Venezuela. Cuando salgo a la calle y veo a un funcionario en una cola de gasolina sé que estar allí, sacar el celular, hacer un video, hacer una foto o recoger testimonios, puede ser un motivo para que se nos acerquen y nos impidan hacer nuestra labor.

¿Qué significa trabajar en un medio como Crónica.Uno en este momento?

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Apenas llegué a la casa la primera vez que salí durante la cuarentena, mi coordinadora me llamó y me dijo “mira, quítate todo y métete a bañar”. He notado una preocupación de parte de mis jefas por que nosotros también estemos protegidos en esta situación, nos dan los tapabocas, nos dan el gel. Se siente bien que se preocupen por ti porque es un trabajo en equipo.

Creo que si hubiera vivido esta pandemia de otra manera, es decir, no siendo periodista, quizá no habría aprendido tantas cosas. Siento que el periodismo te da una visión diferente de los hechos, de cómo aprovechas para también enseñarle a las personas y para analizar por qué ocurren las cosas.

Trabajar en un medio como Crónica.Uno en este contexto ha sido de mucho valor para mí porque estoy con gente muy preparada. Aunque a veces mi falta de experiencia puede hacer que me quede trabada respecto a qué debería ser lo siguiente en publicar, mis jefas y compañeros siempre están dispuestos a guiarme y apoyarme.

Trabajar para Crónica.Uno ha sido un constante aprendizaje. Llegué a CU luego de trabajar en una ONG donde se manejan otros protocolos e incluso otras formas de narrar, entonces tenía algunas nociones de lo que era el periodismo de investigación, pero no lo comprendía del todo. Los últimos meses he estado capacitándome para eso a través de Crónica. Pienso que aún me falta, pero sé que estoy mejorando y pronto podré ofrecer trabajos más rigurosos para este medio.

También ha sido agradable retomar un poco la dinámica de hacer diarismo en esta cuarentena. Es algo que extrañaba un poco, es decir, estar sobre temas del día (aunque no sean entregas diarias). Eso ha sido bueno y me ha permitido recordar mis inicios como pasante en la cobertura de Sociedad por el 2017. El equipo ha sido muy receptivo y me agrada mucho el enfoque tan acertado con el que cada jefe y coordinador presenta sus propuestas tomando en cuenta la integridad de cada reportero y fotógrafo.

Asimismo, me parece muy positivo que haya espacio para discutir la ideas en conjunto y que cada quien aporte algo. Estoy de verdad muy agradecida con todo el equipo y deseo que sean mucho aniversarios más.

La realidad del Zulia no es diferente al resto. Aquí nos enfrentamos a la falta de agua, electricidad y, a veces, de comida. No es fácil salir a la calle sabiendo que llegas a casa y no hay luz, que no descanso bien desde hace dos años y cuando salgo y veo gente en peor condición que la mía eso me da ánimos de seguir, porque si ellos pueden, yo también. Ahí es cuando se acrecienta el compromiso que tenemos cada uno de los corresponsales de Crónica.Uno, porque ser, hacer y atender a las comunidades para muchos ya no es noticia, pero para nosotros es el núcleo de todo.

El trabajo se hace como sea, literal. Generalmente, hago entrevistas por teléfono, pero la mayoría de las veces camino para llegar hasta la gente y poder ser testigo presente de la situación, de la noticia. La primera regla del periodismo para mí es dudar de todo. Aunque con el paso del tiempo me he ganado la confianza de muchos voceros comunitarios que también son mis ojos ahí y eso tiene su valor.

Me siento orgullosa de trabajar en Crónica.Uno, pero a veces me frustra no poder llevar el ritmo que tenía hace dos años cuando se podía laborar sin fallas eléctricas. Sin embargo, hemos tenido gente que nos guía, nos enseña y nos anima a seguir. Aun cuando también ha habido altos y bajos en este último año, seguimos dando la batalla para hacer lo mejor que se pueda con lo que tenemos.

Ha sido un reto trabajar en medio de la pandemia: hacer reportería por teléfono en lugar de estar en la calle no te da el contacto con la gente al que estás acostumbrado. Sentirte cercano a ellos y que ellos te sientan cercano. En Bolívar, además, las fallas de señal y de internet también se han incrementado.

Cuando salgo a la calle pienso mucho en mi familia porque no se trata solo de que yo pueda contagiarme sino de ponerlos a ellos en riesgo al exponerme. Por supuesto, mi familia siempre ha apoyado mi trabajo y en este momento están más pendientes de mí.

¿Cómo me he sentido trabajando en Crónica.Uno? Desde que entré hace ya casi un año he sentido apoyo y creo que he crecido profesionalmente porque pienso en maneras de hacer los trabajos que van más allá del diarismo, considerar lo humano: cómo llevar la noticia de un forma distinta y que la gente se identifique. Siento que Crónica.Uno es una escuela periodística donde podemos dar mucho más como profesionales.

El teletrabajo por la cuarentena no me ha gustado mucho: yo soy más de verle la cara a la gente, de “sentir” lo que la gente piensa, ver sus reacciones ante una pregunta. Eso me ha costado, no soy de hacer “periodismo telefónico” ¡es que no siento a la gente! La distancia y un cable no son cosas que me satisfagan mucho, pero entiendo que hay que hacerlo por seguridad en estos momentos.

En Anzoátegui están pasando muchas cosas además del COVID-19 y eso es lo que no dejo de lado cuando tengo que proponer temas propios: pacientes renales, los trabajadores de la gobernación que solo cobran $1, la deficiencia de servicios públicos en varios sectores que afecta a la comunidad.

¿Cómo ha sido trabajar con Crónica.Uno en este tiempo? Escucha el clip de audio en:

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Ha sido muy difícil hacer trabajos en medio de la pandemia. Nuestros jefes siempre están pendientes. Las realidades de cada estado son muy diferentes y siempre nos tratan como a sus hijos.

Cada vez que debo salir a cubrir, bien sea un hecho del día o un trabajo de investigación, trato de no pensar en los riesgos que corro. Procuro mantenerme centrada en lo que debo hacer y cumplir con mi trabajo. Me gusta salir y, en medio de las dificultades, tener la oportunidad de registrar historias, realidades de la gente del Táchira es una bendición. Para esto me formé y amo mi trabajo.

Con la pandemia tomo mis medidas: procuro coordinar con mis fuentes, en caso de ser una entrevista, que estén solos, por eso del distanciamiento. Si es en un mercado o algún lugar concurrido madrugo más de lo normal. Habrá gente, pero menos que si espero hasta las diez de la mañana para ir. Como la gasolina está escasa, planifico la ruta y lo más lejos es lo que primero abordo. De ahí voy bajando hasta llegar de nuevo a mi casa. Otras las resuelvo por teléfono porque viven lejos de la ciudad o no se encuentran en el estado.

Trabajar para Crónica.Uno es una de las experiencias más satisfactorias que me ha tocado vivir. Están conscientes de los riesgos que hay en cada región y si bien nos exigen calidad, saben que hay muchas limitantes y, a pesar de todo, creo que este equipo de corresponsales las ha sabido sortear. He crecido no solo como profesional, sino como persona, pues en diversos trabajos he tenido que hablar con personas que me llegan al alma y me hacen entender cuán afortunados podemos ser pese a las dificultades. Si me dieran a elegir, elegiría siempre a Crónica.Uno sin dudarlo.

Yo antes trabajaba solo para televisión y no es lo mismo escribir para televisión que para un medio digital. En Crónica.Uno he aprendido la importancia de respaldar los testimonios con datos, por ejemplo, de argumentar cada testimonio. Ha sido una oportunidad increíble ser parte de este equipo.

A pesar de que no es posible movilizarse en este momento por la pandemia y la falta de gasolina, yo me apoyo en redes de contacto y en los otros colegas para verificar la información. Mi herramienta principal ha sido el teléfono.

Conocer los hechos y la historia de los acontecimientos desde la voz de sus protagonistas ha sido la mejor manera de volver a la calle. Se reactivó el “gusanillo” que nunca duerme. Adaptarme al estilo de Crónica.Uno no ha sido fácil, pero poco a poco es genial sentir que esto es lo mío, conocer y contar historias, aunque hoy como periodistas estemos en el ojo del huracán.

Percibo a Crónica.Uno como una ventana informativa donde la gente puede ver reflejada su historia en una plataforma digital seria, comprometida con la verdad, sobre todo ahora cuando la gente pide ser escuchada y que se visibilicen sus problemas del día a día. Volver a la calle con 26 años de graduada de la mano de un medio como Crónica.Uno ha valido la pena.

Cuando yo llegué a Crónica.Uno solo sabía cosas básicas sobre ortografía. Con el trabajo aprendí a estructurar notas, a darles contexto, cómo consultar las fuentes, a “patear calle”. Siento que fue una suerte haber quedado en este equipo de trabajo y siempre estaré agradecida.

Para el reporteo de calle no hay una guía, no hay manual que te diga qué hacer en esta situación (la pandemia) y en un país donde la censura es un tema delicado, pero he tenido muy buenas coordinadoras y trato de ver cómo mis compañeros cubren sus fuentes. Yo no le cierro la puerta a nadie, procuro mantener la relación con las fuentes, que sepan que pueden contactarme si tienen información y eso me ha servido en este tiempo de cuarentena. También estoy al pendiente de redes sociales como Twitter e Instagram donde noto que los usuarios suelen subir más reportes y de allí extraigo datos que pueden servir para notas.

Algunas de mis estrategias para comunicar en este contexto son contactar a la gente por WhastApp, usar Twitter, me ayudo mucho a través de compañeros de clase, amigos fuera del país con su familia aquí. Cada vez que salgo me relaciono con las personas que me cruzo en la calle (el cajero del abasto, el mototaxista de la esquina) como una manera de tejer redes.

Trabajar para Crónica.Uno en este momento me ha servido para entender que, aun cuando no puedas hacer tu labor como quisieras (consultar fuentes oficiales, conseguir testimonios en el lugar de los hechos), sí puedes hacer mucho desde una ventana informativa como esta a pesar de las distancias. Considero que he crecido bastante en mi profesión, mi forma de ver las cosas no es igual a la de hace casi dos años, que es el tiempo que tengo en este equipo. Espero crecer más, porque nunca es suficiente.

Trabajar en Crónica.Uno en este contexto para mí ha sido bastante enriquecedor, en varios sentidos. Primero, aprender a trabajar en una situación de contingencia. Segundo, saber manejar el tema de las noticias falsas, enseñarle a familiares y allegados que rumor no es noticia. Tercero, compenetrarme más con el equipo.

Hay una diferencia desde que entré a formar parte de Crónica.Uno hasta ahora, adquirí conocimiento y experiencia que es lo primordial, pero también he aprendido a creer y poner en práctica mis propuestas porque no hay mayor satisfacción que las personas tengan a Crónica como un medio de referencia para mantenerse informados.

Mi trabajo consiste en mantener informados a nuestros lectores por WhatsApp, mediante distintos grupos de difusión y estados de la misma aplicación. También propuse la idea de crear una guía de recomendaciones usando la etiqueta #CUTeRecomienda, junto con una de nuestras editoras y otra compañera. Nos agrada la idea de saber que estamos dándoles a nuestros lectores alguna alternativa frente a esta situación.

Los reporteros gráficos: la mirada en plano detalle

¿Cómo es salir a la calle sabiendo que vas a cumplir con tu oficio pero también reconociendo los riesgos? ¿Qué estrategias aplicas para cumplir con el trabajo fotográfico en esta situación?

Coordinar un equipo de fotografía en este contexto es complejo. Ante todo, mi prioridad es resguardarlos a ellos. A pesar de las limitaciones hemos buscado hacer trabajos cerca de nuestras zonas de residencia, se han levantado historias, se han levantado ensayos de cosas que no sabíamos que teníamos cerca.

En una situación como esta creo que no es solo querer coordinar, sino contar con un equipo al que le guste lo que hace. El equipo de fotografía de Crónica.Uno es lo que es porque tiene gente que de verdad es entregada. Todos los días hacemos reuniones por WhastApp para ver qué podemos y no hacer. El liderazgo aquí está en el propio equipo: no es una sola cabeza, todos opinan y aportan algo.

Trabajar en un medio como Crónica.Uno en este momento ha sido para mí un salvavidas. Hacer el trabajo ayuda a drenar toda esta situación, te ayuda a sentir que se logran cosas. La sensación de ser útil en este momento es gratificante.

Formar parte de Crónica.Uno me ha dado la oportunidad de crecer profesionalmente. Es un equipo con ideas innovadoras y abierto siempre al cambio, así como a buscar experiencias que permitan ayudar y colaborar con la comunidad. Esto me ha llevado a tener que ser más creativa, mantenerme actualizada, mejorar mis destrezas para desempeñar mejor mi trabajo y buscar el mejor resultado. El desafío, en medio de la situación que atraviesa el país, consiste más que todo en mantener el buen ánimo y optimismo, indispensable para la creatividad.

Crónica.Uno es un medio que no solo ofrece información, sino que se preocupa por leer detrás de la noticia, da importancia a la parte humana, a la comunidad. Es un medio que se preocupa por el periodismo honesto, por que cada persona tenga el conocimiento y las herramientas para que, al estar informado, pueda tomar decisiones, cuestionar, exponer ideas, pensamientos, opiniones, lo que contribuye a formar una mejor sociedad, en medio de tanta turbulencia.

No es fácil salir, todos tenemos miedo de contagiarnos, pero nosotros como reporteros gráficos debemos hacerlo para mantener a nuestros lectores informados.  A parte de la situación de salud también hay una crisis económica que se evidencia en cada salida: vemos cómo hay muchas personas que dependen del trabajo diario para tratar de cubrir sus necesidades alimentarias y de sus familiares y eso es difícil asimilarlo.

En lo personal, aprovecho las salidas para cumplir con varias asignaciones a la vez, ser proactiva a la hora realizar los ensayos fotográficos y tomar en cuenta los trabajos que ya hemos hecho para no ser repetitivos.

Para mí, trabajar en Crónica.Uno es una oportunidad invaluable ya que me ha hecho crecer tanto profesional como personalmente y me siento agradecida de que nuestros jefes siempre estén atentos de nuestro bienestar y abiertos a nuestras sugerencias.

Para mí trabajar en Crónica.Uno ha sido un verdadero reto. Ya varios fotógrafos muy buenos habían sido parte del equipo y yo sentía que tenía una responsabilidad: hacerlo mejor o al menos igualarlos, teniendo en cuenta lo que es la imagen de Crónica para los demás y el estilo de sus textos. Para mí ha sido una universidad, un sitio donde aprendí, donde aún aprendo, algo nuevo todos los días.

Los periodistas de Crónica se meten en los barrios, buscan el foco distinto de los acontecimientos. La característica principal de este medio es que no se desvive por contar las cosas primero, sino mejor. Y eso también supone un desafío para uno como fotógrafo: buscar una foto que refleje lo que el periodista escribe, pero también lo que uno como reportero gráfico ha visto. Conjugar esas dos cosas para que el lector pueda percibir lo que ocurrió y pueda interpretarlo en ambos lenguajes con la firma distintiva del medio.

Las correctoras: escuadrón antigazapos

El trabajo editorial ya no se limita solo a los textos. En Crónica.Uno, las correctoras también son parte de los procesos editoriales que involucran manejo de redes sociales y adaptación de contenidos a las distintas plataformas. ¿Cómo ha cambiado eso su perspectiva como profesionales? 

Desde que llegué a Crónica.Uno, hace poco más de un año, el país no ha dejado de sorprendernos: apagones, Metro precario, poco transporte público, más escasez, más dólares, menos bolívares, más pobreza… La vida nos ha ido cambiando tan abruptamente que casi nada sorprende. Aunque sí: de repente un virus no te deja salir, ni abrazar, ni estar codo a codo con los que trabajas cada día. Sin embargo, seguimos sorteando obstáculos y henos aquí, trabajando a distancia, haciendo chistes a distancia, y, hay que decirlo, lográndolo a distancia.

El trabajo de corregir exige concentración y la dispersión de conversaciones, sean en vivo o sean remotas, siempre resultarán una dificultad para lograr un buen trabajo. Trabajo que, a mi juicio, es fundamental para que los textos queden lo más claros posibles para un lector que está ávido de información y de lecturas más reposadas ante el encierro en el que se encuentra. 

En este tiempo que me han dado la oportunidad de trabajar en Crónica.Uno he crecido tanto en conocimiento del periodismo digital como en el uso de las distintas redes sociales. Me parece importante para la necesaria divulgación en redes sociales, porque el acceso de la mayoría de los lectores es a través de esas vías. 

Un medio de comunicación como Crónica.Uno, tan cercano a las comunidades, se hace fundamental en tiempos en que se requiere información. Llegar a las comunidades a través de nuestros propios reporteros o de líderes comunitarios que están en contacto con nosotros es necesario en tiempos en que la información oficial se nos niega, para poder ir informando y educando a quienes nos leen y se suman cada día a nuestra oferta informativa.

Trabajar en casa con Internet tan lento, tan errático, es fatal. De verdad, es lo que peor se me ha dado en estos tiempos. Al principio me generaba mucha ansiedad, porque quieres que tu colaboración sea efectiva, no quieres estar dos horas corrigiendo una nota; pero poco a poco he ido entendiendo que lo importante es hacerlo lo mejor posible y entregar cuando el Internet te lo permita, porque tus compañeros también están teniendo ese problema.

Al principio de la cuarentena tuve la sensación (porque seguramente fue así, quizás lógicamente) de que estábamos muy encima de la noticia, de lo que llaman breaking news, pero ahora siento que otra vez estamos yendo a la historia “pequeña” para retratar la noticia. Eso es lo que más me gusta de Crónica.Uno. La cercanía con la gente. Para la noticia, lo que pasa en el momento, están otros medios, mucho más grandes también (se requieren más recursos de todo tipo para estar montado en todas las noticias). 

Pero el que quiere entender más claro cómo afectan los problemas del país (incluida la pandemia) a la gente como uno, debe leer historias de la gente, del barrio, de la urbanización, del edificio… Crónica.Uno es un medio que nos echa esos cuentos.

Siempre digo que uno no deja nunca de aprender. Y Crónica.Uno me ha enseñado algunas cosas “técnicas” que tienen que ver con herramientas útiles en información que no conocía y que entiendo que hoy en día son casi imprescindibles para trabajar en los nuevos medios de comunicación. Sé que todavía tengo que aprender cosas, pero me siento contenta porque creo que, en general, no he fallado a mis compañeros en cuanto a lo que se espera que hagamos con las notas que se publican para que lleguen a la mayor cantidad de gente posible.

La primera vez que supe de Crónica.Uno fue por una sugerencia de Twitter. De allí pasé a la web y me devoré cinco textos de un solo golpe. Me gustaron tanto el estilo y la estructura que presentaba el medio que, en secreto, convertí en una meta personal llegar a ser parte del equipo. Y tuve la oportunidad poco después, en julio de 2016. Lo recuerdo, sobre todo, porque coincidí con el cumpleaños de la entonces coordinadora editorial y pensé que un pedazo de torta era un buen presagio para iniciar las relaciones laborales.

Yo no soy periodista, estudié Letras. Tengo la impresión de que eso trajo muchos aciertos y también varias metidas de pata porque significó aprender a hablar y editar desde un enfoque distinto al que estaba acostumbrada. Con todo, gocé (y gozo) de figuras que tuvieron una labor de mentoría fundamental para saber reconocer fuentes confiables, dónde verificar cierto contenido, qué datos destacar; detalles que luego apliqué en la estrategia de comunicación para otras plataformas.

Crónica.Uno me enseñó acerca del respeto a la fuente ante la prensa: se trata de mostrar al otro, pero nunca de revictimizarlo ni despojarlo de su esencia para que aparezca como una excusa sensacionalista; me afiló la perspectiva y el criterio con respecto al tratamiento de la noticia; me tocó la fibra sobre la importancia de conocer y defender el derecho de todos a tener acceso a la información. Este aprendizaje provino de todas las personas detrás del medio. Les agradezco siempre.

Cinco años después sigo enamorada de Crónica.Uno, aceptando desafíos que tiempo atrás quizá no me hubiera atrevido a afrontar. En Crónica el crecimiento ha sido por etapas y esa es la clase de experiencia que te hace implosionar, para luego expandirse a todas las áreas de tu vida. Si no me ven mucho la cara, no se preocupen, seguramente estoy con mi equipo contando los hechos como son.

La coordinación: El caballito de batalla

¿Cómo es dirigir un medio que sigue los objetivos de Crónica.Uno? ¿Por qué es importante tener presente a un medio como Crónica.Uno en este momento?

crónica.uno

Aunque sabíamos que la COVID-19 iba a llegar y teníamos semanas en el grupo de coordinación hablando de cómo íbamos a hacer, leyendo lo que estaba pasando en Europa, pues en realidad nunca estás preparado para algo como esto.

Si bien con los apagones armamos en el momento un plan que funcionó, la situación ahora es distinta, pero la experiencia siempre sirve. Ahora armamos un plan distinto, que cambiamos cada semana, a medida que pasan los días o cuando se necesite cambiar. Este plan tiene dos ejes: uno es mantener a la gente informada y el otro resguardar la salud física de los periodistas.

Aunque es una gran responsabilidad liderar el equipo en un momento como este, es igualmente satisfactorio en lo personal y en lo profesional. En primer lugar, porque cuento con gente brillante, responsable, siempre están activos; y segundo, porque responden al reto que significa este momento. 

La verdad que como periodistas nos ha tocado vivir momentos muy importantes, históricos, aunque suene a lugar a común. Estoy muy orgullosa de lo que hacemos. Estamos todas las semanas inventado cosas nuevas, productos, formas de llegarle a la gente, maneras de contar las historias, de acercarnos respetando siempre a la gente. Seguimos saliendo a la calle, poco, pero salimos, tomando todas las previsiones.

Además de la pandemia enfrentamos la censura y la única forma de que no nos impida trabajar es con inteligencia y con buen periodismo y eso es lo que tratamos de hacer. En un contexto como el actual, con censura, amenazas a las fuentes, poca información oficial, con información falsa circulando en la redes, en Crónica.Uno nos esforzamos en publicar información verificada para que la gente sienta confianza cuando nos lee. Adicionalmente, tratamos de ser una ventana para las denuncias y ofrecer guías o información de utilidad a la gente que está encerrada en su casa.

Yo creo que un elemento diferenciador es la cercanía que, pese a la cuarentena, seguimos teniendo con la gente.

El periodismo es calle, contacto con la gente, oír, ver, tocar y pues la pandemia y la cuarentena son exactamente lo contrario. Aunque lleve ya muchos años como coordinadora sigo siendo reportera y cada vez que salgo a comprar algo me traigo una historia o una pauta. Pregunto, siempre pregunto. Yo creo que soy, en esencia, preguntas.

crónica.unoEstar en Crónica.Uno ha significado un gran aprendizaje no solo en lo profesional sino también en lo personal. Hay un crecimiento que tiene que ver en cómo abordar el periodismo digital con herramientas y no de manera empírica como lo hacía antes. Ahora tengo una nueva familia que alegra y le da mucha calidez a mis días.

Ejercer el periodismo durante esta pandemia es otro reto u obstáculo a enfrentar y a vencer. Y creo que el equipo de corresponsales está venciendo porque ya han lidiado con la falta de electricidad, agua, gas y gasolina. Trato de que no se expongan mucho y que hagan las cosas con calma y que muchas de las pautas las puedan cubrir por teléfono o por las redes sociales.

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Cuando inicié en Crónica.Uno éramos solo seis personas en total y mi reto era sacar adelante un medio para los sectores más desfavorecidos. Con errores y aciertos fuimos creciendo y convirtiéndonos en un medio de referencia para conocer la realidad de la gente con menos recursos en Venezuela. Yo siempre digo que Crónica.Uno es mi hijo. Ahora dirijo la Unidad de Contenido Especiales.

El objetivo y la meta es romper con la hegemonía comunicacional y explicar fenómenos complejos que afectan la calidad de vida de los más pobres, así como visibilizar sus problemas sin condenarlos ni hacer apología de la pobreza.

Pienso que quien quiera tener una verdadera idea sobre la vida en los barrios tiene de referencia a Crónica.Uno.

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Cuando lo pensamos, cuando lo soñamos, cuando vimos que era necesario ampliar la oferta de medios que hicieran periodismo y tuvieran elementos para desarrollar buenas prácticas de periodismo, nunca nos imaginamos que el contexto podía ser más complicado. Sabíamos que habría mayores desafíos, pero nunca nos imaginamos una cosa como la que está pasando ahora.

Lo que de alguna manera hemos tratado de construir y mantener en el tiempo es un medio de comunicación multiplataforma que pueda desarrollar estrategias para llegar, especialmente, a las audiencias de los sectores más humildes. ¿Por qué esos sectores? Porque sin duda hay muchas desigualdades, hay muchas inequidades, hay muchísimas dimensiones de la exclusión, pero uno de los elementos asociados era la exclusión informativa.

Un medio siempre es una tarea colectiva, así que algunas de las cosas que imaginaste se cumplen y otras se desarrollan a partir de los aportes de la gente que ha estado involucrada en el proyecto.

Antes éramos un proyecto caraqueño, ahora somos un proyecto más bien nacional. Crónica ha aportado una propuesta de cuidar el decir, la palabra. Creo que fuimos de los primeros en poner la mirada sobre temas como la pobreza, la escalada del hambre, la migración en los sectores populares. En ese sentido, ha habido un crecimiento y todos los días estamos pensando en cómo hacerlo a pesar de las dificultades. Dentro del ecosistema de medios en Venezuela, Crónica.Uno ayuda a visibilizar determinados temas. Al presentarse y al proponerse otros medios también aprenden o toman de esas iniciativas que tenemos y creo que ese es un factor que le hace bien al ecosistema de medios venezolanos.

Así que creo que es importante un medio como este porque ayuda a que los sectores populares tengan una oferta informativa de calidad y, además de eso, que algunos temas que no son tradicionales en los medios se estén visibilizando. Esa es la razón de ser de Crónica.Uno.


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