Los centros de promoción de lectura y conocimiento académico han desaparecido poco a poco sin que medie una explicación oficial de las autoridades nacionales y regionales.
La Guaira. La corrosión por el salitre no solo se aprecia en los ventanales, puertas, rejas y espacios públicos del Litoral Central. Ese salitre del mar Caribe también ha permeado en la cultura de los guaireños, que asisten por estos días a la desaparición paulatina de sus bibliotecas.
Aunque este fenómeno no es exclusivo de La Guaira, no deja de ser llamativo el hecho que hace siete años estaban abiertas nueve bibliotecas y salas de lectura.
Hoy, solo funcionan dos bibliotecas, uno en la calle Bolívar de La Guaira Colonial y otra en el pueblo de Chuspa, en el extremo este de la entidad, límite con el estado Miranda.
Luego de seite años ya no prestan sus servicios los centros bibliotecarios y salas de lectura: Danilo Anderson en Catia La Mar, Rafael Martínez Salas en Guaracarumbo (parroquia Urimare), Pío Rengifo en Carayaca y Margarita Escobar en Caraballeda.
En similar situación están los centros Basilio Aponte en Osma; Cruz Domingo Díaz en La Sabana e Isabel Ponziana Bolívar en Caruao.
Al este del Litoral Central, solo sobrevive la biblioteca pública Froilán Colina en Chuspa. Pero, abre entre dos y tres veces a la semana.
Es muy difícil promover la lectura y expandir el conocimiento de las ciencias y las humanidades cuando van muriendo las bibliotecas públicas en nuestro estado”, dijo Abilio de Oliveira, antropólogo de la Universidad Central Venezuela y habitante de La Guaira.
Oscurantismo silente
A los lugareños de la ciudad histórica de La Guaira no les sorprende que la biblioteca pública central (ubicada detrás de la Casa Guipuzcoana), cierre sus portalones eventualmente para organizar actos políticos del oficialismo. De hecho, no abre todos los días al público.
“No es tanto que es poco visitada por estudiantes, investigadores, académicos y cultores, sino que viene ofreciendo sus espacios para actividades proselitistas del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela)”, dijo Antonio Mayora, quien trabaja en una barbería de la zona.
Aunque su construcción data del siglo XVIII, la biblioteca fue concebida el 10 de marzo de 1953 por el arquitecto Oscar González y lleva el nombre de José María España, prócer del movimiento preindependentista de 1797, y oriundo de La Guaira.
En su interior, se pueden consultar libros digitales, a través de cinco computadoras con acceso a internet. De acuerdo con la Red de Bibliotecas Públicas, este sitio cuenta con 18.799 libros.
Otros moradores de sitios cercanos, como Muchinga y Cerro Caído, coincidieron en señalar que la biblioteca no entusiasma a los más jóvenes y ni siquiera a los universitarios, “porque todo lo quieren conseguir en los teléfonos celulares”.
Crónica.Uno trató de consultar a trabajadores de estos recintos, pero no fue posible contactar a algún bibliotecario de La Guaira o funcionario del Ministerio de la Cultura en la región.
En semanas recientes, se ha observado a un grupo de trabajadores de la Gobernación de La Guaira que ejecutan labores de remodelación de la infraestructura.
Sin embargo, no se ha anunciado oficialmente ningún plan de restauración del inmueble. Cualquier tratativa al respecto debería ser autorizada por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC).
“Esa biblioteca la van a arreglar para seguir haciendo política roja, ya lo verán, porque no les importa que la gente lea o estudie”, comentó un obrero que trasladaba una carretilla en dirección hacia la esquina de Pachano, al final del casco histórico.
Participa en la conversación