La Biblioteca Pío Tamayo, en Barquisimeto, funciona sin agua y los baños están clausurados. Desde hace años no se actualizan las colecciones. Suerte similar corren otras bibliotecas como la Pascual Venegas, que, de acuerdo con los trabajadores, “da lástima”. Los más perjudicados son los estudiantes dado que los textos escolares son muy caros y no pueden hacer uso de estos espacios del saber.

Barquisimeto. “La Biblioteca Pública Pío Tamayo en este momento se encuentra en el subsuelo. No hay baños, le ponen candados a los baños, no hay agua. En esa forma estamos trabajando los funcionarios”, dijo la licenciada Lídice Rodríguez Valles, trabajadora de esta institución, principal sede de ese género y que forma parte de la red de bibliotecas públicas en el estado Lara.

El grupo de empleados que queda allí lamenta que hace años no se actualizan las colecciones ni se compra material, por lo que le hacen un llamado a Adolfo Pereira, gobernador de la región, para que designe a alguien que sí sepa de bibliotecas.

“(Gobernador) esa gente que usted tiene mandando en la Biblioteca Pío Tamayo revísela porque no saben nada de bibliotecas. No son profesionales, lo que son son atropelladores”, reclamó Rodríguez, que ha dedicado 32 años de servicio a este organismo.

Refieren que en la Red de Bibliotecas laboraban 107 funcionarios, pero actualmente desconocen la cantidad, porque han ingresado nuevos empleados, según simpatizantes al patrono, y advierten que cuando un trabajador con más de 30 años quiere levantar la voz, los amedrentan y los amenazan con despedirlos o levantarles actas.

Lídice Rodríguez comenta que los libros tienen ácaros y la contaminación es inminente. Tampoco tienen uniformes, pues cuando lo solicitaron al gobernador, este les indicó que ese beneficio era únicamente para los empleados que se encuentran en el edificio central.

El gobernador no va de sorpresa a la Pío Tamayo y no habla con los empleados. Cuando va a la institución, pasa por donde pasa la reina y no por donde de verdad tienen que hacerlo”, comentó.

Los trabajadores de la red de bibliotecas públicas larense manifiestan sentirse en el aire, porque no los toman en cuenta, y además, las áreas de las bibliotecas las han destinado para depósitos o actos proselitistas.

La Biblioteca Pública Pío Tamayo fue creada el 18 de abril de 1910, por decreto del ejecutivo del estado Lara, durante la presidencia del general Manuel Salvador Araujo, bajo el nombre de Biblioteca Pública Bolívar y fue inaugurada el 9 de abril de 1911 con motivo de la conmemoración del centenario del proceso de la Independencia en Venezuela. Fue en 1964, cuando el gobernador Argimiro Bracamonte le asignó el nombre de Pío Tamayo.

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La Biblioteca Pío Tamayo se encuentra en el centro de Barquisimeto. Foto Yelitza Figueroa

Es un edificio moderno, todo en obra limpia, con una estructura de concreto armado, grandes ventanales de vidrio, bloques calados y techos de losas planas. En su fachada predominan las líneas sencillas y horizontales.

Esta sede tiene dos niveles, al superior se accede mediante una rampa de concreto armado que, además, sirve como elemento que jerarquiza el acceso principal a la biblioteca en planta baja.

Anteriormente, en sus dos pisos se localizaban las salas de Ciencias, Infantil, de Referencia, Larense, Técnica de Información, servicio de sanitarios, Depósitos y Auditorio. Sus espacios exteriores con amplias áreas verdes, árboles altos y vegetación baja ornamental, ahora también sirven como un vivero.

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En la parte posterior de la Biblioteca Pío Tamayo se encuentra el vivero El Suspire. Foto Yelitza Figueroa

Para 2016 existían más de 4000 títulos que hacían posible una experiencia educativa completa y entre sus servicios. La Pío Tamayo, “hogar de conocimientos de los guaros” como se le conoce, ofrecía más de 10 servicios.

Todo esto ha pasado al olvido y los trabajadores solicitan encarecidamente que le inyecten dinero para que pueda seguir recibiendo a propios y extraños, pues aunque avance la tecnología, este espacio sigue albergando historia y conocimientos.

¿Qué nos dicen? no hay plata, pero sí hay plata para otras cosas”, lamentaron.

Recalcan que trabajan con las uñas, los empleados tienen que llevar agua de sus casas para poder beber.  “Si van a la Biblioteca Pascual Venegas da lástima. Una de las bibliotecas más nuevas del estado Lara y, sin embargo, los baños están socavados”.

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Recientemente, se han realizado algunas reparaciones a las bibliotecas. Los trabajadores dicen que no son suficientes. Foto cortesía

Lídice Rodríguez indicó a Crónica.Uno que en ese centro, ubicado en el oeste de Barquisimeto, las trabajadoras tienen que hacer sus necesidades en el monte que está detrás de la sede.

Días atrás, los trabajadores de la red de bibliotecas públicas de Lara realizaron una concentración frente a la Pío Tamayo, para mostrar su rechazo a las pobres condiciones laborales que tienen y la dificultad para desempeñar sus tareas. Ese día no pudieron entrar a la institución porque les informaron que el edificio estaba cerrado por fumigación.

Queremos que se nos mejoren las condiciones de trabajo y nos paguen las cláusulas contractuales que se adeudan. Tenemos la cláusula que corresponde a las vacaciones por la que está pendiente el retroactivo de enero y febrero de este año, también las primas de profesionalización y de antigüedad, las cuales no se están calculando como deberían, sino por debajo y además de ello, lamentablemente, están despidiendo a los trabajadores o los están coaccionando para que renuncien”, dijo Jennifer Bello, quien es bibliotecóloga.

Resaltó que no tienen la información al día para los usuarios que acuden a investigar, y asegura que es lamentable, porque los textos escolares son muy costosos y gran parte de los beneficiarios son estudiantes.

En relación con la digitalización que se inició hace años, Bello dijo que se estancó por la misma razón: el Gobierno no ha invertido en las bibliotecas.

Aunado a eso, el hampa también ha hecho de las suyas y varios equipos han sido desmantelados. “Se han robado computadoras, acondicionadores de aire, televisores y nadie se hace responsable, se desaparecen y nadie dice nada. A eso se suma la falta de mantenimiento y la edificación se ha ido deteriorando”.

Además, aseguró que desde 2015 no reciben dotación de uniformes y precisa que desde 2008 la biblioteca no ha invertido en la compra de colecciones.

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Desde hace años, las colecciones de la Biblioteca no han sido actualizadas. Foto cortesía

Por su parte, durante esa concentración, Lídice Rodríguez denunció que están obligando al personal a trabajar y no les dan las condiciones necesarias para ello; y que las mujeres que trabajan allí están expuestas a varias infecciones y realmente no ganan para pagar un tratamiento médico.

Los trabajadores explicaron que en años anteriores la red de bibliotecas poseía más de 220.000 ejemplares entre las 25 bibliotecas distribuidas a lo largo y ancho del estado Lara y, actualmente, no reciben dotación desde hace 15 años, con lo que se afecta las colecciones bibliográficas y hemerográficas.

Con la llegada de la pandemia, algunas, como la Pío Tamayo, se tuvieron que adaptar a la modalidad online para la atención a los usuarios. Aunque varios ciudadanos han llegado a donar libros en físico, los empleados afirman que no son suficientes y algunos vienen dañados.

Por estas políticas, las instituciones emblemáticas están desapareciendo”, puntualizó Rodríguez.

Dentro de la Red de Bibliotecas Públicas del estado Lara resaltan la Ezequiel Bujanda de Sarare, en el municipio Simón Planas; Argimiro Gabaldón de Duaca, en el municipio Crespo; José Guevara del municipio Jiménez, Barquisimeto; Renato Agliagate, municipio Andrés Eloy Blanco; Biblioteca Pascual Venegas Filardo y  Pío Tamayo en Barquisimeto.

Son varias las generaciones que se han formado en estas casas del saber, pero actualmente, muchos jóvenes desconocen cuántas y dónde están ubicadas, ya que la mayoría están abandonadas o en condiciones no aptas para recibir visitantes.


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