Damnificados de la Candelaria viven entre aguas negras y un muro que pone en riesgo sus vidas

La Candelaria

Cuando se cumplen dos meses del desbordamiento del río El Limón y de las afectaciones que ocasionó en varias comunidades de MBI, los damnificados de La Candelaria claman atención gubernamental y denuncian promesas incumplidas.

Maracay. Se cumplen dos meses del desbordamiento del río El Limón y de las afectaciones que la fuerza de las aguas dejó a su paso. Los damnificados de La Candelaria reclaman atención gubernamental.

Aquel 9 de septiembre, cientos de familias del municipio Mario Briceño Iragorry del estado Aragua, vieron cómo los embates de la naturaleza arrasaban con sus viviendas y sus pertenencias. Por fortuna y a diferencia de 1987, en esta oportunidad no hubo víctimas fatales, pero sí incalculables pérdidas materiales.

Seis días después del aluvión ocasionado por el desbordamiento del río El Limón y sus afluentes, como los ríos Los Manguitos y Capuchino, el reporte de daños fue más preciso. De las siete comunidades seriamente afectadas, como La Ceiba, Corral de Piedra, El Piñal, Caja de Agua, El Progreso, Arias Blanco y La Candelaria, esta última sufrió los mayores daños.

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Los damnificados se quejan de las promesas incumplidas. Foto: Gregoria Díaz.

Allí, de acuerdo con el reporte emitido por el alcalde de Mario Briceño Iragorry, Brullerby Suárez, 209 familias y 146 viviendas resultaron afectadas, pues el río llegó a esta parte baja del municipio con mucha fuerza y cualquier cantidad de escombros.

Dos meses después de la tragedia, los vecinos de La Candelaria claman atención gubernamental y temen que el muro de contención que se levantó a orillas del río, no contenga un posible y nuevo desbordamiento de continuar las lluvias en la entidad.

Esto es una bomba de tiempo”, dice Miguel Martínez, uno de los afectados, mientras señala el improvisado muro de tierra.

Se refiere a una especie de barricada de unos cuatro metros de altura aproximadamente, que se levantó con tierra sedimentada para contener la fuerza de las aguas del río El Limón, que desembocan justamente en este populoso sector del municipio Iragorry.

El alcalde dijo que era lo único que podían hacer —explica— pero si vuelve a llover, habrá otro deslave. El riesgo es inminente.

Paralelamente, los afectados de La Candelaria siguen sobreviviendo en medio del colapso de aguas negras que dejó el desbordamiento del río El Limón y que a la fecha, aseguran, no ha sido reparado.

José Pavón, topógrafo de profesión y vecino de La Candelaria, reiteró el reclamo que en varias oportunidades le han hecho al alcalde Brullerby Suárez.

Acá estamos con bocas de visitas sin tapas y llenas de lodo. El problema más grave es que el colector está derrumbado por lo que existe el riesgo de que el excremento y las aguas negras se desborden en los baños y en las casas ya afectadas por la inundación”, explica.

Maryolí Rivero, habitante de la calle Candelaria, se hizo eco del malestar entre los afectados del sector, sobre las ayudas y créditos prometidos y que a la fecha no se han materializado.

Mi casa no fue censada porque la vieron limpia —dice— y nos dijeron que no necesitábamos nada, ni siquiera créditos. Tengo dos niños y una persona de la tercera edad y no hemos recibido ningún beneficio.

Un grupo de damnificados coincidió en denunciar que el arreglo de las calles, el dragado del río, la entrega de materiales como pinturas y el otorgamiento de créditos han sido solo promesas incumplidas.

Morela Mendoza, otra de las afectadas en la calle Federación, asegura que no todos fueron censados para el otorgamiento de unos créditos que, sostiene, aún no han recibido.

“¿Qué debemos hacer?, ¿Qué esperan? ¿Qué haya otra desgracia?”, se pregunta con un dejo de impotencia, mientras sus vecinos con improvisados carteles en las manos, insisten en reclamar la ayuda gubernamental prometida y que les urge, dos meses después.


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