“La dieta de Maduro no nos pone ‘duro’, nos está dejando en el pellejo”

Algunos venezolanos salieron al paso a las declaraciones recientes del Presidente de la República, quien dijo que la “dieta de Maduro los puso duro y sin Viagra”. Molestos dijeron que por los altos precios y por la escasez comen menos de dos platos al día.

Caracas. “En los últimos cuatro meses perdí entre 10 y 13 kilos. Los pantalones me quedan como un saco. Se me notan las costillas. Hace como seis meses que no como carne, no consumo azúcar, ni aceite, ni granos y las arepas ahora son un lujo en mi casa. Por eso me pareció una broma de mal gusto lo que dijo el Presidente cuando se refirió a la dieta de Maduro, porque a mí no me puso duro, más bien me pegó duro”.

Ese testimonio de Mario Quintana parece una historia repetida en algún vagón del Metro de Caracas. Pero, ciertamente, es de lo que habla la gente en la parada, en el banco, en la bodega y con la vecina, luego de los comentarios hechos por el Primer Mandatario el pasado fin de semana en un acto público.

Maduro, durante el lanzamiento de la revista de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), le preguntó a uno de sus colaboradores, Gustavo Villapol —editor del semanario Cuatro F— por qué estaba tan delgado. Villapol le respondió que estaba trotando pero desde el público alguien gritó “la dieta de Maduro”.

Frente al comentario el Jefe de Estado se echó a reír y dijo “La dieta de Maduro te pone duro y sin necesidad de Viagra”.

Por las redes sociales no tardaron las expresiones que rechazaban el comentario. También en la calle la gente se mostró molesta por esas declaraciones.

“A mí no me puso dura, mira me está dejando un pellejero. Y disculpa la expresión. En los últimos tres meses he rebajado unos 15 kilos. Pensé en hacerme unos exámenes, pues me asusté, pero eso es el resultado de la mala alimentación que llevo”, señaló Sahily Florez y añadió que el dinero de la pensión le aumenta las trabas en el complicado proceso de conseguir alimentos.

“Arepa como cuando consigo harina, no como dulce porque no tengo azúcar, cada huevo me cuesta Bs. 160. A mis casi 63 años tengo una pensión que ahora va a ser de Bs. 23.000 y dime tú cómo llevo una buena alimentación. Por  eso me parece una falta de respeto del señor Presidente. Me imagino que ellos sí comen bien”, sostuvo.

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Dieta obligada

Yngrid Candela, nutricionista e investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó que en los últimos tres meses se ha agudizado el problema de la seguridad alimentaria en la población venezolana, no solo en los niños sino también en los adultos, que resultan ser más vulnerables aún.

De ahí que sin calificar las declaraciones recientes del Presidente de la República, destacó con preocupación que a las consultas ahora no va la gente por presentar obesidad, sino por desnutrición.

Dijo que los pacientes llegan con pérdida de 5 a 10 kilos en solo tres meses: “Este problema lo estamos viendo desde principios de año, pero no se puede negar que en estos momentos la seguridad alimentaria ha pasado a ser un problema de hambre y más en los hogares vulnerables, en donde la cabeza es un adulto mayor, que no tiene acceso a los alimentos”.

Según Candela, la situación va a continuar porque hay menos comida disponible y lo poco que está llegando —principalmente a las comunidades rurales— son las bolsas. “Entonces los adultos pueden pasar el día comiendo yuca o solo arroz y por eso están perdiendo peso aceleradamente. Esta situación nunca antes la habíamos visto en las encuestas de consumo”, acotó.

La especialista citó un caso rural en Las Tejerías, estado Aragua, donde hay una población de adultos mayores que está pasando hambre: “No tienen acceso a las instituciones formales, no tienen dinero para alimentarse y a las bodegas cercanas no les llegan los productos. Así que están en una dependencia absoluta y con una inseguridad alimentaria tremenda que, además, agrava su respuesta inmunológica”.

Frente a la situación, manifestó que lo que debe hacer —refiriéndose al Presidente Maduro— es promover una política pública seria que contemple una cadena alimentaria para garantizar un buen estado nutricional de la población.

“De lo contrario el ciudadano se va a seguir deteriorando y vamos a tener a unos venezolanos con discapacidad nutricional. Y eso es lo que debió haber hecho el Gobierno de cara al inicio del nuevo año escolar. Debió pensar en la salud de los niños, de la fuerza productiva del país y del adulto contemporáneo”, apuntó Candela quien sumó a las causas que aceleran la pérdida de peso la mala calidad del agua potable que está provocando cuadros frecuentes de diarrea en niños y adultos.

La dieta y sus causas 

La llamada “dieta de Maduro” es consecuencia del desabastecimiento de los productos de la canasta básica, que de acuerdo con la firma Datanálisis, pasa del 80 %. También influye la inflación que ha sido un factor preponderante en la subida de los precios de los alimentos y medicinas.

Por su parte, el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) y el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), sitúan el costo de la canasta alimentaria en 365.101,19 bolívares.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta que las cifras de pobreza por ingresos al primer semestre de 2015 dan cuenta de 2,4 millones de hogares cuyos residentes no tienen plata en sus bolsillos, por tanto, no pueden adquirir la mencionada cesta.

Y hay más. La Encuesta de Condicionas de Vida (Encovi) reflejó que a 87 % de los venezolanos, el ingreso no les alcanza para la compra de comida. En el caso de las familias más pobres esa insuficiencia llega a 93 %. El mismo estudio arrojó que más de 3.000.000 de ciudadanos comen dos o menos veces al día.

“Mi hija me preguntó si había comprado ropa nueva. Y yo muerta de risa le dije: no mija esos pantalones son más viejos. No me los ponía porque no me pasaban de las rodillas. Ahora sí, porque rebajé como tres tallas y eso porque comemos yuca, plátanos y sardinas. No tenemos nada más, hace tiempo que no le veo la sombra a un vaso de leche. Sí me  veo más flaca, pero me siento débil, sin fuerzas y hasta más demacrada. Por eso no me hace risa lo que dijo Maduro”, comentó Yuli Castro, de 39 años de edad.

La mujer aseguró con firmeza que ella forma parte de las familias que comen dos o menos veces al día y que ya no hace mercado como antes. “Lo que se puso duro aquí con esta dieta fue el bolsillo y los potes de la nevera”, sentenció en respuesta a Maduro.

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Jorge Díaz Polanco, sociólogo y coordinador del Observatorio Venezolano de Salud del Cendes-UCV, completó diciendo que las declaraciones del mandatario tienen un doble impacto en las personas. El primero que es el más inmediato y tiene que ver con aquello de que es solo un chiste y la persona lo entiende así.

“Parecido a aquello que decían de que las colas eran buenas porque uno pasaba más tiempo con otras personas y podía socializar y hacer amigos, pero al final la gente se daba cuenta que era un chiste. Nadie hace una cola para socializar, a nadie le gusta hacer cola”, afirmó.

El segundo impacto repercute directamente en la gente y en el modo en cómo se pone de manifiesto la falta de interés que Maduro muestra ante los graves problemas de escasez que llevan a la población a comer menos y la hace susceptible a la desnutrición: “Ahora de paso se burló de la dificultad para encontrar comida. Él y todos los de su gabinete saben que el pueblo pasa trabajo y que no consigue alimentos. Ante eso él hace ese chiste de muy mal gusto”.

Al final Díaz Polanco aseveró que la popularidad del Jefe de Estado está por el piso y ahora va a estar peor por esa burla en contra de toda Venezuela. “Él sigue haciendo lo que sea para tratar de mantenerse en el poder con su grupito”.

Foto referencial: Cheché Díaz


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