Más de 700 embarcaciones de pesca de altura y otras 1800 artesanales se encuentran fondeadas en las costas de Nueva Esparta porque no resulta rentable salir de campaña pagando el diésel a 0,50 centavos de dólar por litro. En Sucre algunos entregan parte de la pesca para acceder a gasolina.

Margarita/Cumaná. Desde antes de la pandemia una especie de “muerte lenta” rondaba al sector pesquero de las islas de Margarita y Coche, y el estado Sucre, ya que con la dolarización en el país, los costos de los insumos y el mantenimiento de los enseres, provocaron el deterioro de la flota pesquera.

La mayoría estaba paralizada por tablas para repararlas, pues los precios de la madera también están dolarizados, pero las limitaciones para el suministro de combustible terminaron por complicar el panorama.

Durante una asamblea de emergencia realizada este martes 14 de marzo en Punta de Piedras, municipio Tubores, Pedro Franco, presidente de la Asociación de Pescadores de Altura de Margarita (Apamar), propuso declararse en emergencia en virtud de que desde hace tres semanas les eliminaron el subsidio y fijaron el precio del diésel a 0,50 centavos de dólar.

Siente que la decisión a través del Sistema Patria, representa una sentencia de muerte a esa actividad.

La pesca está en emergencia y, lamentablemente, en agonía. De no tomar pronto las acciones necesarias para modificar e implementar un sistema de distribución de combustible adecuado, va a desaparecer”, advirtió Franco.

Por encima del turismo

El presidente de la Apamar insistió en que la paralización de la flota pesquera no sólo golpea a ese sector, sino también a muchos otros que se motorizan con los ingresos provenientes de la actividad.

“La pesca es la primera fuente de ingresos y la que más dinamiza la economía de la región. Cuando un pescador regresa de la campaña trae divisas y paga a los 22 marinos que ocupan la embarcación, compran en los abastos y supermercados y estos a su vez a los proveedores, haciendo una cadena que mantiene activa la economía local”, enfatizó.

En la estación de servicio de Punta de Piedras están fondeadas muchas embarcaciones a la espera de una reconsideración a la eliminación del subsidio. Foto Decxy Guédez

La paralización afecta a más de 5000 familias que dependen directamente de las faenas de pesca y al menos a unas 20.000 personas que trabajan indirectamente con la pesquería.

La flota de la pesca artesanal de subsistencia y costanera en Nueva Esparta está conformada por 6000 embarcaciones en las 64 comunidades pesqueras, cinco de ellas en isla de Coche. Además existen 43 asentamientos pesqueros en todo el estado.

No es rentable

Gustavo Guerra, del sector de la pesca artesanal de altura, señala que su embarcación carga 8000 litros y antes de eliminar por completo el subsidio, debía “comprar” la huella de 200 personas por 10 dólares a cada una de ellas, lo que sumaba 2000 dólares.

Al quitarles el subsidio para llenar el tanque debe desembolsar 4000 dólares solamente en combustible.

Si suma los gastos para aprovisionarse de comida e insumos, representaría una erogación de 9000 dólares, lo que significa un desembolso total de 13.000 dólares.

Si con suerte logramos meter 1000 kilos de pescado a Trinidad, que es donde lo podemos comercializar al precio más alto, nos pagan 10 dólares por kilo y quedaríamos debiendo 3000 dólares por faena, sin incluir el pago a los marinos”, detalló.

En Sucre se entrega la pesca

En el estado Sucre el sector más afectado por la falta de combustible es el de los pescadores quienes reciben el subsidio de manera eventual.

“Desde diciembre los pescadores no habíamos sido llamados para abastecernos de gasolina subsidiada. Fue en los primeros días de marzo cuando nos vendieron 180 litros”, declaró Hediberto Rodríguez, presidente de la Asociación de Pescadores del municipio Cruz Salmerón Acosta.

Además hay condicionantes: aquellos pescadores que deseen equipar 240 litros de gasolina, deben entregar hasta 20 kilos de producto.

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El subsidio al combustible es esporádico en el estado Sucre. Foto: Cortesía Gleen Lugo.

“Todo dependerá del litraje. De lo contrario, en la bomba se entregan dos cajas (10 kilos), de cojinúa, cabaña blanca o tajalí, porque tampoco quieren aceptar especies como cabaña negra”, agregó Rodríguez.

De acuerdo con la información suministrada por el dirigente, para recibir la gasolina subsidiada, los pescadores deben tener sus permisos legales o pagar las multas y gestiones que superan los 500 dólares por documentos, como la entrada al Registro Naval.

Mientras tanto, compran gasolina a los revendedores a $0,50 por litro y de esa manera, cumplir la faena diaria.

Muchos pescadores salen a la mar sin tener los papeles, por pura necesidad. Sin importar que la Guardia Nacional Bolivariana los detenga porque no cuentan con los recursos para legalizar dos o tres embarcaciones”.

Las exigencias dependerán del tamaño del bote y todos los requisitos se pagan según el valor de la unidad tributaria.

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