La escasez de papel moneda en la región es crítica, al punto de que la gente se ve obligada a recurrir a locales y comercios para obtener avances de dinero efectivo, allí les cobran elevados porcentajes por comisión. Irónicamente, en la capital aragüeña, Maracay, está ubicada La casa de la Moneda.
Maracay. Carmen Espinoza es una mujer de 77 años de edad y su único ingreso es la pensión de vejez que le otorga el Seguro Social. Todos los meses debe ir al banco a retirar su pago, pero en el último mes no pudo cobrar la totalidad de su pensión porque en el banco no había efectivo.
“Es inhumano que a uno lo obliguen a venir hasta dos y tres veces al banco para retirar el dinero de la pensión solo porque no tienen dinero suficiente”, dijo con molestia.
Como ella, son muchas las personas que en Maracay se quejan de la escasez de efectivo no solo en las propias entidades bancarias, sino también en los cajeros automáticos. Ello las ha obligado a recurrir a los llamados avances que son ofrecidos por locales y comercios, que cobran elevados porcentajes por comisión, pese a que la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), solo autorizó en el 2016 a tres firmas privadas para realizar estas operaciones: Farmatodo, Locatel y Rattan.
En un sondeo realizado por Crónica.Uno entre varios ciudadanos, surgió la coincidencia no solo de la escasez de billetes en el estado, sino también en los abusivos porcentajes que negocios privados están percibiendo por la entrega de dinero en efectivo dada la imposibilidad de obtenerlo a través de la banca pública o privada.
Esta semana no pude retirar 100.000 bolívares por la taquilla del banco y tuve que ir a un negocio en donde me cobraron 15 % de comisión”, relata enojada Janeth Vera, obrera en una escuela pública estadal.
Así como Janeth, muchos ciudadanos se han visto en la necesidad de acudir a esta práctica que, de acuerdo con el presidente del Colegio de economistas de Aragua, Héctor Cabrera, representa “un negocio ilícito que está creciendo descaradamente frente a los ojos de las autoridades”.
Según los entrevistados, los porcentajes que les cobran por avances de efectivo van desde 12 hasta 25 % de intereses.
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Cabrera refiere que la escasez de dinero en efectivo se debe a dos distorsiones macroeconómicas que el Gobierno no ha podido enmendar: la devaluación y la elevada inflación, propiciando con ello la coexistencia de negocios y comercios que de manera ilícita ofrecen dinero en metálico cobrando elevados porcentajes que merman aún más el ya devaluado salario del trabajador o pensionado venezolano.
“Las únicas instituciones que están autorizadas para cobrar intereses sobre préstamos de dinero son las entidades bancarias, pero ante la escasez de efectivo en los propios bancos y ante la dificultad de realizar compras o cancelar deudas, la gente recurre a estos negocios que están actuando de manera ilícita”, explica el economista.
Hace dos días tuve una emergencia —cuenta el periodista Reinaldo Campins— y como no tenía suficiente efectivo para cancelar un taxi, llamé a un mototaxista que me aceptó el pago por transferencia porque la mayoría de su clientela no cuenta con dinero efectivo.
Los empleados públicos cuyos salarios son depositados en la banca pública también viven los estragos de la escasez de papel moneda.
Margarita Tortolero trabaja para una institución pública regional y asegura que desde hace semanas el Banco de Venezuela, en donde les depositan sus respectivos sueldos, no está entregando efectivo y los cajeros automáticos apenas dispensan 600 bolívares, inclusive al titular de la cuenta. Ella, así como muchos de sus compañeros de trabajo, deben buscar afanosamente un poco de efectivo que les permita cubrir sus necesidades diarias, como el pago del pasaje del transporte público.
Otro empleado público que prefirió no identificarse, dijo que en el Banco Bicentenario apenas están pagando por taquilla 30.000 si es el titular de la cuenta y solo 10.000 bolívares para no titulares.
“Imagínese el viacrucis de buscar dinero efectivo para pagar la camionetica todos los días. Hay negocios que no tienen punto de venta y si uno no tiene efectivo, no puede comprar nada”.
Varios de los entrevistados señalaron que en los cajeros automáticos de la banca privada, las emisiones diarias de dinero en metálico oscilan entre los 6000 a los 10.000 bolívares como máximo, dependiendo de la entidad bancaria.
“Sufro de artritis y cada vez que debo ir al banco a cobrar la pensión debo contratar un taxi y ya no me alcanza el dinero que me dan en la taquilla”, dice Carmen Espinoza mientras recuerda que a su edad se le dificulta realizar pagos y transferencias a través de internet.
Fotos: Gregoria Díaz
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