Inseguridad convierte en “guachimanes” a los vecinos

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Ante la omisión de los cuerpos de seguridad, los vecinos de diferentes barriadas y comunidades se han visto en la obligación de convertirse en garantes de su propia seguridad, pues con los apagones, el hampa aparece más inclemente que nunca.

San Cristóbal. La falta de servicios públicos ha mermado considerablemente la calidad de vida de los sancristobalenses. Si no hay gas, no se puede cocinar; si no hay electricidad, los alimentos se dañan; si no hay agua, se padece por la higiene. Pero cuando la noche llega y la oscuridad se apodera de calles y avenidas completas, hay otro enemigo al cual deben enfrentarse los tachirenses: el hampa.

Cuando cortan la electricidad en sectores del centro y parte de La Concordia, los vecinos se alistan para una noche de vigías, “guachimanes”, pues entre todos deben unirse para hacerle frente a los delincuentes que llegan a la zona aprovechando la complicidad de la oscuridad.

Ante la falta de presencia policial desde el inicio de la pandemia por el coronavirus, los hechos delictivos se han incrementado ante la mirada impotente de sus víctimas. Por ello, la gente prefiere agruparse para hacer de “guachimanes vecinales” y defenderse entre sí.

En la avenida Lucio Oquendo y todos los vecinos de calle 3, carrera 12, Los Aticos, el casco central de La Concordia nos hemos organizado en brigadas de seguridad en vista del incremento de robos a comercios y residencias, independientemente que haya luz o no, dijo Sonia Maldonado, periodista y habitante de la zona.

Explicó que recientemente un hombre se metió a varias casas vecinas “no logró llevarse nada pero se metió. Un tipo a las 5:00 a. m. No miran si hay luz o no, la inseguridad es terrible”.

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La oscuridad se convierte en aliada del hampa. Foto: Ana Barrera.

Maldonado comentó que para mantener comunicación constante se han creado grupos de WhatsApp y sus armas son pitos, ollas, palos y tubos, para defenderse y defender a otros de la acción delictiva, pues la policía, pese a estar muy cerca del lugar, brilla por su ausencia.

Relató que cuando ven personas ajenas a la comunidad y no hay electricidad, comienzan a alumbrar con los teléfonos y linternas, al igual que cuando observan la presencia de carros durante las noches, por lo que no saben si es que la cuarentena es para todos o hay quienes sí reciben mayor flexibilidad para salir.

La policía, luego de los constantes llamados de la comunidad, advierte que hacen rondas por la zona, pero nunca han atrapado a nadie. “Todo el mundo vive nervioso porque uno no sabe si se le van a meter a la casa de uno. Suenan pitos, matracas, tapas, lo que sea para advertir a los vecinos. El hecho es alertar”.

Indicó que hace unos días la misma comunidad agarró a un delincuente en plena flagrancia y casi lo linchan. La policía se lo llevó detenido y de una vez fue liberado.

Más de un año

Por su parte, en el Barrio San Carlos tienen más de año y medio organizados en “brigadas comunales”. Aseguran que la mensajería multimedia ha sido de mucha ayuda en lo que a comunicación entre vecinos se refiere.

Empezamos con dos cuadras y tenemos 15 cuadras en las que nos comunicamos todos. El grupo va creciendo porque la gente se preocupa debido a que la inseguridad crece cada día más”, dijo Julio Sandoval, habitante de esa zona.

Al igual que en La Concordia, los pitos y cualquier objeto que sirva para hacer ruido son de mucha utilidad cuando la delincuencia acecha. “Prendemos y apagamos las luces de las casas, claro, si hay luz cuando no hacemos ruido. La idea es hacer ruido, hasta las ollas se sacan”.

Sandoval comentó que hay “noches de noches”, pero que hace unos días fue la peor de todas, pues al irse la luz, llegaban camionetas con sujetos cuya intención era meterse en comercios y viviendas de la zona.

Cuando saqué al perro vi a los dos hombres que estaban supervisando la zona, viendo las casas… vienen a observar todo y después en la noche arremeten.

Indicaron que en las noches se sienten los pasos de personas en los techos de las viviendas y no descartan que sean estos mismos hombres, pues no es la primera vez que los ven.

Ante la inoperancia de los cuerpos de seguridad, advierten que tomarán la justicia en sus propias manos. “Si llegan a ver a alguien lo van a linchar porque han llamado a la policía y no les han hecho caso, entonces toca agarrar la ley por cuenta propia”, dijo con cierta preocupación.


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