Según reportes ciudadanos, en lo que va de semana se han registrado dos grandes robos en una tienda y una zapatería del centro de Maturín. El escaso patrullaje y la falta de alumbrado público facilitan la incursión de los delincuentes. Los comerciantes no pueden cuantificar los robos porque han sido demasiados y en medio de la cuarentena, lejos de reducirse, se han incrementado.

Maturín. La delincuencia en Maturín no descansa, ni siquiera por el decreto de cuarentena colectiva que entró en vigencia el 17 de marzo. Comerciantes del casco central de la ciudad denuncian que los robos han aumentado. A los delincuentes les favorece la falta de patrullaje y la soledad en la zona.

En la última semana se han registrado dos grandes robos a una tienda de ropa y una zapatería que se encontraban cerrados por la cuarentena. Los comerciantes y vecinos del sector precisaron que los negocios fueron “desvalijados”. Esto sin mencionar los atracos de quienes se dedican a arrebatar carteras y teléfonos a los ciudadanos que salen a hacer compras esenciales.

Los robos por aquí han incrementado una barbaridad. Los delincuentes aprovechan en la tardecita o en la noche que todo queda en soledad para hacer desastre en las tiendas. En varias oportunidades hemos visto desde nuestras casas cómo cargan con las cosas y hemos llamado a la policía, pero no hacen acto de presencia. Algunos nos dicen que no tienen gasolina en las patrullas. Imagínese usted, contó un vecino del centro de Maturín, que prefirió mantenerse en anonimato por temor a represalias.

Unas de las zonas que se ha vuelto foco de la delincuencia los últimos dos años ha sido la avenida Bicentenario, a la altura del centro comercial Bolívar. En reiteradas oportunidades los ciudadanos han denunciado a través de los medios de comunicación de la entidad lo azotado que está el sector.

delincuencia en Maturín.
La soledad en las calles facilitan la incursión de los delincuentes. Foto: Natacha Sánchez.

Esto por aquí es zona roja. Afuera y adentro del centro comercial han sido demasiados los robos. Antes de todo esto del coronavirus ya estábamos azotados y es algo que todo el mundo sabe. No puedo ni siquiera decir una cifra de cuántos he visto, pero han sido demasiados”, sostuvo Manuel Figuera, trabajador del centro comercial.

Comerciantes y ciudadanos aseguran que el patrullaje tanto diurno como nocturno es escaso e incluso nulo.

El centro comercial Bolívar es uno de los espacios utilizados por los delincuentes para esconderse o para captar a la víctima. La poca presencia policial facilita su incursión. Los vigilantes destacan que al no poseer armamento se les dificulta realizar su trabajo.

“Yo nunca veo policías. Aquí llevamos como cinco robos a locales del centro comercial y eso sin meter los robos que uno ve aquí abajo a plena luz de día. Que arrebatan teléfonos y hasta encañonan a las personas. Los delincuentes detrás del centro comercial abrieron un hueco para meterse. A las personas raras que pasan yo las persigo, pero sin armamento cómo hace uno”, detalló uno de los vigilantes del centro comercial, que quiso mantener su identidad anónima.

Los robos mayormente ocurren a primera hora de la mañana, en horas del mediodía y pasadas las 4:30 de la tarde. Caminar por ese tramo durante los últimas genera temor y zozobra en los ciudadanos.


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