La Papelera Tiene Hambre apuesta a los ecobloques para construir la cerca de una escuela en Maracaibo

Ecobloques en la escuela de Maracaibo

La escuela Luz del Saber del barrio Ciudad Lossada espera recolectar 4500 ecobloques de los cuales ya tienen 1800. Más de 300 niños se beneficiarían con esta obra comunitaria.

Maracaibo. La Fundación La Papelera Tiene Hambre abrió desde hace cuatro años una mesa de trabajo caritativa para atender a las comunidades más vulnerables de Maracaibo. Su trabajo ya era visible en el Zulia en cuanto a educación ambiental y limpieza de orillas, pues su premisa es crear conciencia ciudadana para el cuidado y la preservación del ambiente.

Antonio Soto, fundador de la organización que agrupa a más de 90 personas en la capital zuliana, explicó que la crisis alimentaria los impulsó a abrir una mesa de trabajo que denominaron acción caritativa e inmediatamente se pusieron manos a la obra con un plan piloto en la escuela Luz del Saber, ubicada en el barrio Ciudad Lossada, al norte de Maracaibo, una comunidad donde 70% de la población es de la etnia Wayuu.

Tenemos un grupo de madres voluntarias para el procesamiento de los alimentos que logramos llevar gracias a donaciones y que también la comunidad consigue. Todos los jueves hacemos la acción caritativa, una comida acompañada de actividades educativas y recreativas con los niños de la escuela”, dijo Soto.

Un cambio de conciencia

La Escuela Plan Emergente Educativo Bolivariano Nacional Luz del Saber cerró este año escolar con una matrícula de 325 niños de 3 a 14 años de edad. Aunque tienen un terreno asignado por el gobierno de Francisco Arias Cárdenas al lado del Hospital de Especialidades Pediátricas de Maracaibo, el proyecto no se concretó. Por eso las maestras de la institución y la comunidad reunieron dinero para levantar, en un terreno de la invasión, seis salones divididos por dos paredes a medio terminar.

Nancy Ferrer, directora encargada de la escuela, valora de manera positiva la asistencia de la fundación en la institución, pues asegura que desde los niños hasta los padres y abuelos han aprendido a tomar conciencia en cuanto al cuidado del  ambiente.

Ecobloques en la escuela Maracaibo
La fundación La Papelera Tiene Hambre asiste una vez a la semana a la escuela Luz del Saber para enseñarle a los niños y representantes como hacer ecobloques/Cortesía

La estructura está cercada con latas oxidadas y alambre de púas, no tiene agua potable, el baño es un pozo séptico, las paredes no tienen friso y tampoco hay luz. “Nuestros horarios son corridos de 7:00 a 11 de la mañana porque no hay condiciones para dar receso, hace demasiado sol”, dijo Ferrer.

Teniendo en cuenta estas precariedades, La Papelera Tiene Hambre decidió ir más allá de las acciones caritativas y planteó la idea de construir una cerca segura y sustentable para la escuela. Lo primero fue enseñarles a los niños a hacer los ecobloques, actividad a la que se unió no solo el personal docente, sino también los padres y representantes.

“Los niños salen con sus padres a limpiar las calles del barrio recogiendo todo el plástico que pueden incluyendo las bolsas para así compactar botellas plásticas y luego, armar los ecobloques. Incluso, tenemos a una mamá que decidió irse hasta los supermercados cercanos a pedirle a la gente sus desechos, además los enseña y les cuenta para qué estamos haciendo ecobloques. Todos hemos aprendido a querer más a nuestro planeta, es muy bonito lo que estamos haciendo todos juntos”, dijo la directora.

Una cerca para la escuela

La evaluación del proyecto por parte de la arquitecta Grisel Mercadante, fundadora de El Zulia Recicla, determinó que se necesitan 4500 ecobloques debidamente compactados como base de la obra, pero además, cemento, arena, malla y cal. Antonio Soto adelantó que mantienen activa una campaña para la compra de estos materiales.

Tener una cerca es importante no solo por la seguridad de los niños, sino para resguardar lo poco que tenemos, aunque sean pupitres viejos y pizarrones, pero tenemos que cuidarlos. Además, de crear conciencia ambiental en los niños, enseñarles que sí podemos construir algo para nuestro beneficio cuidando el ambiente”, dijo Nancy Ferrer.

Gracias a las jornadas de reciclaje que se llevan a cabo en Maracaibo por parte del El Zulia Recicla, más el trabajo de los niños y representantes de la escuela, han logrado reunir hasta ahora 1800 ecobloques, lo que significa que cada vez están más cerca de lograr la meta.

Escuela Luz del Saber en Maracaibo
La escuela Luz del Saber no cuenta con servicios públicos, ni espacios cómodos para los niños/ Cortesía

Soto adelantó que el objetivo, una vez se logre culminar esta primera obra, es avanzar hasta la segunda escuela de la comunidad. “Estamos tocando puertas, buscando aliados para culminar este proyecto y seguir. Esta es una enseñanza colectiva que se puede aplicar en otras partes vulnerables como la Guajira, es algo que puede trascender”, dijo.

“La mano de obra está cubierta y será un voluntariado de la comunidad. Ellos están muy involucrados, sobre todo las mujeres indígenas que son líderes comunitarias, por eso hay que  seguir dándole herramientas y apoyo”, adelantó el fundador de la organización zuliana.

Qué son los ecobloques

Crear conciencia ciudadana en el cuidado del medio ambiente, la buena disposición de la basura y el reciclaje son las banderas de las organizaciones ambientales en Maracaibo. El ecobloque se presenta como una alternativa para evitar que los plásticos de un solo uso terminen en las cañadas y por ende en el lago.

La transformación de los residuos en ecobloques consiste en llenar botellas plásticas de 1,5 litros de refrescos con envoltorios de golosinas, cepillos de dientes, bolsas, blíster de medicamentos, entre otros elementos. Sin embargo, Mercadante recomienda lo que llama las tres R.

Reducir y promover el consumo responsable de productos cuyos envases se puedan reciclar, así como disminuir el consumo de bolsas y pre-empacados. Reutilizar cualquier material que antes de desechar, identificar  si tiene otro valor más allá de la manualidad y encontrar un fin utilitario y por último reciclar todo aquel material que no podamos reutilizar o reducir, pues responsablemente lo llevamos a las recuperadoras para que sean reciclados”, explicó Mercadante.

Los ecobloques ya tienen su espacio en Maracaibo con la construcción de dos bancas en el parque Vereda del Lago y los proyectos continúan como la construcción de un mural de 300 metros lineales de la sede de la Asociación de Defensa y Protección Animal (Asodepa).

Se calcula que la ciudad de Maracaibo genera 3000 toneladas diarias de basura, pero si cada familia pone en práctica la construcción de ecobloques en casa, mucho de ese plástico podría ser reutilizable para la construcción de obras comunitarias.


Participa en la conversación