La Federación Nacional de Asociaciones de Cañicultores de Venezuela (Fesoca) estima que el último ciclo de siembra y cosecha del rubro cerró con una molienda de 2,8 millones de toneladas de caña y 229.599 toneladas de azúcar producida.

Caracas. La zafra 2021-2022 de caña de azúcar culminó como la segunda consecutiva con aumento en la producción, pero la contracción del consumo y otros problemas como la falta de crédito y los aranceles se mantienen y profundizan.

La Federación Nacional de Asociaciones de Cañicultores de Venezuela (Fesoca) estima que el último ciclo de siembra y cosecha del rubro cerró con una molienda de 2,8 millones de toneladas de caña y 229.599 toneladas de azúcar producida.

Las cifras evidencian una recuperación importante en el sector si se toma en cuenta que, en la zafra 2019-2020, la producción cayó a 1,9 toneladas, su nivel más bajo en tiempos contemporáneos. Sin embargo, aún se mantiene lejos de las seis millones de toneladas de caña producidas hace 10 años.

Este martes 24 de agosto el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Calixto Ortega, informó que en el segundo trimestre de 2022 el PIB del sector privado aumentó 18,7 % respecto al mismo período de 2021, aunque las cifras siguen sin divulgarse en la página del ente emisor.

Los datos del BCV coinciden parcialmente con la recuperación de la cañicultura. Fesoca estima que entre los cuatro centrales azucareros privados (y solo una del Estado) la producción aumentó entre 17 % y 19 %.

Pero los productores de caña de azúcar coinciden en que, en términos generales, la contracción del consumo aún limita su despegue. Pese a ello, el presidente de Fesoca, José Ricardo Álvarez, asegura que de mantenerse el ritmo actual el sector primario podría abastecer a la totalidad del consumo nacional.

En 2021, la Confederación de Productores Agropecuarios (Fedeagro) ubicaba en 770.000 toneladas el consumo total de azúcar en el país, cuando décadas atrás llegó a superar el millón de toneladas.

Durante la asamblea de Fedeagro, que se llevó a cabo en Mérida en julio pasado, el presidente de Fesoca había señalado que  la producción de caña de azúcar debía enfrentarse a una fuerte competencia  con Brasil y Colombia.

A veces no solo competimos con los agricultores de otros países, sino con los sistemas y músculos financieros de esos países que les permiten estar más avanzados en temas como la investigación. Una de las grandes tragedias en Venezuela es la falta de políticas agrícolas consistentes, y la primera de ellas es la falta de investigación para poder competir, explicó Álvarez.

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