El buen momento de la selección venezolana de fútbol ha servido para unir en un solo sentimiento a millones de connacionales dentro y fuera del país. Según especialistas, el combinado ha dado pie a un movimiento que trasciende lo deportivo.

Caracas. La Vinotinto con su buena actuación en la Copa América y en las eliminatorias mundialistas ha vuelto a desatar una inusitada “fiebre” por el fútbol entre los venezolanos dentro y fuera del país.

En la capital y otras ciudades, las camisetas de la selección se dejan ver en calles, centros educativos y lugares de trabajo. Asimismo en plazas y centros comerciales habilitan espacios para ver los partidos del combinado, que clasificó con puntaje ideal a los cuartos de final del certamen copero por primera vez en su historia.

El fenómeno no escapa a los millones de compatriotas, que, por una u otra razón, decidieron emigrar en medio de la crisis política y social. De hecho, el domingo en Austin, Texas, el equipo de Fernando Batista ofició de “local” y desató la euforia de los miles de residentes en suelo estadounidense que se acercaron al Q2 Stadium.

Expertos coinciden en señalar que “la fiebre vinotinto” se explica por diversos factores, pero también vaticinan que el movimiento se mantendrá como punto de encuentro por encima incluso de la polarización y los resultados en la cancha.

Vinotinto
La necesidad de los venezolanos de creer en algo que los haga ganadores se refleja incluso en el lema “Mano, tengo fe”. | Foto Prensa Vinotinto
Similitudes con el “boom vinotinto”

Alessandro D’Amico es psicólogo deportivo y además de haber trabajado con futbolistas profesionales, ha realizado estudios e investigaciones sobre el tema de la Vinotinto como fenómeno que traspasa lo que sucede en el rectángulo de juego.

“Lo que explica este fenómeno es la necesidad de los venezolanos de creer en algo que nos haga ser ganadores”, apunta D’Amico, quien ve muchas similitudes entre el idilio actual de la selección de fútbol con la gente y el llamado “boom vinotinto” que se generó entre 2001 y 2007 con los buenos resultados de la oncena dirigida por Richard Páez.

“La única diferencia que veo es que antes la mayoría de los venezolanos estábamos en el país y hoy en día gran parte de los habitantes están fuera del país”, explica el psicólogo.

Agrega que la tecnología y la difusión actual en redes sociales es otro elemento diferenciador entre las dos épocas. En tiempos de Páez, no había casi redes y el seguimiento a la Vinotinto se hacía principalmente a través de los medios tradicionales.

Luis Felipe Hernández también es psicólogo y conocedor del ámbito deportivo por haber trabajado con equipos y academias de varias disciplinas. Según su lectura, la Vinotinto ha pasado por un largo proceso de transformación que la ha llevado “de la esperanza pasiva a la esperanza activa”.

En cuanto a la comparación de la ilusión actual con el “boom”, Hernández añade un elemento asociado con la influencia del entrenador merideño.

Anteriormente, me da la impresión que el protagonista de la selección era Richard Páez y el de hoy es el equipo. Actualmente se habla de un equipo y no de un ‘salvador’ que dirige a los demás para obtener resultados”.

El fenómeno del fútbol

Al referirse al movimiento de unión de la Vinotinto dentro y fuera del país, Hernández recurre a las características del balompié como elemento aglutinador, más allá de cualquier tipo de diferencias.

“Los equipos de fútbol son un fenómeno social y ayudan a la integración. Generan identidad comunitaria y el aficionado se identifica no solo por los logros deportivos, sino por lo que representan social y culturalmente”. D’Amico menciona otros rasgos que distinguen al llamado Deporte Rey.

El fútbol mueve muchas masas, es globalizador y tiene incidencia en una parte de la economía del mundo, cosa que no hacen otros deportes. Además es la disciplina que se practica más en la mayoría de los países donde hay venezolanos”, puntualizó D’Amico.

Ambos especialistas destacan el sitial que se ha ido ganado la actividad futbolística en el gusto de los venezolanos.

La Vinotinto es el oasis que permite la identificación como país, dicen especialistas. | Foto Prensa Vinotinto

Para D’Amico “el fútbol siempre nos ha unido”, pero antes el favoritismo se lo llevaban equipos y selecciones extranjeras, sobre todo en los Mundiales. Y Hernández recuerda que en el pasado los europeos que llegaron al país tenían un “entusiasmo militante” por el mundo del balón y en la actualidad sus descendientes forman parte de la “hinchada vinotinto”.

Valores atractivos

Como sucede en todos los deportes, el buen rendimiento de la selección le ayuda a sumar adeptos en la geografía nacional y entre la diáspora, aunque también atraen los valores que transmite el plantel como “compañerismo”, “trabajo en equipo”, “resiliencia” y “disciplina”, entre muchos otros.

En palabras de D’Amico, la oncena refleja el “entusiasmo y la alegría que tenemos los venezolanos”. Hernández indica que representa ese “oasis que nos permite identificación como país”. La Vinotinto encarna entonces ese impulso del “sí podemos” dentro y fuera de la cancha.

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