Los manifestantes exigieron a Hidrolago continuidad en el suministro de agua, y la empresa hidrológica aseguró que hay bombeo pero que el problema radica en que la comunidad no se organiza.

Maracaibo. En la capital del estado Zulia existen sectores que suman hasta 30 años sin suministro continuo de agua potable. Hoy varias comunidades se organizaron para protestar en la sede de la hidrológica local, Hidrolago, para exigir continuidad en el suministro.

Los marabinos dicen que están “cansados de tanta calamidad, de vivir como camellos”. La queja más difundida es que la mayoría debe trasladarse a pie a otros sectores para recolectar agua en tuberías madre o tomas ilegales, incluso de las orillas del lago de Maracaibo. Para otros es imposible pagar por una pipa de agua que ya ronda los 50.000 bolívares en efectivo a camiones cisternas.

Orlando Chacón, dirigente social de Maracaibo, destacó que la situación es “invivible”. Aseguró que la gente sufre y padece a diario no solamente para buscar alimentos, sino también en búsqueda de agua para poder subsistir. Mencionó que en el sector Cerro Pelao de la parroquia Cristo de Aranza, la más alta de Maracaibo, tienen dos años y medio sin agua, mientras que la comunidad de León 13, en Pomona, llevan más de tres años sin suministro; igualmente Cumbres de Maracaibo, otros sectores de Pomona y Sabaneta. Situación que se repite en Santo Domingo, El Progreso, La Chinita, La Arreaga, Santa Clara, La Paz, Urbanización Urdaneta, Amador Bendayán y La Ranchería.

Chacón denunció que en el sector 23 de Enero, en Cristo de Aranza, están sufriendo una crisis de escabiosis “porque el agua que están comprando en los camiones cisternas –un tanque puede costar hasta cinco dólares en efectivo– está contaminada”. Refirió que hay imágenes de cómo los camiones están sacando agua del lago para venderla.

Yisela Reyes, habitante de Cristo de Aranza, subrayó que tiene que ir con su hijo con baldes hasta la orilla del lago a recoger agua para el aseo de la casa, mientras que para tomar tiene que comprar a las cisternas a entre 40.000 y 50.000 bolívares en efectivo cada pipa, y que muchas veces le toca cambiar la poca comida que tiene por una pipa: “Sabemos que el agua que venden está contaminada, podrida y a veces es salada. No sirve para tomar ni siquiera hirviéndola”.

Yolis Mavarez, residente del barrio Corito 4, contó que el problema hídrico de su localidad no es nuevo y que tienen más de 30 años sin agua.

Estamos cansados de la sequía y por eso vinimos una vez más para Hidrolago en búsqueda de una solución, pero a veces pienso que los menos interesados en que nos llegue el agua son ellos, porque se lucran con esta situación, agregó.

Los manifestantes fueron atendidos en la hidrológica y la solución que les plantearon fue “organizarse”, que los días que llegue el agua los vecinos se turnen de madrugada para vigilar que otras personas manipulen las válvulas. Según Hidrolago, hay bombeo de agua potable activamente, pero el problema es la comunidad y la falta de organización.


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