#MegaApagones empeoran situación del Instituto de Medicina Tropical de la UCV

Su personal pide apoyo para continuar trabajando. Se perdieron muestras para estudios epidemiológicos, tres neveras y un congelador, lo que se suma a los daños que ha causado el hampa a la institución.

Caracas. Más de 1200 muestras dañadas para diagnóstico de enfermedad de chagas en comunidades del estado Miranda. Muchos reactivos perdidos. Tres neveras y un congelador de la cadena de frío. Este es el saldo negativo que han dejado los megapagones en el Instituto de Medicina Tropical (IMT) de la Universidad Central de Venezuela.

La directora de la institución, Belkisyolé Alarcón de Noya, aseguró que al perderse estas muestras, se pierden años de trabajo. Además, las fallas en el servicio eléctrico incrementa la vulnerabilidad del instituto y arriesgan los equipos que aún se encuentran en funcionamiento. “Tenemos equipos en riesgo: neveras, congeladores sin protectores, porque no tenemos cómo comprarlos”.

Nevera de la cadena de frío dañada producto de los megapagones.

La pérdida de las muestras y de los reactivos se debió a que la planta eléctrica del instituto, que es manual, necesitaba repuestos que para el 7 de marzo, aún no se habían adquirido. Tampoco se disponía del gasoil necesario para ponerla en funcionamiento.

“El jueves 28 de marzo, cuando se fue la luz, tuvimos que pagar una factura de 870.000 bolívares de un gasoil que era obligatorio comprar porque venía el fin de semana y no había ningún pronóstico de cuándo iba a cesar el problema. Más bien todo el mundo apuntaba a que el problema iba a ser mayor”, explica la doctora Alarcón.

Elaboraron y pusieron en circulación un volante solicitando ayuda, y la idea dio buenos resultados. Consiguieron donación de dinero y también del combustible.

“Tenemos que agradecer, de verdad, a todos los que se manifestaron. Ya la factura está por cancelarse totalmente. Y aspiramos, con el excedente de las donaciones, comprar los recipientes para almacenar gasoil y nitrógeno frío para otra cadena de frío que tenemos en el instituto. No podremos comprar las neveras que se dañaron, pero seguramente podremos mandarlas a revisar para ver si pueden ser recuperadas”, espera Alarcón.

Superada la falta de gasoil, ahora el equipo se enfoca en la planificación de toda la logística de trabajo de campo para reponer las muestras perdidas y continuar con los estudios epidemiológicos que adelanta este importante instituto venezolano.

Deterioro prolongado

A los problemas ocasionados por los apagones se suman otros de vieja data originados por la delincuencia y por la falta de presupuesto.

Eilen Moronta, trabajadora del IMT, asegura que en dos años el instituto ha sido atacado por la delincuencia en más de 70 oportunidades. Las evidencias están ahí: ventanas rotas, puertas dañadas, neveras y refrigeradores afectados por la acción de los delincuentes, escritorios sin computadoras. Los trabajadores de la institución laboran en un entorno dañado por el hampa.

En los laboratorios, espacios de trabajo y áreas de estudios es fácil encontrar sillas arrumadas, neveras y destiladores de agua fuera de servicio desde antes del apagón, impresoras dañadas.

Destilador dañado desde antes de los megapagones. Solo uno funciona en el instituto.

“Hay un déficit presupuestario muy grande. Anteriormente un profesor o un investigador del instituto formulaba un proyecto y lo presentaba al Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH), al Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), a la Fundación Polar, y muy pronto tenías los recursos. Todos estos equipos del IMT fueron adquiridos así, con recursos del Estado y de la empresa privada”, explica Alarcón.

La directora asegura que esto ya no ocurre. “Ahora todo lo traemos nosotros de nuestra casa. Todo sale de los bolsillos de los trabajadores. No se consiguen recursos con las empresas privadas, mucho menos con las empresas del Estado. Tenemos entre 10 y 12 años que no tenemos recursos del Fonacit ni del CDCH”.

El trabajo en equipo es lo que mantiene en pie al IMT-UCV

A la crisis de la luz y del agua, se suma la crisis del transporte que también afecta el funcionamiento de la institución, porque dificulta el traslado de sus trabajadores. Sin embargo, aunque las actividades académicas habían sido paralizadas por el consejo universitario de la UCV, el personal del instituto no se detuvo.

“Esta semana se montaron todos los ensayos de las comunidades que estaban represadas por falta de reactivos. La persona encargada de lavar los tubos buscó el agua y se la cargó en hombros para hacer el trabajo. Veníamos acumulando muestras del estado Sucre y del estado Bolívar para hacerle diagnóstico de chagas. Ese trabajo se hizo esta semana. La doctora Zoraida Díaz Bello y sus dos asistentes (una biólogo y una bioanalista) montaron 2000 muestras, un trabajo que se hace totalmente manual. Nosotros no hemos dejado de venir. Una de las fortalezas enormes que tiene este instituto es su gente”, afirma con orgullo Alarcón.

Trabajadores del Instituto cargan en hombros agua destilada para preparación de reactivos.

La directora del instituto resalta el papel del grupo Medicina Tropical para Siempre, integrado por egresados de este instituto y de otras facultades, y por estudiantes, que han asumido el compromiso de ayudar. También agradece a un grupo de personas de la Asociación de Egresados y Amigos de la UCV que vive en el exterior.

“Aquí hay un grupo de gente que se faja para resolver necesidades básicas para el instituto: neveras, congeladores, aires acondicionados, computadoras, impresoras, filtros de agua, papelería, reservorios para los combustibles, viales, tubos, inyectadoras. Imagínate que tuviésemos esas necesidades resueltas”, exclama quien con esfuerzo permanente asume la dirección del IMT.

Los interesados en colaborar con el Instituto de Medicina Tropical de la UCV pueden escribir a la dirección de correo electrónico funvenet.imt.ucv@gmail.com.

Los computadores ubicados en este espacio de trabajo fueron robados.
Daños ocasionados por delincuentes a la infraestructura del IMT.
Ventana rota producto de la acción del hampa.
Este es el único cuarto de cultivo con el que cuenta el instituto.

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