Niveles de producción agrícola se incrementaron al menos 15% en el año pese a falta de combustible y financiamiento

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Este año la cobertura de la producción agrícola alcanzó a 200.000 hectáreas de maíz (42 % más que el año anterior) y la de arroz llegó a 140.000 hectáreas (8 %), cifras que siguen siendo inferiores a las de hace diez años. El sector primario aportó 30 % del consumo de alimentos en 2021, 5 % más que el año anterior.

Caracas. Como un “milagro agrícola” catalogan en el sector lo que ocurrió este año con la producción primaria, un 2021 que siguió la tendencia de falta de apoyo del Estado y deterioro de los servicios básicos, pero que registró incrementos de alrededor de 15 % en gran parte de los rubros respecto a 2020.

La Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines (Sviaa) proyecta que en el año la producción agrícola puso a disposición de la población y la industria más de 700.000 toneladas mensuales, en promedio, lo que representa un estimado de crecimiento general de más de 40 % interanual, cifra que puede variar en función de cada rubro.

El presidente de la Sviaa, ingeniero Saúl López, destacó que el incremento de la producción se debió principalmente al auge de la agroindustria, que según cifras de la Cámara de la Industria de Alimentos (Cavidea) fue 20 % mayor al año anterior. López destacó que, pese a que persiste el panorama general de subalimentación en el país –respaldado en el último informe de la FAO– el escenario agrícola se nota “favorable” tomando en cuenta el contexto económico actual.

Que nos hayamos recuperado es un milagro porque el Estado no está ayudando, sigue sin haber financiamiento bancario y combustible. Continúa el deterioro de los servicios, no hay conectividad en el campo, los ambulatorios y hospitales no funcionan y, si ocurre algo en una finca, no hay cómo atenderlo”, dijo.

Según las estimaciones de la Sviaa, este año la cobertura de la producción agrícola alcanzó a 200.000 hectáreas de maíz (42 % más que el año anterior) y la de arroz llegó a 140.000 hectáreas (8 %), cifras que si bien siguen siendo inferiores a lo logrado hace diez años, evidencian cierto grado de mejoría tras un lustro en caída.

En el sector se calcula que 95 % de la iniciativa es enteramente privada, debido principalmente a la desidia gubernamental del agro que han marcado los gobiernos de Chávez y Maduro. Ante la debacle de la industria petrolera y la falta de ingresos fiscales, desde 2019 el Gobierno impulsa una liberalización parcial de la economía que ha relajado los controles que durante años perjudicaron a los productores, como los de precios.

Otra medida llamativa ha sido la de la libre importación de materia prima y bienes terminados, política que los sectores productivos califican de negativa para sus actividades pues alienta la “competencia desleal”. Juan Carlos Montesinos, presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar (AVAF), llamó a que la importación de alimentos sea “controlada” y, en paralelo, se aliente la exportación de sus productos.

Hay grandes importaciones perjudicando nuestra rentabilidad, nuestros precios y nuestras cosechas. Necesitamos el apoyo y reconocimiento hacia nuestra gente y hacia los productores para lograr, incluso, mejorar la calidad de vida de las zonas rurales”, dijo Montesinos.

Consciente de que el consumo venezolano sigue siendo mínimo por la pérdida de poder adquisitivo de la población, el presidente de AVAF señala que las unidades familiares requieren apuntalar sus productos hacia otros países para aprovechar lo producido, pero que para lograr eso se requiere planificación entre sector público y privado, y acceso pleno a crédito bancario.

Se estima que este año la cartera agrícola cierre con un monto aproximado de 100 millones de dólares, según Sviaa, cuando a mediados de año se calculaban requerimientos por el orden de los $500 millones y en 2012 llegó a ubicarse en $1500 millones. El monto necesario, sin embargo, podría quedarse corto si se toman en cuenta los incrementos mundiales de costos de producción que empiezan a hacer efecto debido a la pandemia.

La crisis de los contenedores, generada por un aumento en la demanda de fletes y poca fuerza laboral para cubrirla en los puertos marítimos, ha provocado incrementos en los costos de fletes y su impacto ya se hace notar en el país, a pesar de que el comercio internacional sigue siendo bajo. Además, a escala mundial los fertilizantes aumentaron 132 % de precios y se prevé que impacten al menos 20 % en los costos de producción agrícola.

Es por ello que de cara a 2022, además de resolver el tema del combustible y liberar los créditos bancarios, Saúl López destaca que es necesario avanzar en la creación de un plan de siembra que involucre a actores privados y extranjeros en la producción agrícola, recupere tierras expropiadas que se encuentran ociosas y se incluya a los pequeños productores, los más afectados por la pandemia y las políticas económicas de los últimos dos años.

El dato:

En 2020 el sector primario aportó 25 % del consumo de alimentos en el país, este año se estima que su contribución cierre por el orden del 30 % y en 2022 –de mantenerse el mismo ritmo y dificultades– podría llegar a abarcar 40 % de lo que se consume, según la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines.


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