El ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, denunció el fin de semana que se gesta un plan para cambiar de régimen por la fuerza y asesinar a Nicolás Maduro, con el presunto apoyo logístico de España y Estados Unidos, países que ya se desmarcaron de este presunto complot.
Caracas. Quieren matar a Nicolás Maduro y acabar con el chavismo. O al menos eso es lo que denuncia, de nuevo, la formación que gobierna en Venezuela desde 1999 y que desde entonces habrá desbaratado una cincuentena o más de supuestos planes para acabar con la vida de Hugo Chávez (1999-2013), antes, y del autoproclamado “presidente obrero”, en la última semana.
Como ocurrió en cada denuncia anterior, el chavismo vinculó al Gobierno de Estados Unidos con el presunto plan de magnicidio contra Maduro, un antiguo sindicalista y chofer de autobús que el 28 de julio pasado fue reelecto para un tercer sexenio consecutivo, según los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral, en unos comicios que la oposición mayoritaria tacha de “fraudulentos”.
El sábado, 14 de septiembre, el nuevo ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, informó en una rueda de prensa de la detención de tres ciudadanos estadounidenses, dos españoles y un checo que planeaban acciones terroristas y el asesinato de Maduro y de su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, entre otros dirigentes del chavismo.
Asimismo, el funcionario apuntó que en la operación se incautaron unas 400 armas de fuego “transportadas desde Estados Unidos”.
Las denuncias alimentan el enrarecido clima político que sufre Venezuela desde finales de julio pasado, cuando la oposición calificó de “fraudulentas” las elecciones y se generaron protestas por las que hay más de 2.000 detenidos, según el propio Nicolás Maduro.
El supuesto papel de España
Estas armas, siempre según el funcionario, estarían destinadas a un grupo de mercenarios que España “iba a suministrar”.
“Estados Unidos dirige esta operación, España es como decir el que iba a suministrar los mercenarios extranjeros para la realización de esta operación”, agregó Cabello luego en una entrevista con el canal multiestatal Telesur.
De acuerdo con Cabello, el español Centro Nacional de Inteligencia (CNI) “iba a colocar” mercenarios “de origen francés” que tomarían el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, el de mayor capacidad enVenezuela y que sirve a Caracas.
Los dos españoles detenidos, afirmó Cabello, “tienen vínculos” con el CNI. Sin embargo, en su comparecencia no pudo mostrar mayor evidencia que sus palabras.
España y EE.UU. niegan implicación
Los gobiernos de España y Estados Unidos reconocieron la detención de sus ciudadanos al tiempo que negaron cualquier implicación en la nueva conspiración que denunció el chavismo.
“Podemos confirmar la detención de un miembro del Ejército estadounidense y estamos al tanto de informes no confirmados de otros dos ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela”, dijo el sábado un portavoz del Departamento de Estado.
Además, el Gobierno de Joe Biden tildó de “categóricamente falsa” la información que le implica en la presunta conspiración.
“Estados Unidos sigue apoyando una solución democrática a la crisis política en Venezuela”, añadió el portavoz.
España, por su parte, rechazó “rotundamente cualquier insinuación” sobre su presunta participación en la conspiración.
“El Gobierno ha constatado que los detenidos no forman parte del CNI ni de ningún otro organismo estatal”, dijo una fuente del Ministerio de Exteriores español.
Cabello, “experto en acusaciones falsas”
La oposición, a la que el ministro también implicó en la supuesta conspiración, ya negó las acusaciones y desestimó las denuncias.
“Diosdado es experto en acusaciones falsas e inventos mal hilados. Yo no tengo que decirles a ustedes que eso es falso, porque ustedes lo saben”, dijo el dirigente Juan Pablo Guanipa, uno de los opositores señalados por Cabello.
“El dolor de ustedes es que ganamos y demostramos el triunfo de Edmundo (González)”, agregó Guanipa en alusión a los pasados comicios presidenciales, que abrieron un nuevo capítulo de la larga crisis del país.
Cabello también implicó en el supuesto plan magnicida a los opositores Iván Simonovis, Carlos Vecchio, Julio Borges y la líder María Corina Machado.
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