Mientras en las santamarías de las estaciones algunos milicianos y funcionarios de la PNB restringen el ingreso por razones cuestionables, puertas adentro el cumplimiento de las medidas que sí son efectivas deja mucho que desear.

Caracas. Atrás quedaron las medidas tomadas en marzo para limitar la propagación de la COVID-19 en el Metro de Caracas en las que el requisito principal, además del uso del tapabocas, era llevar guantes. Los cuerpos de seguridad ahora hacen caso omiso a ese criterio y algunos sumaron uno más: evitar escotes y el uso de pantalones cortos.

La medida empezó a ser difundida recientemente a través de redes sociales y, pese a que no ha sido anunciada oficialmente por voceros de la empresa o en sus cuentas institucionales, es una práctica que está siendo utilizada por algunos miembros de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y milicianos encargados de permitir la entrada a las estaciones. Eso sí, en aquellas en las que hay funcionarios dedicados a controlar el ingreso.

Crónica.Uno hizo un recorrido por varias estaciones de las líneas 1 y 2 del sistema y evidenció que normas como el uso correcto del tapabocas, guantes y porte de carnet laboral ya no son requisitos tan necesarios para ingresar al subterráneo.

Foto: Tairy Gamboa

No sucede así con la vestimenta. Cristina Millán, residente de la parroquia Candelaria, señaló que en la última semana de flexibilización no le permitieron ingresar al sistema por vestir los shorts deportivos que utilizó para subir a El Ávila. “Por suerte teníamos un poco de efectivo y pudimos agarrar una camionetica”, dijo.

Jhonny León, vocero de la asociación civil Metro Comunidad, explicó que la medida no es  por órdenes de la compañía Metro de Caracas, sino que se maneja a discreción de los funcionarios de turno que vigilen la entrada de las estaciones, hecho que también fue confirmado por dos milicianos y un operador consultados por Crónica.Uno.

En la estación Chacao los funcionarios de la PNB verificaban carnets de vez en cuando, cada cinco minutos, y en algunos momentos se formaba una pequeña multitud  en la única entrada disponible, sin distanciamiento físico.

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Foto: Tairy Gamboa

Una miliciana, que pidió no usar su nombre, señaló que eso solo pasa en algunas estaciones con la excusa de “evitar la propagación del virus”. Sin embargo, las formas de transmisión de la COVID-19 son a través de las gotículas producidas al hablar, toser o estornudar o al tocarse la cara luego de haber tenido contacto con una superficie contagiada.

No hay evidencia científica que demuestre el contagio a través de otras partes del cuerpo, especialmente la piel, pero sí al llevarse la mano a los ojos, boca o nariz, por lo que el uso de guantes en espacios con mucho contacto físico como el Metro es de suma importancia.

En estaciones como Miranda o Parque Central, donde la afluencia de usuarios es menor, se cumple a medias el distanciamiento físico, aunque los constantes retrasos hacen que los trenes en ocasiones lleguen abarrotados y se vayan de la misma forma.

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Foto: Tairy Gamboa

Para quienes día a día lidian con el hacinamiento del transporte público, la nueva “norma” para ingresar no es, siquiera, un paño con agua caliente. “Hasta donde yo sé, el virus no se transmite por las piernas”, responde irónicamente Helena León al ser consultada sobre si tuvo problemas al ingresar a la estación Gato Negro.

Jesús Hernández, miembro de Metro Comunidad, señala que gran parte de las denuncias que han recibido sobre esta medida apuntan a la estación Agua Salud. “Ahí es donde suelen ser más estrictos”, exclama, y critica que se limite la entrada de personas por su vestimenta, pero se permita la de vendedores ambulantes sin autorización.

Y mientras en las santamarías de las estaciones algunos milicianos y funcionarios de la PNB restringen el ingreso por razones cuestionables, puertas adentro el cumplimiento de las medidas que sí son efectivas, así como la exigencia de guantes para ingresar, deja mucho que desear.

Foto: Tairy Gamboa

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