Cinco protestas en los primeros cinco meses del año han realizado médicos, obreros y pacientes debido a la precaria situación que atraviesa el Hospital Clínico Universitario. De once ascensores solo sirven cuatro en ese centro asistencial tipo V.
Caracas. Zenaida Jiménez es de Maturín, pero desde hace un año, decidió por obligación vivir temporalmente en la ciudad capital. ¿ La razón?: a su hija de 19 años de edad le diagnosticaron cáncer, y en el Hospital Clínico Universitario (HCU) es el único sitio donde le han aplicado sus cuatro quimioterapias. ,
Pero para que los doctores la atiendan ella debe comprar y llevar todo lo que necesita su hija, ya que en el HCU, según varios médicos, obreros, trabajadores y los propios pacientes “no hay nada”.
“Hoy a mi hija, debieron comenzar a aplicarle su quinta quimioterapia, pero los antibióticos no los consigo. Llevo un año residenciada en Caracas y conozco a muy pocas personas porque estoy dedicada a cuidar a mi hija. Los médicos aquí la han atendido muy bien, pero trabajan con lo poco que tienen. A mí me toca comprar todo: desde los yelcos hasta las agujas de médula. Los exámenes se los deberían hacer aquí pero nada de eso sirve, se los tengo que hacer por fuera”, comentó Jiménez desde el estacionamiento de ese centro de salud, mientras empujaba la silla de ruedas en donde estaba su hija.
La hija de Zenaida estudiaba tercer semestre de Ingeniería Industrial en la Universidad Santiago Mariño, en Maturín, estado Monagas, pero debido a la enfermedad y el precario sistema de salud en esa entidad, debió abandonar sus estudios y residenciarse junto a su mamá en Caracas y afrontar la dura enfermedad que padece.
Debido a que no funcionan los laboratorios en el HCU, Jiménez ha tenido que salir con su hija a hacerle exámenes en clínicas privadas que le han costado un ojo de la cara. “Aquí –en el HCU- el tomógrafo, desde que yo llegué está dañado. Tuve que hacerle una tomografía a mi hija y me cobraron en una clínica Bs. 48.000. Eso sin contar los antibióticos, medicinas y los insumos que debo comprar y que son bien difíciles de encontrar para que aquí los médicos la atiendan”, enfatizó.
Zenaida y su hija fueron parte de la protesta que en principio se llevaría a cabo en un salón del hospital en donde había varios equipos de periodistas que fueron expulsados del centro de salud por orden del jefe de seguridad del centro asistencial.
La escasez de insumos es cada día más evidente en el hospital, según los médicos, y las protestas también lo son. En lo que va de año, todos los gremios que hacen vida en el recinto han alzado su voz, y más, en los últimos ocho meses, desde que Antonieta Caporales tomó las riendas del HUC, y la situación solo ha empeorado.
“La mayoría de los directores de los hospitales del país son afectos al Gobierno. Ellos son los que no permiten que entren medios de comunicación con su cámaras y muestren la realidad de los hospitales por dentro”, comentó la Doctora Ingrid Ordóñez, que pertenece a la unidad de Hematología, en la que tanto ella como sus compañeros han tenido que atender a los pacientes sin aire acondicionado porque está dañado.
Por su parte, Gherzon Casanova, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del HCU, aseguró que si las condiciones no mejoran en el Universitario de Caracas se declararían en asamblea permanente, lo que significaría que atenderían solo las emergencias y suspenderían el servicio de consulta hasta nuevo aviso.
“Aguantaremos hasta el lunes porque los pacientes no pueden esperar más por falta de toma de decisiones de ministros y directores. Exigimos una respuesta ya. La situación aquí ya se ha vuelto insostenible. Fuimos un centro de salud referencia en el país, ahora somos un gran ambulatorio. Estamos funcionando a 30% de la capacidad que puede ofrecer este hospital”, aseveró Casanova.
La escasez es palpable en todas las áreas del HCU. Según una enfermera que prefirió la reserva de su nombre, en el hospital no hay ni papel para que los médicos les hagan el informe y el récipe a los pacientes. “El paciente tiene que traer todo. Papel, yelcos, tubos de ensayo, gasas, todo lo que necesite, sino aquí no lo pueden atender porque no hay nada”, enfatizó.
Yorkis Villegas, repartidora de alimentos en hospital detalló cómo funciona el comedor de los pacientes en ese centro de salud. “Ayer llegaron los camiones con comida, pero es porque hoy es la rueda de prensa. Aquí deberíamos darle la dieta adecuada a cada paciente según su patología, sin embargo el desayuno de ayer fue un mango y un pedazo de queso. Hace unas semanas en el desayuno, almuerzo y la cena le dimos carne molida a la unidad de pacientes renales pero ellos no pueden comer eso, pero es lo que hay”, relató.
Sueldos no alcanzan
Aunado a todos los problemas de escasez de insumos, insalubridad, inseguridad, falta de agua, bajones de luz, desabastecimiento de comida, los obreros y trabajadores se quejan por sus bajos salarios y que trabajan cuando hay materiales de limpieza.
“Los trabajadores de este hospital son los únicos que no se les ha cumplido con el acuerdo del Contrato Colectivo de 2013. Esto hace que el conflicto crezca. Todos hemos denunciado, médicos, obreros, pacientes, empleados y vemos que todo empeora. No vemos que quieran resolver. No vamos a decir que vamos a parar el hospital, porque el Gobierno ya lo hizo”, denunció Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de Fetrasalud.
Fotos: Angeliana Escalona.
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