A los transportistas les ordenaron no resistirse a los saqueos

comunas

Dueños de gandolas recomiendan a sus choferes viajar de día y quitar los logos de las compañías. Además de la violencia que se presenta en todo el país, denunciaron que el transporte de alimentos disminuyó 60 %.

Caracas. Con un martillo clavado en el parabrisas a la altura del piloto, así llegó uno de los choferes que transportaba alimentos a la isla de Margarita. Al conductor lo interceptaron en la ruta hacia Clarines, antes de llegar a Puerto La Cruz. Una turba lo intentó saquear. El chofer no estaba solo, otra docena de camiones iban en cola con destino a la región insular, e igual fueron atacados con palos y piedras.

“La gente quería llevarse la comida. Salieron a la carretera enardecidos y por poco matan a uno de los trabajadores. La Guardia Nacional actúo en el momento, los escoltó y los llevó al puerto. Si no hubiese sido así el cuento sería otro”, dijo Arsenio Manzanero, presidente de la Cámara Nacional del Transporte.

wp-1466216100913.jpg
Así quedó el parabrisas, pero el conductor pudo llegar a destino

Ese ataque ocurrió el jueves 16 de julio. Según Manzanero los asaltos y saqueos son el pan nuestro de cada día. Informó que  por los cuatro costados del país hay disturbios y trancas de vías. “La gente está protestando por comida. Lamentablemente hay quienes se aprovechan de la situación y comenten vandalismo”.

Citó que la vía hacia Cumaná, Ciudad Bolívar, el tramo mirandino, Valencia, Aragua y Puerto Cabello son las más críticas en estos momentos.

Tan es así que recibe reportes diarios de dos o tres camiones saqueados por rutas. Esos sin contar los que están ocurriendo en las áreas urbanas.

El pasado viernes 10 de junio varias unidades que se trasladaban a la altura de La Urbina, cerca de Petare, por poco terminan saqueadas. “De los cerros bajaron grupos de personas y pretendieron atacarlas, pero los choferes esquivaron las piedras, maniobraron en plena autopista, retornaron y se pusieron en resguardo”,

También el jueves en San Isidro (comunidad que está en la zona de Turumo en el municipio Sucre del área metropolitana de Caracas) unos motorizados interceptaron uno de sus camiones cargado de pescados. “Bajaron al conductor lo subieron a  una moto  y se llevaron el transporte al barrio. Ahí lo descargaron y le dijeron al chofer que no le iban a hacer nada y que eso era por hambre”, añadió.

A cada rato dijo que el Consejo Nacional del Transporte reporta los ataques no solo a las unidades sino también a los conductores. “Tenemos muertos, pero decir las cifras no resuelve el problema, además luego sale el Gobierno a decir que la culpa la tiene la derecha, y no es así, ésta es una consecuencia de las malas políticas económicas y administrativas del Estado”, señaló.

Ya el transporte de alimentos venía cojeando de una pata. Los traslados se disminuyeron considerablemente “porque  no hay víveres que trasladar. Calculo que la carga disminuyó 60%. Sencillamente no hay distribución, los grandes almacenes de comida están vacíos porque no hay producción”, expresó Manzanero.

“Da mucho miedo salir con la carga”

El acentuado desabastecimiento de alimentos, mantiene a las personas en la calle exigiendo comida. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad solo en el mes de mayo se registraron 172 protestas por la escasez de productos alimenticios, 320% más que el mismo mes pero en 2015.

“Viajo cada 48 horas y siempre me consigo una protesta en la vía. Ya me da miedo salir, pero este es el trabajo, con esto mantengo a mi familia. Uno va rezando por ese camino. Cuando entrego la mercancía me regreso con la cava abierta para que vean que no tengo nada. Es una situación caótica y uno qué culpa tiene”, contó Eduardo Campos, quien lleva más de 20 años yendo y viniendo por la vía hacia oriente.

Indicó que siempre están expuestos a los asaltos y a los accidentes. La diferencia que ve ahora es que los ataques son brutales. “Lanzan piedras, palos y luego saltan como hienas al camión. Se llevan hasta las cajas vacías. Muchas veces quieren prenderle candela con uno adentro. Por eso algunos de mis compañeros se bajan y dejan que se lleven toda la mercancía”, destacó.

Por su parte Manzanares comentó que con todo el riesgo actual, ellos deben distribuir lo poco que sale, pues de lo contrario se recrudece el desabastecimiento.

Lo que están haciendo es tomar ahora algunas medidas preventivas como: No circular de noche, pararse en los sitios donde esté la Guardia Nacional o la policía, ir en caravana, quitarle los logos a las unidades, no resistirse al robo y si llegan a una emboscada la recomendación es que abran las puertas y dejen sacar la carga.

“Sabemos que no es fácil estar ante una situación como esa. Los choferes están muy asustados. Pero no queda otro remedio, si no llevamos los productos la gente en el interior se queda sin comer”, señaló.

Recordó que este jueves la GN intervino y evitó el saqueo de las gandolas que iban a Margarita. Sin embargo, aclaró que para ese organismo esto que está pasando no es de su interés. “Nunca nos han llamado para saber qué pasa con el gremio y para analizar las denuncias de los gandoleros”, manifestó.

En el país hay unas mil 200 empresas formales del transportes afiliadas en la Cámara Nacional, en la del Centro y en la del Táchira. Pero hay un mundo grande de microempresarios que no está agremiado y que también pasa las mismas penurias. Según Manzanero la flota en total puede calcularse en aproximadamente 540 mil camiones.

El gremio de gandoleros este viernes emitió un comunicado exhortando al pueblo venezolano a evitar actos de violencia en contra del transporte de carga. Apelaron a la conciencia de la ciudadanía, y pidieron acabar con los saqueos, pues son trabajadores y padres de familias que igual sufren la escasez de alimentos. En la misiva señalaron que ellos están garantizando el envío de los víveres por todo el país, por lo que rechazan los ataques de los que están siendo víctimas y le aclaran al pueblo que este gremio no es culpable del desabastecimiento.

Foto referencial: Cristian Hernández


Participa en la conversación