Vaciaron las fuentes de la plaza El Venezolano que eran usadas como piscina

fuentes de la plaza

El martes 9 de julio, y ya había ocurrido en otras oportunidades, un par de niños menores de 10 años, se metió de cabeza en la fuente que hace esquina con el bulevar. El agua verde y espesa no les impidió zambullirse.

Caracas. La plaza El Venezolano estaba muy concurrida este jueves. La gente sentada alrededor no notó la diferencia. “Como casi nunca funcionan”, dijo un señor que contemplaba el paisaje. Lo cierto es que el cambio estaba a simple vista: vaciaron las cuatro fuentes de la plaza. ¿Para evitar que las usaran como piscinas? Pues sí, según comentó a medias uno de los obreros que arreglaba la grama.

El martes 9 de julio, y ya había ocurrido en otras oportunidades, un par de niños menores de 10 años, se zambullían en la fuente que hace esquina con el bulevar.

Se bañaron durante casi media hora ante la mirada indiferente de transeúntes, inclusos hasta de funcionarios (se conocían por los uniformes) que a esa hora de la mañana pasaban por el lugar.

Sin embargo, este evento –que para los chamos era mera diversión– generó un efecto en quienes tienen la tarea de custodiar ese espacio patrimonial.

Una persona ligada a la Alcaldía del Municipio Libertador contó que la noticia les llegó y ordenaron “limpiar” las fuentes de la plaza El Venezolano, llenas de agua verde y espesa, lo que se traduce en que achicaron los pozos completamente.

No se sabe hasta cuándo estarán vacías o si van a poner operativos los mecanismos hidráulicos de los pequeños estanques de concreto. Pero, por los momentos, están inhabilitas. Con eso se elimina el criadero de larvas y que los niños los usen para su disfrute, a riesgo de su salud. Ahora se espera que no los empleen como llenadero de basura.

De hecho, los mismos pequeños que disfrutaban a sus anchas el pasado martes, este jueves merodeaban la zona, nada a gusto con lo que estaban viendo.

¿Y ahora dónde te vas a bañar? —le preguntamos al varón.

Su respuesta fue batuquear la mano y seguir su rumbo, con la niña que lo acompaña en sus andanzas.


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