Cada quince días el precio del queso blanco sube 25 %

precios de quesos, enlatados y otros rubros se dispararon en 2017

El consumo de este producto para muchos se ha convertido en un lujo. El kilo de queso amarillo en los mercados municipales puede costar hasta 7.250 bolívares.

Caracas. Las arepitas con queso ya no protagonizan las cenas o los desayunos de los venezolanos, por los altos precios de los productos. “La plata no me alcanza para comprar queso, a veces toca comerte la arepa sola y si tienes suerte, con un poquito de mantequilla”, contó afligida Alejandra Contreras, quien vive en Hoyo de la Puerta con su esposo, es trabajadora del área de mantenimiento en una iglesia y sus pagos son por día.

Al igual que muchos otros rubros, el queso no se escapa de la inflación y la escasez. Es poca la variedad que se puede encontrar en los mercados municipales y hasta en los supermercados. Y los que hay son costosos. “Están carísimos y no se consiguen casi”, dijo Contreras, único sustento de su hogar.

Lo cierto es que cada 15 días el queso blanco registra un incremento promedio de 25 % y el queso amarillo sube un 15 %, también cada dos semanas, de acuerdo con la data de precios que recopila Crónica.Uno.

En un recorrido por mercados y supermercados, se evidenció que el queso duro y semiduro se vende en 3.590 bolívares por kilo, sin embargo, la disponibilidad es reducida. Los que más aparecen en los comercios son Santa Bárbara y Palmizulia cuyo precio es de 4.150 bolívares. El queso amarillo oscila entre los 5.450 y 7.250 bolívares por kilo, según la presentación.

El precio del queso Santa Bárbara y Palmizulia no consigue por menos de 4.000 bolívares
El precio del queso Santa Bárbara y Palmizulia no consigue por menos de 4.000 bolívares

“Compro solo queso duro, cuando lo rayas ese alcanza mucho más, lo bueno es que en casa solo somos tres. Salgo tempranito a recorrer Catia para buscar los mejores precios y que se adapte con nuestro presupuesto”, contó Paola García, ama de casa.

Pero debido a los elevados precios, algunas familias ya no lo compran y lo sustituyen por otros alimentos, como la mortadela, detalló Carolina Rondón, otra ama de casa que tiene dos hijas de tres y seis años y que reside en Antímano.

A quienes aún sus ingresos les permiten comprarlo, tienen que hacer maromas para rendirlo hasta la próxima fecha de cobro.

“Yo tengo dos hijos, un adolescente y otro de siete años, pasan la tarde solos en casa. A la hora de la merienda solían prepararse sándwiches con todo lo que había en la nevera, ahora tengo que racionárselos, imagínate cómo me siento al decirles que no pueden comérselo, que si lo hacen no tendremos para el desayuno del día siguiente”, comentó Elena Morales, quien se desempeña como enfermera y vive en El Paraíso.

Fuentes del sector agrícola señalan que los costos de producción de los rubros esenciales se han disparado y ello se termina reflejando en los precios a los consumidores.

Fotos: Angeliana Escalona


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