El gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, no ha precisado cómo efectuó la compra de los autobuses escolares usados. Con ellos, tampoco han resuelto la crisis de transporte público en la entidad: aún se mantienen activos los “Transbaranda”, y el Sindicato Único de Transportistas de Carabobo, asegura que solo mantienen 100 unidades para atender a la Gran Valencia. Alertan que para diciembre no podrán prestar más el servicio por falta de insumos y repuestos para el mantenimiento de los colectivos.

Valencia. La crisis del transporte público, que se agudizó en Carabobo a inicios del segundo trimestre de 2018, llevó a los ciudadanos a trasladarse en camiones “de estaca”, tal y como sucedió en el resto del país. Para ese entonces, el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, asomó una solución con la entrada de un determinado número de autobuses a los que denominó “TransDrácula”, unidades que se sumaban a la flota de transporte gubernamental TransCarabobo o “los rojitos”, como se les conoce.

El 18 de junio, Lacava hizo ruido en las redes sociales al mostrar, en un video grabado en Campo Carabobo, las unidades de transporte que había adquirido en el extranjero. Se trataba de los típicos autobuses escolares norteamericanos, esos de color amarillo. Eso sí, para alinear la iniciativa a su esquema de propaganda política, a las unidades le rotularon vampiros pequeños de color negro, además del nombre, en los laterales, con el que el gobernador les bautizó desde un principio: “TransDrácula”.

Lacava aseveró en aquel momento que había traído 130 autobuses de un total de 200, con una capacidad entre 50 y 60 puestos. Incluso, algunos traían aire acondicionado. También señaló que con el monto necesario para comprar una unidad nueva pudo adquirir 14 de estos buses escolares.

Algunos llegaron con aire acondicionado

El gobernador de Carabobo hasta llegó a proclamar que resolvería la problemática del transporte público. Como se recordará, todo esto ocurrió tras su polémica participación en la liberación del estadounidense Joshua Holt. El mandatario regional sorpresivamente apareció en la comitiva que acompañó a Holt a su regreso a suelo norteamericano el 30 de mayo de este año.

¿Con qué se pagaron?

La compra de los buses escolares ha desencadenado toda una serie de interrogantes entre los carabobeños. Una de ellas es la que se refiere al origen de los recursos para realizar la adquisición, otra al número de unidades que, finalmente, fueron adquiridas, e incluso, hay quienes se preguntan si realmente son oriundas de Estados Unidos.

Pese a que Lacava aseguró, durante la juramentación de su tren ejecutivo, en octubre de 2017, que, a diferencia de lo ocurrido durante el período de su antecesor, el también chavista Francisco Ameliach, las puertas del capitolio carabobeño estarían abiertas para los periodistas que quisieran obtener información de su gestión, la realidad no ha sido muy diferente, al punto de que ha prohibido a los empleados públicos informar acerca del servicio TransDrácula.

Para realizar esta investigación, el equipo de Crónica.Uno solicitó ante la Secretaría de Información de Carabobo y ante la Dirección de Gestión Política de TransCarabobo información sobre diversos aspectos concernientes tanto al proceso de compra de los autobuses escolares como a las rutas que transitan, el horario en el que prestan servicio; sin embargo, la respuesta fue la de costumbre: “No se puede ofrecer ninguna información”.

Debido a que el gobernador de Carabobo es activo en las redes sociales, se le solicitó por esta vía que respondiera las interrogantes anteriores y tampoco hubo respuesta.

Para cumplir con la labor de despejar las incógnitas de los carabobeños, se consultaron otras fuentes. Una de ellas, que pidió que no se revelara su identidad, aseguró que el Concejo Legislativo de Carabobo no sesionó para aprobar recursos para la adquisición de estos vehículos destinados al transporte público.

Consulta a la Ley de Contrataciones Públicas

En lo estipulado en la Ley de Contrataciones Públicas, vigente desde 2014, las instituciones gubernamentales deben realizar licitaciones a través de concursos abiertos o cerrados, tal como se indica en los artículos 79 y 80. También se estipula que pueden realizarse compras internacionales con las premisas que se indican en el artículo 82. Todos estos llamados deben ser publicados en las páginas web de los entes públicos. En el caso de la Gobernación de Carabobo, no hay registros del llamado a una licitación para la compra de unidades de transporte.

Los temas relacionados con el servicio de transporte público no son competencia de la gobernación, son tarea de los gobiernos municipales, según explicó el exprocurador de Carabobo, Leonel Pérez. Sin embargo, debido a la figura creada en el caso de TransCarabobo, puede haber una implicación directa de la gobernación con la movilización de la colectividad.

TranCarabobo nace durante el gobierno de Francisco Ameliach en marzo de 2013, bajo la figura jurídica Justo Auto Carabobo C.A., teniendo la capacidad de adquirir vehículos de carga pesada, livianos y autobuses nuevos o usados para el alivio en materia de transporte y movilización de los carabobeños. Estaba adscrita a la Secretaría de Producción, Turismo y Economía Popular, según la Gaceta Oficial del Estado Carabobo, Edición Extraordinaria 4464.

Actualmente, TransCarabobo es presidida por Gilberto Ceballos. Se desconoce la partida presupuestaria con la que cuenta esta empresa gubernamental, que puede adquirir y comercializar vehículos en la entidad federal para el “alivio de la movilización”.

Para Leonel López, el gobierno regional está en el deber de ofrecer información sobre el método de compra, además del costo de los TransDrácula, apelando al principio del poder popular y de la contraloría social. También explicó que Lacava, en su informe de gestión anual, debería expresar con transparencia la transacción que realizó por estos autobuses.

Si uno de estos autobuses tiene un accidente o por casualidad choca con un carro o atropella a un motorizado, a quién se le interpone la denuncia, quién responde por los daños y perjuicios que ocasione”, citó como ejemplo el exprocurador de Carabobo para alentar la solicitud de información sobre quién es el responsable y bajo qué figura jurídica están designados los autobuses.

¿De dónde provienen los “TransDrácula”?

Los buses, de color amarillo y negro, pueden medir hasta 12 metros de largo y son utilizados para transportar a los estudiantes de primaria y secundaria estadounidenses. Una vez que terminan su vida útil en EE. UU. y Canadá, ya sea porque tienen un recorrido de 240.000 kilómetros o porque cumplieron 10 años de uso —según dicta la ley en algunos estados—, deben ser retirados. Es en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua donde las unidades obtienen su segunda vida como transporte público, según se conoció a través de un reportaje publicado por el diario español El País.

De acuerdo con una publicación en el diario Tal Cual, la compra fue hecha en Estados Unidos, mediante una subasta, según informó el presidente de Fedecámaras Carabobo, Carlos Luis Gonzales. Y habrían llegado al país a principios del mes de junio.

La crisis sigue intacta

A dos meses de la puesta en marcha de los “TransDrácula” aún se siguen viendo los “camiones de estaca” trasladando pasajeros en la Gran Valencia. El sistema privado de transporte público solo tiene activas unas 100 unidades de transporte de las 10.000 con las que se contaba en 2016.

El presidente del Sindicato Único de Transporte de Carabobo, Adolfo Alfonso, estima que si el gobierno regional o nacional no suministra los insumos para mantener operativas las unidades de transporte, para el mes de diciembre no habrá autobuses que atiendan a la población.

Por ello consideró que, ante el crecimiento de la población, se necesita en las calles tanto las unidades colectivas privadas como las gubernamentales para atender a la ciudadanía.

“Es necesario que se reactive el transporte urbano. Nuestra petición al gobernador es que nos vendan los insumos a precios regulados. Cómo es posible que en la calle un caucho 22.5 cueste lo que era antes dos millardos de bolívares”.

Precisó que el costo del pasaje, fijado en Bs. S. 1, no es suficiente para costear los gastos operativos de las unidades de transporte.

A bordo de un TransDrácula

Usuarios del servicio de “TransDrácula” alegan que los choferes de las unidades no permiten el pago del pasaje con los billetes del antiguo cono monetario en sus denominaciones de Bs. 1.000 y 2.000. No dan explicaciones, solo se les escucha decir, para agilizar la cola de subida, “pasaje en mano, solo billete de 10.000”.

El equipo de Crónica.Uno pudo constatar que hay disponibilidad de estas unidades para los municipios Valencia, Naguanagua, San Diego, Los Guayos y Libertador.

Desde la parada de la avenida Cedeño, de Valencia, parte un autobús cada 45 minutos hasta la parada Río Sil en Naguanagua, atravesando la venida Bolívar Norte y la Avenida Universidad.

Foto: Leomara Cárdenas

Los pasajeros se organizan en colas para poder subir a los autobuses. Brígida Sequera manifestó que, por tratarse de autobuses colegiales, no cuentan con barandas para sostenerse: “Los que van parados no tienen de dónde agarrarse”.

Miguel Anare describió los autobuses como poco cómodos por lo estrecho del espacio; además, en algunas oportunidades deben subirse por la puerta trasera; sin embargo, alabó la iniciativa del gobierno regional de ofrecer un servicio de transporte público que los alivie en lo que respecta al uso de los “transbaranda”. “No son cómodos, pero prefiero hacer la cola aquí que irme en un ‘estaca’”.

El horario de servicio se desconoce; sin embargo, dos manifestaciones por falta de transporte público una vez se han pasado las 6:00 p. m. han dejado ver que no prestan el servicio en las horas pico al finalizar la tarde.

La primera de estas manifestaciones se dio el pasado 30 de agosto en la avenida Lara de Valencia, cuando usuarios del transporte público cerraron la calle en reclamo a la falta de unidades que los movilizaran a sus destinos, la mayoría hacia el oeste de la capital carabobeña.

La segunda se presentó el 31 de agosto, cuando ciudadanos de a pie optaron por irse caminando desde la avenida Lara hacia la autopista Regional del Centro para llegar al distribuidor Firestone y continuar con su recorrido a las zonas de La Isabelica y Flor Amarilla (oeste de Valencia). Algunos conductores tomaron videos de la acción que, rápidamente, se viralizaron en las redes sociales.

Los años dan cuenta del desgaste

Los autobuses adquiridos por el gobierno de Carabobo para paliar la crisis del transporte público son de segunda mano, por lo cual muchas de estas unidades han empezado a evidenciar el deterioro por el uso. Durante los primeros días de los TransDrácula en las calles, uno de ellos quedó accidentado en la Avenida Cedeño de Valencia. Al parecer, la falla se debió a un recalentamiento.

El pasado 22 de agosto una unidad de estos autobuses de segunda mano se incendió en la avenida Don Julio Centeno, del municipio San Diego, en horas de la tarde. Tenía como ruta Big Low- Puente Bárbula. En el suceso no hubo heridos, los pasajeros lograron bajar de la unidad y salir ilesos.

Ante esta situación, Rafael Lacava hizo uso de las redes sociales para denunciar que el suceso se debía a un presunto sabotaje. En el video publicado en la red social Instagram indicó: “Lanzaron un artefacto explosivo casero (…) Ya tenemos la certeza de quiénes son”.  También mencionó que los bomberos del municipio San Diego no intervinieron durante el incendio.

En esa oportunidad, el alcalde León Jurado informó que el chofer de la unidad colectiva relató que del área mecánica del autobús empezó a salir humo y se “orilló” para bajar a los pasajeros.

Vale señalar que el Municipio San Diego es la única localidad gobernada por la oposición en el estado Carabobo.

Una solución a la crisis del transporte público es que tanto el gobierno regional como el nacional podrían aportar recursos a la empresa Ford Motors de Venezuela para ensamblar autobuses. Los trabajadores de la ensambladora han presentado al Ejecutivo Regional el programa para reactivar la fabricación de autobuses; sin embargo, no han recibido respuestas.

La Planta Ford Motors de Venezuela se encuentra en la Zona Industrial de Valencia. Tenía capacidad para ensamblar 35.000 unidades al año.  No obstante, en 2018, solo podrán ensamblar 206 unidades del modelo Eco Sport, lo que representa 0,61 % de la capacidad instalada, lo que pone en riesgo la estabilidad laboral de 967 trabajadores.

Fotos: Cuenta en Twitter de Rafael Lacava.


Participa en la conversación