Movimiento ciudadano Dale Letra realizó una protesta pacífica este domingo 4 de febrero para evidenciar las distintas facetas de la crisis en la que está sumida la población. Voceros populares y expertos alzaron su voz para exigir al Gobierno un cambio de rumbo y a la oposición, unidad.
Caracas. A propósito de cumplirse este domingo 26 años del fallido golpe de Estado de Hugo Chávez contra el gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992, el movimiento ciudadano Dale Letra organizó una protesta pacífica en Caracas, para expresar su descontento con la grave crisis nacional y exigir a la dirigencia política coherencia y respuestas.
La sencilla actividad tuvo lugar en el tablero de ajedrez gigante de la Plaza Brión de Chacaíto y consistió en expresar con cantos, consignas y pancartas gigantes el clamor de la ciudadanía ante la falta de medicinas, alimentos, seguridad ciudadana, efectivo y en general ante la ausencia de condiciones mínimas de vida.
Los asistentes se formaron para armar palabras como “unión”, “organización”, “protesta pacífica”, “basta ya”, “articulación” y el lema de la convocatoria, “juntos somos más fuertes”. Además, representantes comunitarios, defensores de derechos humanos, expertos en nutrición, médicos, representantes de la disidencia chavista, del movimiento estudiantil y un diputado de la oposición, entre otros, ofrecieron breves discursos para exponer la situación nacional de crisis en cada una de sus áreas.
Uno de los cantos entonados por el Movimiento Las Piloneras y que fue acompañado por un centenar de transeúntes que se acercaron a escuchar los planteamientos, resumía al ritmo del canto tradicional venezolano para pilar el maíz, la significación de la manifestación de este domingo: “Aquel 4 de febrero, esa no fue la solución. 26 años más tarde todo está mucho peor. No hay respeto a los derechos, se masacra y encarcela, se quebrantan nuestras leyes como si ellas no existieran“.
Tres habitantes de Catia hicieron referencia a las pésimas e indignantes condiciones del transporte público, las dificultades para obtener medicamentos y comprar comida y las privaciones de todo tipo a las que se ven sometidas las familias venezolanas en un contexto de hiperinflación. También denunciaron el deterioro de los servicios públicos y la escasez de dinero en efectivo que obliga a las personas de cualquier edad y condición de salud a hacer largas colas en los bancos para retirar tan solo 10.000 o 50.000 bolívares.
El dirigente estudiantil de la UCV, Alfredo García, relató el drama que atraviesa la universidad venezolana donde “6 de cada 10 estudiantes ha abandonado la universidad y algunos el país, mientras de cada 10 profesores solo quedan 2 en las aulas“. García reivindicó la lucha de la generación de 1928 que combatió a la dictadura de Juan Vicente Gómez y a la de 1958 que se opuso a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y aseguró que “la generación de 2018 luchará por la restitución de la democracia”.
El exmilitante del PSUV y politólogo Nicmer Evans también tomó la palabra para pedir el cese “del odio, la mentira y la pretensión de control de las almas” por parte del Gobierno. Invitó a los venezolanos a “resistir ante el intento de neototalitarismo” y abogó por la reconciliación entre los venezolanos como paso indispensable para la reconstrucción nacional.
El diputado Miguel Pizarro, del recién ilegalizado partido Primero Justicia, intercambió un abrazo con Evans y destacó que el espíritu de unidad es lo que debe privar en la actual coyuntura nacional. “Hay que levantar la voz por el futuro que nos merecemos, contra la impunidad, contra la crisis humanitaria, contra la impunidad y contra los abusos”, afirmó el parlamentario.
Los representantes del sector salud (médicos y dirigentes sindicales) y la experta en nutrición Susana Rafalli, denunciaron el grave estado de la infraestructura hospitalaria y narraron el drama que viven los enfermos, y en particular, los niños venezolanos a quienes el Gobierno viola sus derechos al no garantizarles el acceso a los tratamientos médicos.
El ex preso político, José Luis Santamaría, condenó la persecusión del Gobierno contra cualquier ciudadano que piense distinto y expuso algunos de los malos tratos a los que fue sometido durante los más de tres años que permaneció preso en el Helicoide, entre 2014 y 2017.
La actividad en la que también se sumaron los movimientos Billete Alzao’ y Laboratorio de Protesta Pacífica, culminó con la lectura de un manifiesto en el que los ciudadanos exigen al Gobierno el respeto de los Derechos Humanos, políticos y sociales, y reclaman que se convoquen a elecciones con condiciones de legalidad, transparencia y respeto al voto. Además exigen a la oposición política dejar de lado los intereses particulares y unirse por el bien nacional.
Fotos y videos: Maru Morales P.
Participa en la conversación