Activistas debaten el absorber o no al cerro El Café dentro del parque nacional San Esteban

cerro el café

Carabobo es uno de los estados pioneros en la creación de parques municipales, por los momentos solo el cerro El Casupo y el cerro Filas de La Guacamaya tienen el título de parque municipal, El Café no entra en esta denominación.

Valencia. El cerro El Café es una reserva forestal al norte del municipio Naguanagua en Carabobo y que hace de frontera con el parque nacional San Esteban. El lugar cuenta con un bosque de pinos creado tras una inversión de Pdvsa, lo que con el paso de los años se ha transformado en un problema por los cuantiosos incendios forestales durante el primer cuatrimestre del año, además de colindar con la 41 Brigada Blindada de la Guardia Nacional.

Fusionar el cerro El Café con el parque nacional San Esteban es una propuesta que, de acuerdo con el activista ambiental Gabriel Cabrera, lleva años sobre la mesa, con gente a favor y otros en contra. “Nosotros queremos que se abra el debate”.

Por ordenanza municipal, el cerro El Café es una reserva forestal y la idea de Cabrera es que este cerro esté dentro de las zonas protegidas del parque nacional San Esteban. Cabe destacar que esta ordenanza no está disponible en ningún portal de la Alcaldía de Naguanagua.

Estas son las zonas Abrae conocidas también como: Áreas Bajo Régimen de Administración Especial.

cerro el café
Fotografía: Armando Díaz.

Cabrera explica que estas zonas no siempre están dentro de la protección de los parques nacionales. “Hay una zona Abrae que incluye al cerro El Café, pero esto no significa que sea un parque nacional”.

El ambientalista conoce bien las opiniones de los detractores. “Más allá de eso, nosotros pensamos que hay intereses políticos como siempre”.

Un ejemplo que el activista expone fue la plantación de los pinos, los cuales fueron usados para producir papel por la antigua Venepal, hoy Industria Venezolana Endógena del Papel (Invepal), por lo que hay un interés económico, tal y como pasó con la Reserva Forestal de Imataca en Bolívar y Delta Amacuro.

Ese es uno de los incentivos y si se reconoce como parque nacional hay que cumplir unas normativas, como el hecho de que no puede haber una zona militar cerca, la administración no sería del gobierno regional sino de Inparques”, sostuvo.

Cabrera ve esta lucha como algo más allá de sectores políticos, porque incluso hay gente afecta al Gobierno que está de acuerdo con la idea.

De concretarse la transformación, las comunidades cercanas no recibirán el impacto de los ejercicios militares y sus consecuencias de salud tras la generación de incendios. Incluso destaca que hay personas viviendo dentro del parque.

cerro el café
Fotografía: Armando Díaz.

El experto explica que eso ayudaría a potenciar aún más el turismo, influenciar la protección de la flora y la fauna.

Aquí hay que parar una serie de deportes extremos y variantes del motocross que dañan el espacio. Carabobo no es solo Patanemo o Isla Larga. Tenemos un cordillera de la costa que si la convertimos en parque nacional, obligaremos al Estado a invertir en turismo”, refirió.

Por otro lado, entre los detractores de la transformación en parque nacional está Esmeralda Mujica, bióloga y ecologista. Sus razones son simples: “Eso está intervenido y además reforestadas con especies exóticas. No es un tema solo de los pinos, es que también hay eucaliptos”.

Fotografía: Armando Díaz.

Mujica, quien fue la responsable de lograr la primera reproducción de toninas en cautiverio, explicó que un parque nacional es un área que resguarda ecosistemas prístinos que no han sufrido los efectos de las manos del hombre.

En su opinión, todos aquellos que hacen esta propuesta son personas que desconocen en su totalidad el significado de un parque nacional. Sin embargo, Mujica tiene una sugerencia y es la creación, mediante decreto, de un reglamento de uso con lineamientos claros para la conservación del área.

Fotografía: Armando Díaz.

Sobre los parques nacionales, la realidad es que durante los últimos 20 años se ha presentado una voraz destrucción de estos espacios mediante la intervención del hombre. Ejemplo de ello es lo ocurrido en los parques nacionales: Canaima, Morrocoy, Waraira Repano y Archipiélago Los Roques, lo cual demuestra lo que dice Cabrera. “Es un tema de voluntad política”.

No obstante, el otorgamiento de este estatus tampoco es una garantía de su seguridad, entonces quizá lo propuesto por Esmeralda Mujica tendría sentido. Sin embargo, queda en el aire la pregunta sobre quién haría cumplir este reglamento, si tampoco se cumplen las leyes ambientales.


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