Susana Raffalli, Feliciano Reyna y Paola Bautista conformaron el panel de expertos que dio inicio al X Encuentro de Constructores de Paz en la UCAB hablando de vida digna. Más de 400 personas se encontraban presentes durante la apertura del evento.
Caracas. Acompañar a madres con niños hospitalizados, documentar violación de Derechos Humanos, ejercer una comunicación que busque la justicia, tender una mano a quienes estuvieron privados de libertad, brindar asistencia a la población vulnerable. Las posibilidades para construir paz en Venezuela son muchas, pero todas deben partir de un punto: salvaguardar la dignidad de la persona humana.
Así se dejó ver durante la mañana de este 31 de mayo en los espacios del Aula Magna de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), durante la primera parte del X Encuentro de Constructores de Paz.
En este encuentro, organizado por la Red de Acción Social de la Iglesia (Rasi), participaron más de 400 personas en su mayoría provenientes del Área Metropolitana de Caracas, pues a diferencia de eventos anteriores, a esta actividad asistieron pocas personas de las regiones del país dadas las complicaciones de transporte.
Juan Salvador Pérez, de la Rasi, hizo lectura del comunicado de este año. “En Venezuela la vida digna se encuentra amenazada. Vivimos una emergencia humanitaria compleja que ha generado un éxodo comparado con los más grandes del mundo”.
“Hoy hacemos un llamado a todos los venezolanos a que se sumen a este esfuerzo de construcción de paz donde impere la verdad, la justicia, el amor y la libertad”, leyó Salvador Pérez.
A continuación, la doctora Susana Raffalli, en representación de Cáritas Venezuela, habló de la dignidad como fundamento de la acción humanitaria. Destacó dos documentos fundamentales en la materia: la Carta Humanitaria Internacional y los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia.
Dijo que las muertes ocurridas en el contexto venezolano son un indicador de que lo que está pasando en el país dejó de ser una crisis para convertirse en una emergencia.
Esta emergencia que vivimos en Venezuela desgasta al ser humano con humillación. A ellos hay que ayudarles a no perder de vista su valía aunque estén buscando en la basura”, considera Raffalli.
En un ejercicio de autoevaluación, Raffalli sostuvo que “hacer acción humanitaria genera relaciones de poder. Estar en control de los insumos que otros necesitan da poder. Por ello la rendición de cuentas es el modo de autorregulación de quienes hacen la acción humanitaria”.
“La dignidad la entendemos como un don inherente a la humanidad que se quiere proteger. No se trata solo de satisfacer una necesidad, se trata de hacerlo honrando la dignidad de quien recibe la atención”.
Por su parte, Feliciano Reyna, de Acción Solidaria, explicó que trabajar desde un enfoque de Derechos Humanos se traduce en la reivindicación de la dignidad de las personas.
Reyna hizo un recorrido por todo el trabajo que una serie de organizaciones, entre ellas Acción Social, han hecho para documentar y visibilizar la emergencia humanitaria compleja que se vive en el país.
Habló del Programa de Acción Humanitaria que lleva adelante Acción Solidaria, y que está enfocado en la recepción y distribución de ayuda.
Este programa ha llegado a más de 160 municipios del país. A él se han ido sumando organizaciones y también personal médico para brindar atención cada vez a más personas.
“Algunas organizaciones de Naciones Unidas buscan matizar el daño que se genera sobre muchos venezolanos argumentado dificultad para acceder a la información pública, por eso tenemos que seguir documentando”, exhortó Reyna.
Por su parte, Paola Bautista, de la Asociación Civil FORMA (Formación y Acción), dijo que el Socialismo del Siglo XXI es un sistema radicalmente desigual, y que por ello, partiendo del respeto a la dignidad, hay que trabajar en la promoción de personas concretas.
Citando al Papa Juan Pablo II, Bautista dijo que el foco de la democracia debe ser la persona humana y su dignidad. “En Venezuela contamos con organizaciones que operan desde la solidaridad”.
Tras la participación de los ponentes, orientados por Luis Carlos Díaz y Luisa Pernalete, los participantes se coordinaron en 12 mesas de trabajo distribuidas en distintos espacios de la UCAB.
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