Al mercado municipal de Catia La Mar le quedan cuatro negocios y casi ningún cliente

Catia La Mar

El mercado ha perdido la confianza de los compradores por sus instalaciones deterioradas y sin higiene. Los altos costos en alquileres e impuestos municipales alejan a los concesionarios.

Catia La Mar. Luces tenues, pasillos desolados, neveras con poca mercancía, olores nauseabundos, pintura desvencijada y filtraciones en pisos, tuberías y paredes. Todo agoniza en los cuatro concesionarios sobrevivientes del mercado municipal de Catia La Mar.

Administrado por la Alcaldía del municipio Vargas, ha dejado de ser referencia no solo para los habitantes de la parroquia más populosa de las 11 que componen la entidad, sino también para miles de guaireños.

Quedaron atrás los tiempos de la pandemia del coronavirus, cuando atraía a miles de personas para adquirir los productos de la canasta básica, a precios solidarios.

En junio del año pasado, ocho de sus concesionarios habían bajado las santamarías. Ya no podían reinvertir sus ganancias en la reposición de suministros.

“Esto da tristeza, a veces en seis horas de la mañana no llegan sino uno o dos compradores”, manifestó un vendedor de un expendio de pollos, carnes y charcutería, ubicado en el acceso principal.

Catia La Mar
Las neveras vacías están a la vista de los pocos visitantes. Foto cortesía Mirna Montemayor.

No quiso dar su identidad por “la persecución que nos tienen de la Alcaldía”. Esas reservas para conversar con Crónica.Uno “o con cualquier periodista” se extienden hasta los representantes de los otros tres concesionarios: dos que venden productos similares al anterior y un tercero que comercializa especies y condimentos.

No quieren arreglar las instalaciones, pero ya avisaron que van a aumentar el canon de arrendamiento al doble”, agregó la fuente, quien por ahora paga $400 al mes.

En enero de 2023, el gobierno municipal anunció la remodelación del mercado, así como la solución al problema de aguas servidas en su entorno, el cual ahuyenta a decenas de potenciales compradores. Sin embargo, todo quedó en palabras.

Impuestos exorbitantes

La temporada decembrina tampoco significó un incremento en las ventas de los negocios. Sus dueños se quejaron de lo que deben cancelar en impuestos municipales, especialmente el de la patente de Industria y Comercio.

Los afectados afirmaron que lo que ingresa es casi todo para pagar esos tributos y el alquiler de los establecimientos. Ello sin olvidar “la colaboración que hay que darle a policías y militares”, a fin de garantizar el resguardo de la delincuencia.

A 70 metros del lugar, el bullicio de clientes contrasta con el mercado comunitario de Catia La Mar, adscrito a la Gobernación de La Guaira. Este se construyó en 2014, tras la expropiación por utilidad pública que ejecutara el entonces gobernador, Jorge Luis García Carneiro, a este sitio, donde funcionaba un almacén de refrescos y bebidas alcohólicas.

En la actualidad, allí operan más de 350 concesionarios no solo de expendio de víveres. Se ofrecen también otras mercancías y servicios demandados por los usuarios, como zapateros, talabarteros y técnicos en informática, videojuegos y teléfonos celulares.

“Sería mejor que se llevaran esos cuatro comerciantes que quedan allá para este mercado más grande y con más gente”, propuso Robinson Pereira, vendedor de perfumes en el comunitario.

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