El bono de alimentación representa 73% del salario integral

Los incrementos de sueldos y bonificaciones no logran compensar la aceleración de los precios, y los ingresos se quedan cortos. Ya la Encovi reveló que en 93 % de los hogares la plata no da para adquirir los alimentos.

Caracas. “La realidad es que el bono de alimentación sigue estando por debajo de lo que debería estar, igual que el sueldo”, aseveró Susana Martini, una contadora residente de Parque Central, quien añadió que las revisiones salariales tienen que estar acordes con el comportamiento de los precios.

Este domingo, el presidente Nicolás Maduro autorizó un incremento de 69 % en el valor de la Unidad Tributaria (UT) que pasa de 177 a 300 bolívares, y tras ese aumento, el bono de alimentación se eleva de 63.720 a 108.000 bolívares. Ya en enero, el Gobierno había incrementado el salario mínimo en 50 % para llevarlo a 40.638 bolívares.

El Jefe de Estado destacó que ahora el salario integral —que abarca salario mínimo más ticket de alimentación— es 148.638 bolívares. Sin embargo, la brecha entre el sueldo y el bono se amplía.

Actualmente, el ticket de alimentación representa 73 % del salario integral. Henkel García, director de Econométrica, apuntó que se evidencia una bonificación del salario, pero añadió que los ajustes son insuficientes debido a que la inflación de alimentos ha estado muy por encima de los aumentos de sueldo.

Aunque el Banco Central de Venezuela (BCV) no ha divulgado las cifras de inflación, hay indicadores que revelan el salto en los precios de los alimentos. En un año, el costo de la canasta alimentaria subió 650 % para superar los 442.000 bolívares.

Y muchas familias no cuentan con los ingresos para cubrir ese gasto básico. La Encuesta de Condiciones de Viva (Encovi) mostró que en 2016, a 93 % de los hogares los ingresos no le alcanzaron para comprar comida.

Esas limitaciones las padece Katherine Avilés, una vendedora que habita en Palo Verde, quien hace maromas para costear el gasto en comida. “Aquí todo aumenta en un porcentaje anormal que hace que sigamos siendo igual de pobres. Cada vez alcanza menos”.

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Las distorsiones no se corregirán. El director de la firma indicó que esa diferencia entre el salario y el bono no cambiará en el corto plazo. “Lo hará cuando se retome la senda productiva. Ese escenario es el necesario para que el salario mejore su poder de compra”.

Para los empresarios, los aumentos seguirán impactando en los costos, por ello, el presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, dijo a Unión Radio que mientras “no se aborde el problema estructural de la inflación será difícil que cualquier aumento no se convierta en inflación inmediatamente y diluya el poder real de compra de los venezolanos”.

Las consecuencias

Que el bono de alimentación tenga más peso en el salario integral afecta los cálculos de otros beneficios, como las prestaciones sociales, vacaciones y utilidades.

Henkel García apuntó que con esas distorsiones hay poco peso de los beneficios sociales del salario. “Una liquidación o los fideicomisos no alcanzarán para mucho, al igual que las utilidades y las vacaciones”.

Y agregó que el otro impacto es en los pensionados, porque hay un rezago en su beneficio. La pensión equivale al salario mínimo.

Foto: Mariana Mendoza


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