Caroní enfrenta retos ambientales como municipio de la Amazonía venezolana

Caroní enfrenta retos ambientales como municipio de la Amazonía

Entre los retos ambientales de la Amazonía que se plantean en Ciudad Guayana están las inundaciones por las crecidas de los ríos Orinoco y Caroní. Expertos y organizaciones exponen parte de esas incidencias y propuestas que apuntan a reducir el impacto del cambio climático.

Puerto Ordaz. Por su ubicación geográfica, desde hace unos años se estudia las condiciones de Caroní como un municipio de la Amazonía venezolana. Y en consecuencia se estudia sus características particulares en relación con los demás municipios del estado Bolívar y el resto del país.

Ello conlleva a unos retos ambientales frente al impacto de la minería ilegal, la contaminación por mercurio y el cambio climático.

Como parte de esa visión de la Amazonía, desde la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) en Guayana se desarrolla una serie de foros con distintas temáticas que abordan el diagnóstico y posibles propuestas, a partir de la concepción de Caroní como un municipio amazónico. Uno de esos temas tiene que ver con los retos ambientales.

La geógrafo y profesora de la UNEG, Carol Valeri, se refirió particularmente al riesgo de inundaciones en Ciudad Guayana, como consecuencia del cambio climático.

Zonas como: Cambalache, Castillito, Campo Rojo, Acapulco y Las Delicias son parte de esos sectores vulnerables al desborde de los ríos.

Anualmente hay una crecida natural de los ríos Orinoco y Caroní. En consecuencia, comunidades se ven afectadas por la ubicación de sus viviendas en espacios a los que llega esa crecida de los afluentes. 

En parte tiene que ver también con el incumplimiento de la planificación urbana de la ciudad. Por ejemplo, la franja de Castillito en Puerto Ordaz. Es una zona en la que no se concibió la construcción de viviendas. Pero así se hizo sin control de las autoridades y años después son los mismos habitantes quienes sufren las consecuencias.

Gestionar las amenazas

Entre las propuestas que hace Valeri para enfrentar esa realidad menciona: hacer mapas de riesgo, estudios de vulnerabilidad, proyectos de desarrollo urbano con criterios de sostenibilidad y un sistema de alerta temprana para gestionar las amenazas por inundaciones en el municipio Caroní.

Y es que si bien el Proyecto de Desarrollo Urbano Local (Pdul) plantea el tema de las inundaciones, con el tiempo no se cumplió lo que respecta a las zonas en las que no debieron construirse viviendas. Tampoco se perfiló el auge y crecimiento poblacional en la ciudad. Por ende, tampoco proyectaron las consecuencias de un cambio climático.

En ese sentido, la abogada Carla Pérez se refirió a las implicaciones del derecho humano a un ambiente sano y su estrecha relación con la realización de otros derechos. 

Recordó que si bien “estamos amparados por un contexto legal muy amplio sobre la protección del ambiente, es obligación del Estado cumplirlo”.

Omar Martínez, presidente de la fundación Guayana Inteligente y Sostenible, destacó que la gobernanza debe ser vista como una oportunidad para una Ciudad Guayana sostenible.

Se deben suscitar las autonomías locales. Debemos decidir sobre nuestra ciudad, eso es gobernanza (…) El reto es desarrollar una plataforma que permita el encuentro para la construcción de una agenda para el futuro de Ciudad Guayana”, expresó.

La Amazonía venezolana

De acuerdo con el antropólogo José Cañizales, la Amazonía venezolana representa 50 % del territorio nacional y comprende los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro. Además, se puede abordar desde la perspectiva política, humana, biodiversidad ambiental, indígena o no indígena, urbana, rural, económica, educativa, entre otras.

Y es que si bien se piensa en que la Amazonía en Bolívar abarca solamente el sur y todo lo que implica el impacto de la minería, ese mismo impacto tiene su incidencia en otros municipios. En Caroní, la dinámica particular del sur ya penetra en esta zona.

Por ejemplo, como parte de la economía del sur de Bolívar, en el que predomina el oro como uso de moneda, ha llegado a la dinámica de Ciudad Guayana.

Las áreas protegidas ambientalmente, si bien son violentadas, su denominación permite ciertos controles que no han impedido la tala y quema indiscriminada, erosiones de grandes extensiones de terreno, contaminación de suelos y aguas; peces contaminados por mercurio y, en definitiva, los derechos ambientales vulnerados”, señala Florencia Cordero, coordinadora de Sustentabilidad de la Ucab Guayana.

Propuestas

Algunos proyectos de adaptación al cambio climático que han surgido en diferentes talleres de esta casa de estudios, destacan: 

  1. -Agricultura regenerativa.
  2. -Uso de materia orgánica para elaborar compost.
  3. -Métodos para potabilización del agua.
  4. -Siembra de especies arbustivas para obtener leña.
  5. -Cultivos más resistentes a las sequías.
  6. -Proyecto fundamental para la mitigación del cambio climático

“Si bien es cierto que la caoba, el cedro o el algarrobo, son árboles excelentes para la producción de la madera y para captar el dióxido de carbono y a través de la fotosíntesis generar CO2, insistimos en nuestros talleres que mejor aporte a la economía familiar lo desarrolla el sembrar y cuidar árboles frutales frondosos como el mango, el tamarindo, el aguacate o la pomalaca. A partir de ellos generar beneficios para la alimentación y la economía familiar como medio de alimentación con alto contenido de vitaminas. Además, se pueden producir productos para la venta como mermeladas, frutas en conserva o el fruto de temporada. Estos árboles igualmente son productores de CO2 para minimizar el dióxido de carbono que se encuentra en el aire”, plantea Cordero.

Llamado de auxilio

Recientemente, la representación estudiantil de la Ucab Guayana hizo un pronunciamiento sobre la necesidad de una política nacional que enfrente el cambio climático.

Allí destacan que  a pesar de los compromisos asumidos por el Estado venezolano, como la reducción de al menos 20 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y la creación de una Comisión Presidencial para el Cambio Climático, no hay avances en una agenda seria y urgente.


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