Una buena parte de los asistentes a la concentración se identificaba como parte de la nómina de instituciones de la administración pública. Mientras se desarrollaba la concentración del chavismo, la ANC debatía la extensión de su vigencia hasta diciembre de 2020, con posibilidad de que se prolongue por más tiempo si para la fecha no han elaborado una nueva Constitución.

Caracas. A un año de la victoria de Nicolás Maduro en las cuestionadas elecciones presidenciales del 20 de mayo, el chavismo volvió a las calles. Atrás quedaron los grandes mítines que llenaban tres avenidas al mismo tiempo, esta vez –a duras penas– la celebración se llevó a cabo en la avenida Universidad y concluyó en la avenida Urdaneta, a la altura del Palacio de Miraflores.

Como ha sido costumbre durante la era Chávez-Maduro, gran parte de los asistentes eran empleados públicos. Trabajadores de ministerios, institutos y organismos estatales salieron a las calles del centro de Caracas para expresar apoyo a Maduro, cuyo nuevo mandato presidencial es desconocido por alrededor de 60 países de la comunidad internacional.

Saime, Mercal, Banco de Venezuela, Instituto Nacional de Tránsito Terrestre y Corpoelec fueron algunos de los organismos del Estado cuyos trabajadores estuvieron presentes durante el aniversario de la reelección del líder del PSUV.

Pese a que en algunos puntos de la marcha se podía observar personas firmando listas de asistencia y abandonando la concentración, también había marchantes voluntarios y “comprometidos con la revolución”, como afirmó un trabajador del Ministerio de Alimentación.

Fotos: Luis Morillo

En forma simultánea con la caminata, en el Hemiciclo Protocolar del Palacio Legislativo la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) –cuya elección ha sido calificada de inconstitucional– sesionaba para celebrar la victoria de Maduro y “autoextender” su vigencia hasta el 31 de diciembre de 2020. A pocas cuadras de allí, cerca de la esquina La Bolsa, una trabajadora del Ministerio de Cultura achacaba la culpa de la crisis económica a las sanciones estadounidenses y “la corrupción dentro de la revolución”.

Hay mucha gente vestida de rojo dentro de los ministerios y los consejos comunales que lo que hace es dañar el legado. El presidente Maduro ha hecho un esfuerzo grande por mantener el legado de Chávez, pero la corrupción es un mal que siempre ha existido y hace falta que se ataque”, opinó la empleada pública.

Hizo mención a la ANC, recriminando que “cuando el pueblo votó por ella” lo hizo para que atacaran los problemas económicos del momento, que dos años después no han hecho sino empeorar. A finales de 2017 la inflación acumulada se ubicó en 2.616 %, un año después, la cifra ascendió a 1.698.488 %, según la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN).

Fotos: Luis Morillo

“Mano dura con los comerciantes y los ‘bachaqueros'” fue otra de las exigencias esgrimidas por Zoraida Torrealba, habitante de El Cementerio, para acabar con la que asegura es una “guerra económica”.

“No puede ser que cada vez que el presidente Maduro aumenta el salario, llegan estos señores y aumentan los precios como les da la gana. Antes en las cajas Clap llegaban 18 artículos, ahora si acaso llega la mitad porque en el camino se los roban”, afirmó Torrealba. Añadió que tiene más de dos años sin poder comprar ropa nueva y zapatos debido a los altos costos.

Sin embargo, la retórica oficialista antiestadounidense sigue siendo parte del discurso de sus seguidores. Las consignas en contra de Donald Trump y el gobierno de Estados Unidos se combinaron con los ritmos de la salsa y la cumbia, con los que algunos aprovecharon para bailar un rato.

Para una secretaria que trabaja en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) la escasez de medicinas responde a una “política imperial” que le impide al chavismo importar los medicamentos, debido a las sanciones.

Fotos: Luis Morillo

Constituyente aprobó su vigencia hasta diciembre de 2020

Mientras tanto, en el Hemiciclo Protocolar del Parlamento, la ANC –no reconocida por la mayoría de los países– debatió y aprobó por unaminidad la vigencia de dicho cuerpo hasta –al menos– el 31 de diciembre de 2020. La propuesta fue hecha por el dirigente Pedro Carreño.

Al finalizar la sesión, algunos dirigentes oficialistas “marcharon” hasta el Palacio de Miraflores, donde la presencia de afectos al chavismo no ocupaba ni una cuadra de la avenida Urdaneta. En sentido contrario, decenas de los que habían concurrido se dirigían a montarse en el Metro o caminar hasta sus hogares, pues el transporte público en la capital es cada vez más escaso.

El “bochinche” rojo dejó secuelas. Envases de comida y botellas de agua que los ministerios le dieron a sus empleados para amortiguar quedaron esparcidos en los alrededores del Palacio de las Academias y el Palacio Federal Legislativo, mientras que cuadrillas de la misión “Juntos es posible” se disponían, desganados, a barrer los restos dejados por la marcha.


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