Este viernes la avenida FFAA recobró su actividad. Los comercios abrieron, aunque algunos dueños no querían subir las santamarías. La GNB disolvió las colas y los camiones con los productos regulados no llegaron.

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Caracas. Los ciudadanos chinos que manejan los comercios ubicados en la avenida Fuerzas Armadas, hacia el norte de la ciudad capital, están en el limbo con el plan que manejan los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución, Clap. Hace 15 días les notificaron que debían entregar la mercancía reguladas al Gobierno, pero fue este jueves que les llevaron un contrato que debían firmar para oficializar la orden y no les dijeron quién les iba a pagar y cuándo.

“Yo no firmé ese contrato y no lo voy a hacer. Quién va a pagar luego. No tengo problemas en trabajar para la comunidad, uno entiende que hay muchos problemas con la escasez. A veces me preocupa que la gente esté haciendo esas largas colas y no alcance la comida. Lo que no me parece es que ellos vengan y me digan casi bajo amenaza que reciba los productos y se los entregue. Nada está claro. Los Clap son unos bachaqueros uniformados”, dijo una china dueña de un local en la avenida FFAA.

Este viernes, luego de los disturbios por comida que se desarrollaron el pasado jueves, los comercios estaban abiertos, con poca mercancía y con una clientela disminuida. La gente llegaba y preguntaba sí había productos regulados y los chinos les respondían: “Vayan a los Clap”.

A la avenida no llegaron, durante toda la mañana, los camiones distribuidores. “Llamé a uno y me dijo que no quieren venir a la zona, por lo que ocurrió ayer. Temen que los saqueen. Realmente creo que no vamos a vender más productos regulados”, dijo otro comerciante.

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Trabajadores en el sitio de Empresas Polar, que no quisieron ser identificados, señalaron que ellos no tienen problemas para despachar las unidades. “Sin embargo todo está muy confuso, los vendedores no las quieren recibir”, acotó uno de los cobradores.

Funcionarios de la GNB estuvieron en el sitio a la altura de puente de la avenida Panteón y en la esquina de Crucecitas. Estaban con equipo antimotín. Los vecinos denunciaron que prohibieron las colas en la Central Madeirense, ubicada en la esquina San Luis, al final de la avenida.

A diario la FFAA era el centro de por lo menos 10 grandes colas. En esa zona la gente comentó que todas las semanas se conseguía papel higiénico, arroz, harina, mantequilla, champú, pasta dental y aceite.

A partir de las 9:00 am y luego en la tarde era fijo que pasaran los camiones con la mercancía regulada. Ahora lo que les han dicho es que avisen cuándo lleguen y entreguen los bultos. Incluso tienen que darles las facturas con los sellos que los hacen responsable del pago. Los fabricantes lo máximo que les dan para pagar es una semana.

“Se trata de mucha plata: 800.000 mil, un millón y más. Nosotros preguntamos cómo nos las van a pagar y nos dijeron que con una transferencia, un cheque post datado o en efectivo. Eso no puede ser porque ante la compañía seríamos los deudores. No nos dieron garantías, por eso me negué a firmar el contrato con el Gobierno del Distrito Capital“, dijo otra vendedora.

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Contaron que ellos mismos llaman a los fiscales de los Precios Justos, a los consejos comunales e incluso a los colectivos para que verifiquen la mercancía que tienen.

“Y ahora con los Clap trabajamos con mucha presión. Aquí nos amenazan porque firmamos y porque no aceptamos esos contratos, nos dicen que nos van a multar a cada rato, nos acusan de beneficiar a los bachaqueros y todo el tiempo nos quieren inspeccionar porque dicen que tenemos comida acaparada. Nada de eso es así, pues cuando llegan los distribuidores yo mismo llamo a la gente de los Precios Justos para que supervisen y no dejo nada en los depósitos para que la gente en la cola no se moleste y porque luego me multa. Ahora con los Clap nos han dicho incluso que nos van a expropiar. Todo esto está muy mal y nosotros no queremos cerrar, Todavía creo en Venezuela”, manifestó un chino con 41 años en el país, quien recordó lo vivido en 1989 cuando el caracazo.

No todo lo que brilla es oro

Para uno de los integrantes del Estado Mayor Parroquial de los Clap y de la Mesa de Alimentación de la parroquia Altagracia (que colinda con la avenida FFAA), y en donde se conformaron 40 comités que abarcan 36 consejos comunales y 42 en conformación, este plan es para acabar con las mafias de los bachaqueros.

“Esto es simplemente una orden presidencial para acabar con las mafias y para garantizar el derecho a la alimentación. No es una medida casual. Nosotros recibimos muchas denuncias de los vecinos informando que de estos locales (se refirió a los que están en las avenidas Baralt y FFAA) sacan la mercancía en bultos en horas de la madrugada y que se los venden a los bachaqueros. Lo que se nos ha instruido es que desde ahora esa comida debe ir a los depósitos que ha dispuesto el Gobierno del Distrito capital. Una vez ahí se armarán las bolsas y se llevarán a las comunidades”, explicó.

Citó que esos Clap están conformados por funcionarios de la Alcaldía, de Unamujer, UBCh, el Frente Francisco de Miranda, Sundee, Saime y por los consejos comunales. “Son personas escogidas y juramentadas para ejecutar ese cargo y además para garantizar el orden público con el apoyo de la GNB. Es cívico-militar”, dijo el declarante quien además desmintió que en la zona existan colectivos armados.

Pero no solo los chinos están en el limbo cuando se les habla de los comités. También los residentes están confundidos, pues hay edificios donde no se ha hecho el censo, en otros los hicieron hace meses y no han llevado las bolsas y hay unos tantos donde ni siquiera tienen consejos comunales.

“Entonces eso quiere decir que a mí no me va a llegar la bolsa de comida. ¿Cómo voy a hacer?. Aquí por lo menos conseguía algo haciendo colas, pero ya el chino dijo que no le va a llegar nada”, dijo una vecina del sector.

En respuesta el vocero del Clap dijo que cada persona está facultada para exigir la conformación de un consejo comunal, para que de esta forma sean incorporados a los listados de los beneficiarios. “Cada estado mayor parroquial definirá dónde  y cuándo se iniciarán los procesos de distribución”, indicó.

En horas de la tarde de este viernes se conoció que los comerciantes fueron citados a una reunión en el auditorio del Banco Central de Venezuela. Al parecer en ese encuentro estarían los funcionarios del Gobierno Distrital, los Clap y consejos comunales.

La convocatoria fue llevada local por local por personas con chalecos grises con el sello la Superintendencia Municipal de Administración Tributaria, Sumat, quienes incluso hicieron fotos de las fachadas de los negocios.

Los comerciantes desconocían el alcance de la cita. Lo cierto del caso es que, durante un buen rato, en la avenida FFAA no se va a vender productos regulados. “Es algo circunstancial mientras se resuelve lo de la producción y distribución”, comentó el funcionario del Clap.

Foto: Miguel González

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