Credibilidad de los Astros sigue fuera de órbita en las Grandes Ligas

Los texanos del venezolano José Altuve desaprovecharon la oportunidad de mostrar un sincero arrepentimiento tras referirse por primera vez al escándalo del robo de señas.

Caracas. Los Astros de Houston tuvieron semanas para organizar una presentación contundente y mostrar un sincero arrepentimiento por la trampa que hicieron en la temporada 2017 al idear un esquema fraudulento de robo de señas con el uso de la tecnología que los llevó a ganar la Serie Mundial de ese año.

En su lugar, los siderales montaron esta semana una rueda de prensa prefabricada, donde dos de sus miembros, José Altuve y Alex Bregman, leyeron una declaración de un minuto que, en buena medida, no estaba en sintonía con la opinión del dueño del equipo, Jim Crane, quien aseguró que el robo de señas ilegal “no impactó en el juego” y no fue la razón por la que se coronaron hace tres años ante los Dodgers de Los Ángeles.

Si bien Altuve y otros compañeros atendieron a la prensa y profundizaron en el tema después de la conferencia oficial, la percepción general es que los texanos no manejaron bien el problema, no han podido recuperar ni un ápice de credibilidad y cada día se ganan más el repudio de los aficionados y de sus propios compañeros de los otros equipos.

Para muestra uno o varios botones. El toletero de los Dodgers Cody Bellinger calificó de “débil” el castigo del comisionado Rob Manfred que solo sancionó al manager AJ Hinch y al gerente general Jeff Luhnow, además de nombrar en el informe oficial de la investigación de la MLB al ahora ex pelotero Carlos Beltrán y al coach de banca Alex Cora. Bellinger también acusó a Altuve de “robar” el MVP de 2017 y dijo estar seguro de que los texanos reincidieron en la trampa en 2018 y 2019, más allá de que no hay ninguna evidencia oficial al respecto.

El ex lanzador Mike Bolsinger demandó a los Astros por una actuación en 2017 donde Houston lo vapuleó con cuatro carreras en un tercio de inning, una presentación tan floja que marcó su despedida de las Grandes Ligas. “Los peloteros de Houston parecían saber todo lo que iba a lanzar”, escribió Bolsinger en The Washington Post. Y, de acuerdo con la MLB, lo sabían. El problema es que Bolsinger salió perjudicado y tuvo que continuar su carrera en Japón, pues en Estados Unidos no lo contrataron más luego de esa desastrosa exhibición en la lomita.

La molestia que generó el escándalo del robo de señas incluso pudo unir dos aficiones rivales, que también se sienten burladas y engañadas. Grupos de seguidores de los Dodgers y Yanquis —clubes derrotados por los Astros en la Serie Mundial 2017 y en la Serie de Campeonato de 2019, respectivamente— ya anunciaron que viajarán a Anaheim para darle una “calurosa bienvenida” y abuchear a los tramposos en el Juego Inaugural ante Los Ángeles.

Estas son solo pequeñas muestras del rechazo generalizado a los actuales campeones de la Liga Americana. No cesará mientras aparezcan más detalles de la meticulosidad de su esquema tecnológico para hacer trampa y tampoco ayuda el enfoque soberbio de “pasar la página” sin antes mostrar un mea culpa sincero y un deseo genuino de reparar el daño hecho a la imagen de una disciplina tan popular en Estados Unidos como en Venezuela.


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